La Unidad Nacional de Protección (UNP) de Colombia pidió a los escoltas de los miembros del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, heredero de las extintas FARC, entregar sus armas cuando no estén de servicio, en una circular emitida el pasado lunes.
De acuerdo con el diario El País, el director de la unidad, Pablo Elías González, ordenó la devolución temporal, antes del 13 de septiembre, de "todas las armas de apoyo tipo subametralladoras que se encuentran asignadas a los esquemas [de seguridad]".
"Esta medida —precisó el documento— es tomada a fin de ejercer un mayor control de este tipo de armas de fuego teniendo en cuenta que los funcionarios que tienen este tipo de bien asignado no están realizando la entrega [...] por motivo de vacaciones, fines de semana, compensatorios e incapacidades y otras situaciones".
Rodrigo Londoño, "Timochenko", máximo dirigente de la formación política, se hizo eco de la orden en las redes sociales y denunció su contenido.
"Quién lo puede explicar, cuando aumentan las amenazas y los riesgos, el Gobierno decide quitar todas las armas de apoyo de nuestros esquemas de seguridad", escribió.
La queja del antiguo jefe guerrillero se enmarca en un contexto de creciente inseguridad de los excombatientes.
Según la Defensoría del Pueblo, desde la firma de los acuerdos en 2016, al menos 149 han sido víctimas de asesinato. La celebración de las elecciones locales el próximo 27 de octubre eleva, además, los riesgos contra los miembros del partido.
La Unidad de Protección respondió que el primer objetivo de la medida es "ejercer un estricto control sobre todas las armas que por ley pertenecen a la entidad".
"No es cierto que la UNP pretenda debilitar los esquemas de protección de los excombatientes de las FARC", y añadió "ni el Gobierno Nacional ni la entidad escatiman esfuerzos para salvaguardar sus vidas".
González afirmó este jueves en una entrevista en Caracol Radio que "ha habido pérdida de armas". Por tanto, la entidad debe saber en todo momento "dónde se encuentra [el armamento], quién lo tiene y en caso de pérdida quién debe responder por eso", argumentó.
Santos: las FARC no existen y la facción es una banda de criminales
El expresidente de Colombia Juan Manuel Santos recordó este jueves que las FARC dejaron de existir y la facción que decidió retomar las armas forma una banda criminal que busca evitar la justicia, en los casos de Iván Márquez y Jesús Santrich.
"Por más ropaje político que quieran ponerse, nadie los va a reconocer como interlocutores políticos porque las FARC dejaron de existir; los comandantes que representan al 90% de los guerrilleros que se quedaron en el proceso están diciendo, no tienen nada que ver con nosotros", comentó Santos a EFE.
En entrevista con la agencia española, el premio Nobel de la Paz 2016, recordó que Márquez y Santrich, dos de los tres líderes del grupo que anunció la semana pasada el regreso a las armas, son traidores al proceso y lo hicieron por razones personales o por lucro.
"Por lucro, por narcotráfico o para evitar la justicia en los casos de Márquez y de Santrich porque sabían que el sobrino de Márquez, en manos de las autoridades norteamericanas, los estaba delatando", dijo al explicar las causas del anuncio de los antiguos insurgentes de revivir un movimiento que operará clandestino.
Santos hizo un análisis del proceso de paz que terminó con la desmovilización de las FARC en 2017 y señaló que la puesta en escena del acuerdo va por buen camino, a pesar de las dificultades normales de algo tan difícil como una reconciliación después de 54 años de guerra.
"Un proceso de paz que tiene demasiadas aristas con un tiempo largo para que se consolide, pero soy optimista de que lo que hicimos no tiene reversa legalmente, internacionalmente y políticamente en el país", aseveró.
Para el exmandatario colombiano es una buena señal que los miembros más activos de lo que fueron las FARC como Timoleón Jiménez (Timochenko), Carlos Antonio Losada, Pastor Alape y Pablo Catatumbo, se hayan mantenido firmes en favor de la paz.
"Eso es una buena noticia y por eso lo que hemos visto es que el país con algunas excepciones opina que la mejor forma de desestimar lo que pasó (la vuelta a las armas por un grupo) es seguir cumpliendo o acelerar el cumplimiento de los acuerdos", agregó.
Al referirse a sus críticos, el político explicó que como ministro de Defensa y luego como presidente hizo lo que pensó era lo correcto, así fuera impopular y lo volvería a hacer
"¿A qué costo? El costo de la paz es alto, es más difícil hacer la paz que la guerra, pero el costo es siempre menor que continuar la guerra", indicó.
Santos está en México en coincidencia con la publicación por el sello editorial Planeta de su libro La batalla por la paz, un relato completo acerca del difícil camino para terminar el conflicto con las FARC, la guerrilla más antigua del mundo.