La Unión Europea (UE) hizo pública su oposición a la "aplicación extraterritorial" de las nuevas sanciones tomadas por la Administración Trump contra el régimen de Nicolás Maduro.
"Nuestra posición es conocida, nos oponemos a la aplicación extraterritorial de medidas unilaterales", señaló este miércoles un portavoz comunitario.
Las nuevas medidas de EEUU convirtieron hacer negocios con Venezuela en una actividad aún más arriesgada, pero a pesar de ello siguen presentes en ese país centenares de empresas europeas, entre ellas multinacionales como Air France, Unilever, Total o Repsol, con una inversión total aproximada de 14.000 millones de euros, advirtió el diario español El País.
"Estamos analizando en detalle su alcance e implicaciones", añadió otra portavoz europea, refiriéndose al impacto que podrían tener las sanciones, que incluyen la posible incautación de algunos de los activos de esas firmas en EEUU.
Mientras la UE busca fórmulas para minimizar los daños, las compañías europeas afrontan en Venezuela un escenario similar al que se exponen en Cuba tras la activación de la ley Helms-Burton, que permite demandar a los actuales propietarios de bienes expropiados tras la Revolución, o en Irán, donde Washington amenaza con represalias a las firmas que no cesen su actividad tras el abandono por EEUU del tratado nuclear con Teherán.
El asesor de Seguridad Nacional de EEUU, John Bolton, dijo el martes en Lima que las empresas que mantengan sus transacciones en Venezuela se arriesgan a sufrir sanciones.
Tanto Washington como las principales potencias europeas reconocen a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Pero mientras EEUU da por agotada la vía del diálogo y apuesta por llevar las sanciones a un nuevo nivel, mientras amenaza con el uso de la fuerza, la UE le da una oportunidad a la diplomacia ejerciendo una calculada presión de mediana intensidad.
Así lo manifestó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en un reciente discurso en Estrasburgo. "En caso de que no haya resultados concretos de las negociaciones en marcha, la UE extenderá sus medidas selectivas", afirmó.
"Esas medidas pueden ser revertidas si hay progresos sustanciales en la restauración de la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos en Venezuela", añadió, en una nueva muestra de la política de mano tendida.
El Grupo de Contacto auspiciado por la UE para encontrar una solución que culmine con la convocatoria de elecciones, advirtió en un comunicado al término de la Conferencia de Lima, celebrada el martes, que una salida "negociada sigue siendo la única vía factible de superar esta crisis multidimensional".
Los intercambios entre la UE y Venezuela han caído en los últimos años conforme las relaciones se han ido enfriando. Las importaciones europeas de productos venezolanos, principalmente de petróleo, cayeron en 2018 a 1.688 millones de euros, frente a los 2.242 millones de tres años antes.
Más acusado ha sido el desplome de las exportaciones venezolanas a territorio comunitario: sumaron 635 millones el año pasado, cinco veces menos que en 2015.