La empresa constructora brasileña Odebrecht presentó el lunes una solicitud de protección contra bancarrota para poder reestructurar una deuda de 13.000 millones de dólares, tras ocupar durante cinco años el centro de una de las investigaciones de corrupción más grandes a nivel mundial.
A través de un comunicado, Odebrecht indicó que tanto ella como sus subsidiarias continuarán con sus operaciones regulares durante la reestructuración de deuda, que es una de las más grandes que se hayan presentado en la historia de Brasil.
La compañía lamentó su decadencia, que la llevó de tener 180.000 empleados hace cinco años a tan sólo 48.000 trabajadores en la actualidad.
El comunicado describió su caída como "consecuencia de una crisis económica (...) el impacto a la reputación debido a los errores cometidos, y a la dificultad de las empresas para obtener crédito y nuevos contratos después de colaborar con la Justicia", reportó Reuters.
La solicitud de protecciones contra la bancarrota no incluye a varias subsidiarias de Odebrecht, como las productoras de petroquímicos Braskem S.A., Odebrecht Engineering and Construction, la compañía petrolera Ocyan, Odebrecht Transport S.A., la fabricante de embarcaciones Ensenada S.A., Odebrecht Insurance Brokers, el fondo de pensiones Odebrecht, la fundación sin fines de lucro Odebrecht Foundation, y la productora de azúcar y etanol Atvos Agroindustrial S.A., que ya cuentan con protecciones por separado.
Odebrecht ha sido el eje de la Operación Lava Jato, la mayor investigación sobre corrupción en la historia brasileña, que ha revelado una sistemática red de sobornos entre políticos y compañías constructoras en Brasil.
Odebrecht y otras constructoras formaron lo que prácticamente puede considerarse un cártel para repartirse licitaciones gubernamentales, canalizando cierto porcentaje directamente al bolsillo de los políticos. La compañía recurría a los sobornos para garantizarse lucrativos contratos con el Gobierno de Brasil y de casi todos los demás países de la región.
"Una vez que salió a la luz la corrupción de Odebrecht, los tentáculos eran tan extensos que fue inevitable que la compañía no pudiera mantenerse", dijo Mónica De Bolle, del Instituto Peterson de Economía Internacional.
En diciembre de 2016, Odebrecht y una de sus subsidiarias petroquímicas se declararon culpables y alcanzaron un acuerdo con las autoridades de Estados Unidos, Brasil y Suiza con una multa de 3.500 millones de dólares.
Marcelo Odebrecht, exdirector general y miembro de la familia fundadora de la compañía, fue sentenciado en 2015 a 19 años en prisión. En 2017 se le redujo la condena y fue colocado bajo arresto domiciliario.
De Bolle señaló que Odebrecht ha ido en una caída constante desde el inicio del Lava Jato y ha sido un factor que contribuyó a la recesión que atravesó Brasil entre 2015 y 2016, así como a su lenta recuperación.
"Buena parte de la recesión tiene que ver con la paralización del sector de construcción y mucho de eso fue debido a Odebrecht. Tal vez ya vimos el peor efecto, pero solicitar protecciones contra bancarrota es un indicio de que no tendremos el tipo de recuperación que esperan algunos", destacó De Bolle.
En Cuba, la empresa participó con fuerza en el acercamiento entre el régimen cubano y los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT). En la Isla llegó a operar el central azucarero 5 de Septiembre en Cienfuegos, en colaboración con la estatal AZCUBA, y ejecutó obras por 800 millones de dólares en la modernización del puerto de contenedores de Mariel, a través de la Compañía de Obras e Infraestructura (COI), su subsidiaria en Cuba.
Creada hace más 70 años y con operaciones fuera de Brasil durante casi cuatro decenios, Obebrecht comenzó sus actividades por las especialidades de ingeniería y construcción, pero a lo largo del tiempo diversificó su espectro.