El resultado del escenario que se abre paso en Venezuela dependerá de la correlación de fuerzas en el seno del Ejército ¿Cuentan ahora mismo los elementos fieles al presidente encargado, Juan Guaidó, con un apoyo suficientemente mayoritario en las Fuerzas Armadas?
En el pasado ya se han registrado conatos de sublevación que no lograron cosechar un respaldo consistente. Fue el caso, por ejemplo, del grupo liderado por Oscar Pérez en enero de 2018.
Probablemente, esta vez la situación sea diferente. La carga simbólica que representa tanto la liberación del líder opositor Leopoldo López como la subordinación de tropas a Guaidó acarreará una respuesta contundente del Gobierno de Nicolás Maduro. Es de suponer que el presidente interino se haya lanzado en esta acción contando con una fisura importante en las Fuerzas Armadas, que le permita sustraerse al aparato represivo del régimen.
Por otra parte, más allá de los posibles enfrentamientos entre tropas del Ejército, resultará determinante el efecto que esta acción tendrá en la población. ¿Se reactivará una oleada de manifestaciones masivas? ¿Confluirán en ella las clases medias y los estratos populares?
Hasta ahora el régimen logró sortear las grandes movilizaciones que lo pusieron contra las cuerdas en 2014 y 2017. En el reflujo de estas protestas incidieron las divisiones de la oposición, la poca presencia de las capas populares y la falta de grietas en las filas del régimen que lo hacían parecer inamovible.
Está por verse entonces, de darse un quiebre real en el Ejército, si la situación actual dinamizará las protestas y si terminará por aunar las diferentes capas de la sociedad venezolana en un rechazo unánime al régimen.
En cambio, si el régimen lograra movilizar a los segmentos populares para defender activamente el statu quo, el país no estaría lejos de verse sumido en un conflicto civil. ¿Tiene aún el Gobierno de Caracas esa capacidad de convocatoria?
De producirse el escenario de repulsa generalizada, que terminaría por sepultar los restos de legitimidad del Gobierno de Maduro, a su vez se reforzarían las divisiones internas en el régimen, y en particular en el Ejército.
No menos importante será la repuesta por parte de las autoridades venezolanas. Guaidó ha sido ampliamente reconocido por la comunidad internacional. Si el presidente interino resultase herido o muerto en un intento por capturarlo, sin dudas que el programa de sanciones internacionales contra el régimen de Caracas cobraría mayor intensidad.
Además, la puesta en peligro de la vida de Guaidó podría empujar a la Administración Trump a poner en marcha sus planes de intervención militar, como lo ha anunciado en más de una ocasión. Si Caracas optara por una represión feroz de la oposición, otros países podrían sumarse a la vía señalada por Washington.
Todo esto trae de nuevo al interrogante inicial: ¿qué respaldo logrará recabar Guaidó en las Fuerzas Armadas? Según la consistencia de este apoyo, la liberación de Leopoldo López puede significar el comienzo del fin del régimen de Maduro o el canto de cisne de la resistencia encarnada por el presidente interino.