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Colombia

Exguerrilleros de las FARC estrenan sus escaños en el Congreso colombiano

Reciben una fría bienvenida. Son 'personas condenadas por delitos atroces, sin reparar víctimas', dice Uribe.

Bogotá

Las FARC se estrenaron este viernes en el Congreso de Colombia, dominado por derecha afín al presidente electo, Iván Duque, opositor del acuerdo de paz que terminó medio siglo de fallida lucha armada de la otrora guerrilla comunista, informa la AFP.

"Aquí están, por primera vez, cinco senadores y cinco representantes del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, nacido de la desmovilización y desarme de las FARC", dijo el mandatario saliente, Juan Manuel Santos, durante la instalación del Parlamento que legislará por los próximos cuatro años.

"Señores congresistas del partido FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común): ahora que han dejado las armas, ahora que han aceptado aportar a la verdad y acogerse a la justicia transicional, ahora que han jurado respetar nuestra Constitución y las normas y principios de nuestra república: ¡bienvenidos a este templo de la democracia!", agregó el mandatario.

De traje de paño los hombres y en sastre las mujeres, los exguerrilleros de las disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ocuparon los escaños reservados según lo convenido en el histórico pacto de paz, que dividió profundamente al país.

De los diez asientos garantizados, solo ocuparon ocho. Entre los posesionados estuvieron los líderes guerrilleros Carlos Antonio Lozada y Pablo Catatumbo, y dos mujeres: Victoria Sandino y Sandra Ramírez, compañera del fallecido fundador y jefe máximo de las FARC, Manuel Marulanda (Tirofijo).

"La paz está abriendo posibilidades de que lleguen voces alternativas al Congreso de la República", dijo Lozada.

El número dos, Iván Márquez, exjefe negociador en Cuba, no se posesionó arguyendo la "desfiguración" del acuerdo de paz y en solidaridad con su compañero Jesús Santrich, preso en Bogotá y solicitado en extradición por Estados Unidos bajo acusaciones de narcotráfico.

Santos pide al Congreso proteger el pacto de paz

La FARC había establecido que Márquez iría al Senado y Santrich a la Cámara de Representantes. Aunque ambos recibieron sus credenciales como congresistas de la autoridad electoral, aún no se define el futuro de sus plazas.

La bancada de exguerrilleros asistió al salón Elíptico del Capitolio Nacional con pancartas que decían "Convergencia por la esperanza", en referencia a la flamante alianza que reúne a partidos de izquierda y centro en el Congreso, partidarios de la paz.

Santos, que dejará el poder el 7 de agosto, pidió al Congreso proteger el pacto de paz que el año pasado desarmó a 7.000 combatientes y evitó 3.000 muertes. "¡Cuiden la paz que está naciendo! (...) Porque es el bien más preciado que puede tener cualquier nación", señaló.

El presidente hizo el llamado ante la intención de Duque de utilizar la mayoría de la derecha en el Congreso para "corregir" lo suscrito con los rebeldes y dejar en veremos reformas establecidas en el pacto de paz.

"La palabra empeñada no es la de Juan Manuel Santos, ustedes lo saben bien: la palabra empeñada es la del Estado colombiano", afirmó el Nobel de la Paz-2016.

De 280 escaños en ambas cámaras, el nuevo oficialismo cuenta con 143 curules, mientras que partidos de centroderecha que no han definido si se declaran independientes o afines al Gobierno tienen 91. La oposición —de izquierda y centro, incluida la FARC— suma 46.

El bloque del nuevo mandatario está dividido entre férreos opositores al pacto con la exguerrilla y legisladores que en su momento lo apoyaron.

Fría bienvenida

Los insurgentes tuvieron una bienvenida fría de parte del Centro Democrático, el partido de Duque y que lidera el popular expresidente y senador Álvaro Uribe, feroz opositor de Santos y de lo suscrito en noviembre de 2016.

"No me siento a gusto con ellos en el Congreso, pero vamos a mejorar ese acuerdo que se firmó", dijo la congresista uribista María Fernanda Cabal.

En la plenaria, Uribe, el congresista más votado en las legislativas de marzo, estaba sentado a pocos metros de los exguerrilleros, a los que durante su presidencia (2002-2010) combatió con mano dura.

Rodeado de su bancada en el Senado, la más grande, con 19 legisladores, el exmandatario tuiteó una seguidilla de mensajes en oposición a la presencia de los exinsurgentes.

"Congreso con personas condenadas por delitos atroces, sin reparar víctimas, sin cumplir sanciones simbólicas, inadecuadas. En Colombia criminalidad creciente y reorganización criminal de FARC. Paz aparente", escribió en Twitter.

Duque, ahijado político de Uribe, promete modificar lo convenido con la que fue la guerrilla más poderosa de América, porque considera que es indulgente con los excombatientes.

El mandatario electo, el más joven en 150 años de vida republicana, se opone a que exguerrilleros señalados de graves crímenes participen en política sin antes pagar una pena mínima de prisión. También rechaza el sistema de justicia surgido del acuerdo para juzgar a exinsurgentes y militares por delitos cometidos durante la guerra interna.

El conflicto armado colombiano ha dejado más de ocho millones de víctimas en medio siglo de enfrentamientos entre guerrillas, paramilitares y agentes estatales. En el país aún está activo el Ejército de Liberación Nacional, que negocia la paz con el Gobierno de Santos.

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