La exfiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, hoy en el exilio, aseguró que el Gobierno de Nicolás Maduro la presionó para culpar al líder opositor venezolano Leopoldo López de la muerte de los estudiantes Bassil Da Costa y Juan Montoya en las protestas de 2014.
"Me presionaron para que yo dijera que el autor de la muerte de Da Costa y Montoya era Leopoldo. Me presionó Diosdado Cabello", declaró Ortega Díaz durante una entrevista para el medio colombiano Blu Radio.
López fue condenado a 14 años de cárcel, acusado de instigar la violencia durante las protestas. Actualmente está en prisión domiciliaria. Tras las declaraciones de Ortega, uno de sus abogados exigió su "inmediata puesta en libertad".
Ortega afirmó que el fiscal del caso inicialmente pidió acusar a López de homicidio y terrorismo, algo que ella objetó y obligó a que cambiaran el tipo de delito.
"Una de las personas que estaba al servicio del Gobierno era quien le daba instrucciones a ese fiscal, lamentablemente", dijo.
"Ellos en muchas ocasiones me presionaron y yo no cedí ante esas presiones. Me presionaban llamándome, incluso el mismo Nicolás Maduro", añadió.
Juan Carlos Gutiérrez, uno de los abogado de López, dijo que tras la revelación de estas presiones a Ortega el Gobierno venezolano debe liberar a su cliente.
"De lo contrario, lo que se traduce es la confesión por omisión del Estado venezolano en haber participado de manera directa en generar instrucciones y mecanismos de presión para el enjuiciamiento y condena de una persona inocente", consideró Gutiérrez en una entrevista telefónica en la que estuvo acompañado por el padre López, reportó EFE.
Según el letrado, a nivel internacional, "esto es evidencia de los crímenes de persecución que se están denunciando en la Corte Penal Internacional (CPI), y Leopoldo López es una de las víctimas".
"Esas declaraciones no me sorprenden porque sabíamos que eso era una realidad. Desde un principio (Ortega) actuó, no sé si bajo presión, pero sí bajo una instrucción", dijo a EFE Leopoldo López Gil, el padre del líder opositor que lleva ya seis meses bajo arresto domiciliario y un total cuatro años privado de libertad.
"He hablado por teléfono con él y se encuentra muy angustiado porque está convencido de que no vamos por buen camino, ya que el Gobierno (de Nicolás Maduro) no ha sido franco para lograr los acuerdos que durante mucho tiempo él defendió", dijo López Gil respecto al fracaso en las negociaciones llevadas a cabo en República Dominicana.
En ese sentido, calificó el documento presentado por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, mediador en el conflicto, de "casi irrespetuoso", por dirigir una carta pública a los opositores "prácticamente conminándolos a firmar un texto con el que no están de acuerdo".
"Como mediador ese no es el papel, ese sería el papel de un abogado de Maduro", opinó López Gil, quien remarcó que el rechazo unánime al texto por parte de la oposición venezolana "significa que no estamos tan desunidos como mucha gente quiere interpretar".
"De hecho, nadie aceptó firmar el acuerdo de Santo Domingo, lo que significa que hubo una unión de criterio. Puede que haya habido alguna visión distinta en cuanto a las estrategias, pero al final el sendero que se tomó es uno solo", subrayó.
A juicio de López Gil, de presentarse alguien de la oposición a las próxima elecciones del 22 de abril "sería simplemente un monigote que no tiene validez alguna".
El padre del dirigente de Voluntad Popular recordó que "la primera intención de Maduro es sorprender al adversario, no dejarle tiempo para organizarse".
"Si hoy tiene el 70% de rechazo como lo señala las encuestas, dentro de seis meses va a tener un 90%, porque a nadie se le escapa la situación que vive Venezuela", señaló.
En cuanto a su hijo Leopoldo López, dijo que "sigue sintiendo que cumplió con su deber y obligación de enfrentar a un Gobierno injusto, que lo único que ha logrado con su encierro es despertar a la conciencia venezolana e internacional sobre lo que es un crimen de humanidad sobre una nación como es Venezuela".
"Este no es el momento de revanchismos ni de venganzas, sino de unidad, de reconstrucción y de tolerancia para los venezolanos", concluyó López Gil recordando palabras de su hijo.