El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, llamó este miércoles "traidor" y "mentiroso" a su sucesor, Lenín Moreno, y lo acusó de perseguir políticamente al vicepresidente Jorge Glas, en prisión preventiva, por considerarlo un "estorbo" para sus planes.
En una entrevista concedida a CNN en Español, Correa defendió a Glas, su aliado. Dijo que es un funcionario que no roba ni deja robar y que precisamente por eso lo odian.
Añadió que Lenín Moreno lo engaño durante los diez años que estuvo junto a él en el oficialismo, aprovechó la plataforma de Alianza País para llegar al Gobierno y luego sacó su verdadero tinte político.
Interrogado sobre cómo pudo no darse cuenta durante tanto tiempo, Correa respondió: "Asumo mi responsabilidad y, en ese sentido, mi admiración a Lenín Moreno. Diez años me engañó, un cinismo extremo. Ya comprendí que es un mentiroso compulsivo".
"Ahora resulta que se ha apartado de mí porque estoy 'hambriento de poder', porque él cree en la alternabilidad. Él decía todo lo contario. Es un tipo que va a decir a cada quien lo que supuestamente cree que esa persona quiere escuchar", agregó.
"Era gente que nunca estuvo con nosotros, estaban con la oposición, nos odiaban. Y otro grupo que probablemente se radicalizó en esa animadversión hacia mí", aunque "siempre hubo un grupo que me echó contra en Alianza País", apuntó Correa.
Jorge Glas, vicepresidente con Correa y Moreno, está en prisión preventiva desde este lunes en una cárcel de Quito por un caso de supuesta asociación ilícita que indaga la Fiscalía en torno a la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Correa opinó que se trata de una estrategia de Moreno para "apoderarse de la Vicepresidencia" ya que Glas podría representar un "estorbo para los planes" del actual Gobierno, reportó EFE.
El expresidente insinuó incluso que funcionarios de la Fiscalía podrían estar bajo una gran presión y, eventualmente, bajo extorsión para actuar contra el vicepresidente.
Para el exmandatario, lo de Jorge Glas es "una vulgar persecución política", pues no se han presentado pruebas concretas sobre su presunta vinculación con la trama de corrupción.
Desde que abandonó el país, en mayo pasado, tras entregar el mando a Moreno, Correa ha mantenido un fuerte pulso verbal con su sucesor, quien durante la década en que gobernó Ecuador (2207-2017) fue su vicepresidente en los primeros seis años y en los siguientes cuatro delegado de su Gobierno para Discapacidades en Naciones Unidas.
La actitud de Moreno es una "puñalada por la espalda" insistió Correa.
Lamentó el hecho de haber llegado convertirse en el "principal opositor" de Moreno, quien ha convocado una consulta popular, que costará unos 60 millones de dólares, con el supuesto objetivo principal de impedir que Correa se vuelva a postular.
No obstante, el exmandatario no descartó la posibilidad de sentarse a conversar con Moreno: "Yo, por mi patria, me sentaría (a dialogar) con el mismo diablo", dijo.
Moreno designó el miércoles vicepresidenta interina, ante la "ausencia temporal" de Glas, a María Vicuña, a cargo de la cartera de Desarrollo Urbano y Vivienda, reportó la AFP.