La última amenaza de apocalipsis anunciada para el 23 de septiembre de 2017 se ha desvanecido en el universo de ficción de sus propagandistas. El cuerpo desconocido que identificaron como Nibiru o Planeta X nunca chocó con la Tierra como advirtieron.
La profecía, que se hizo pública hace algunos años y circulaba con fuerza en la red durante las últimas semanas, asegura combinar astronomía, investigación científica y pasajes de la Biblia para respaldar su predicción, precisó un artículo de BBC.
Según la publicación, hasta el último eclipse total, que a menudo es fuente de miedos y supersticiones populares, fue utilizado como argumento para sustentar la versión, "el presagio del apocalipsis".
Inicialmente, la teoría que defiende la existencia de Nibiru aseguraba que la catástrofe ocurriría en mayo de 2003. Cuando nada sucedió, sus seguidores hicieron una nueva interpretación para programarla en diciembre de 2012, realizando la conexión con el fin de uno de los ciclos del calendario maya.
Para la NASA, esta profecía no tiene ninguna evidencia científica y la considera "un engaño de internet".
La agencia estadounidense encargada de la investigación aeronáutica y espacial afirmó ya en repetidas ocasiones que el planeta Nibiru no existe, ni hay fundamentos para creerlo.
En un artículo publicado en 2012 con motivo del supuesto apocalipsis previsto aquel año, la agencia fue tajante. "Si Nibiru o Planeta X fuera real y se dirigiera hacia la Tierra, los astrónomos lo estarían siguiendo durante al menos la última década, y ahora sería visible a simple vista. Obviamente, no existe".
David Morrison es uno de los científicos de la NASA que más crítico se muestra públicamente con esta leyenda, recuerda BBC Mundo. En 2011 llegó a asegurar que recibía hasta cinco e-mails diarios de personas preguntando por el supuesto planeta.
Morrison definió como "absurdas" algunas teorías que aseguran que Nibiru podría no haber sido aún localizado por estar escondido detrás del sol, o por solo poder ser visible desde el Polo Sur.
En una entrevista con el diario The Washington Post el pasado mes de enero, Morrison lamentó que aún existieran unas dos millones de páginas web informando sobre la supuesta colisión de Nibiru con la Tierra.