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COLOMBIA

La ONU retira el último contenedor de armas de las FARC

'Hoy el conflicto realmente termina y comienza una fase nueva en la vida de nuestra nación', afirma el presidente Santos.

Bogotá

El jefe de la misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, confirmó este martes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) les entregaron 8.112 armas, así como casi 1,3 millones de cartuchos que ya fueron incinerados, reporta EFE.

"Con esta dejación de armas (...), el conflicto realmente termina y comienza una fase nueva en la vida de nuestra nación", proclamó el presidente colombiano Juan Manuel Santos citado por AFP.

El mandatario y varios jefes del hasta hoy movimiento guerrillero asistieron a la salida del último cargamento con armas entregadas a una misión de la ONU para su próxima fundición.

El último contenedor con esas armas salió este mismo martes de la zona veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Pondores, en el municipio Fonseca (norte), en que están reunidos parte de los 7.000 guerrilleros de las FARC que de esta manera dicen adiós definitivamente a las armas.

"Estamos hoy culminando un proceso de extracción de todas las armas que estaban en los campamentos de las FARC, así como armas recabadas a lo largo del proceso de supervisión de caletas (escondites)", dijo Arnault.

En este sentido, detalló que ya concluyó la destrucción de todo el material bélico inestable que estaba en las 26 ZVTN, en un proceso para el que la misión contó con la colaboración de las FARC y de la fuerza pública.

La salida de las armas de las ZVTN fue, según Arnault, "un operativo complejo" para el que requirieron 16 operaciones aeroterrestres, 10 terrestres, más de 50 horas de vuelo de los tres helicópteros de la ONU y medios puestos a disposición de la fuerza pública.

Acerca de las caletas, detalló que hasta el momento las FARC han indicado la posición y contenido de 873 caletas con armas y explosivos, muchas de las cuales están en zonas remotas y de difícil acceso.

Hasta la fecha, 510 han sido "exitosamente recogidas" a lo largo del país.

En esos puntos han encontrado 795 armas, casi 300.000 municiones de diferente calibre, 22 toneladas de explosivos diversos, 25 kilómetros de cordón detonante, casi 4.000 granadas, así como minas antipersona y municiones de mortero.

"La construcción de la paz es como la construcción de una catedral: ahora estamos construyendo los yacimientos", afirmó Juan Manuel Santos citado por AP.

"Hoy en efecto desapareció ya oficialmente las FARC como grupo armado, ya las FARC son ciudadanos colombianos sin armas (...) Seguirán haciendo su proselitismo político pero sin violencia", agregó el presidente.

Este mismo martes termina el plazo para que las FARC entreguen también al organismo internacional un listado con sus bienes, uno de los temas más polémicos de la transición de la guerrilla hacia un partido político prevista para fines de este mes.

Los rebeldes aceptaron dejar sus armas como parte de un acuerdo de paz alcanzado con el Gobierno a fines del año pasado para cerrar más de medio siglo de enfrentamiento armado que dejó más de 250.000 muertos, 60.000 desaparecidos y millones de desplazados, recuerda Reuters.

"Ha terminado el proceso de verificación tanto de cese del fuego como de dejación de las armas que es la primera misión de Naciones Unidas y comienza la verificación también de Naciones Unidas de la reincorporación de las FARC a la vida política, económica y social del país", declaró el líder de las FARC Iván Márquez.

Bajo los términos del acuerdo, el grupo que puso en aprietos al Estado colombiano en la década de 1990, con presencia en extensas zonas montañosas y selváticas en donde ejerció un gobierno de facto, se convertirá en un partido político que se denominará Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia.

Detalles sobre este nuevo partido se ultimaron en una reciente visita de la cúpula de las FARC a La Habana.

Además del abandono de las armas, el pacto de paz incluye la entrega de tierras a campesinos pobres, desminado, lucha contra el narcotráfico e inversión social del Estado en educación, salud y carreteras para erradicar la pobreza. Su implementación tardará al menos una década y debe contrarrestar las críticas de un amplio sector de la sociedad.

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