Back to top
Opinión

Lecciones peruanas para una Cuba futura

La democracia no garantiza nada. Sin una base cívica sólida no fructificarán políticas económicas que mejoren la vida de los cubanos.

La Habana
Los candidatos a la Presidencia de Perú, Keiko Fujimori y Pedro Castillo.
Los candidatos a la Presidencia de Perú, Keiko Fujimori y Pedro Castillo. Reuters

En El Padrino III, Michael Corleone afirma que "si algo nos ha enseñado la Historia, es que se puede matar a cualquiera". Puestos a identificar recurrencias históricas, encontramos una inapelable: desde Dionisio de Siracusa, todas las tiranías caen.

Pensando en esa Cuba que inevitablemente llegará, donde el pueblo elegirá a sus gobernantes, es útil aprender de experiencias como la de Perú.

Allí, los candidatos Fujimori y Castillo representan derecha e izquierda, pero debido a la rentabilidad política de la demagogia, coinciden en proponer gobiernos económicamente interventores. Su divergencia fundamental no es de fondo —más o menos Estado—, sino en cómo intervenir y cómo financiar tal opción.

Ciertamente, esta "única" discrepancia implica un impacto diferencial extraordinario en el futuro de los herederos de Atahualpa y Pizarro pues, aunque ambos planes de Gobierno convergen en varios puntos, hay notables acentos particulares.

Keiko Fujimori quiere introducir ajustes parciales redistribuyendo vía reducción de impuestos, ayudas al consumo, otorgamiento de créditos a PYMES y flexibilización de normativas administrativas. Su intención es mejorar lo que hay.

Pedro Castillo, por su parte, quiere sustituir lo que hay, ir de la constitucionalmente vigente "economía social de mercado", a una "economía popular con mercados" donde el Gobierno supervisor actual sea sustituido por un Gobierno "interventor, planificador, innovador, empresario y protector", según sus palabras.

Las reformas de Keiko Fujimori tienden a distribuir recursos de abajo a arriba, la inyección monetaria entraría por muchas puertas a la vez amortiguando el efecto Cantillon —consecuencias disruptivas de la entrada al mercado de un dinero con diferente poder adquisitivo que se convierte en ventaja para los primeros usuarios—, llegando a millones de peruanos simultáneamente.

Financiar directamente a los agentes económicos permite además que estos expresen sus necesidades y preferencias, estimulando así la producción de lo que realmente quiere la gente, lo que ajusta el mercado a la demanda y tiende al uso óptimo del capital.

Muy importante es que estas reformas parciales propuestas por la candidata son mucho más fáciles de medir y, de ser necesario, corregir y ajustar, algo muy común cuando se interviene un mecanismo tan complejo como la economía de un país.

La transformación global que propone Pedro Castillo abarca tantos factores que será imposible dilucidar si el problema —en el caso probable de que surja— es general o solo parcial, si es la implementación del todo o de una parte. Y más importante aún, el costo de desandar lo hecho en estas "revoluciones" hace casi imposible una corrección a tiempo; suele optarse por huidas hacia delante tendentes a ganar tiempo, se pierde la perspectiva y lo que debe ser un medio —el modelo, la revolución— se transforma en fin en sí mismo.

La experiencia acumulada demuestra que en cuestiones económicas debe avanzarse cautelosamente, evolucionando. La economía la forman y viven millones de individuos con pareceres subjetivos diversos y cambiantes, lo que la hace impredecible fuera de ciertas líneas generales. Pretender que funciona mecánicamente, que cambiar A siempre produce B, es irresponsable.

No negaremos que el Estado empresario que quiere Pedro Castillo puede ejecutar inversiones acertadas, pero nada garantiza que sea así. Las inversiones dirigidas por políticos suelen responder a variables más políticas que económicas y, además y muy importante, una vez la economía está intervenida, el sistema de señales que orienta cuáles son las necesidades del mercado se trastoca: es imposible a la vez intervenir la economía y servirse del cálculo económico que permiten los precios de mercado, única correa de transmisión de información económica relevante, y único medio de asignar correctamente los limitados recursos.

Toda intervención global de la economía es un salto al vacío que podría estar justificado para cambiar un modelo fracasado como el cubano, pero en los últimos 70 años la economía peruana se expandió a un promedio anual del 3,2%. En casi el mismo tiempo de la Revolución Cubana, la economía del Perú se ha triplicado; entonces, no parece que necesite con urgencia un cambio del modelo productivo. Eso sí, traería paz social una redistribución mejor, pero teniendo en cuenta que toda redistribución es siempre a costa del crecimiento, que es lo único que en última instancia mejora efectivamente la situación real del pueblo.

La otra diferencia crucial entre candidatos es cómo financiar sus proyectos.

Fujimori no lo especificó, pero sin dudas estará considerando empeñarse internacionalmente, preferiblemente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Teniendo en cuenta la expansión monetaria que ha vivido Estados Unidos en los últimos 20 años y el gasto público récord que pretende hacer Biden, este es probablemente, un excelente momento para endeudarse en dólares, sobre todo un país exportador como Perú.

Por su parte, Castillo sí ha declarado públicamente cómo financiará su cambio de modelo: "renegociará" con las corporaciones instaladas en el país bajo amenaza de nacionalización; se cambiará —nuevamente las grandes pretensiones holísticas— el "Estado privatizador y exportador de capitales por un Estado nacionalizador soberano que fortalezca la economía interna invirtiendo sus capitales en el país".

En definitiva, mientras Keiko Fujimori quiere regular y mantener la libre competencia evitando abusos en la actividad económica, Pedro Castillo quiere controlar el mercado, limitar la inversión privada y llevar la intervención estatal a su máximo.

La lección fundamental que nos brinda el país andino es que la democracia no garantiza nada. Sin una base cívica sólida no fructificarán políticas que mejoren la vida de los cubanos más allá del reconocimiento —importantísimo, pero insuficiente— de los derechos individuales. Sin cultura, podríamos terminar eligiendo entre una Keiko Fujimori y un Pedro Castillo aun cuando haya un Hernando de Soto disponible.

Otra lección interesante brinda Perú: allí la economía ha crecido consistentemente a un ritmo superior a la media latinoamericana aun bajo constante inestabilidad política, lo que bien puede significar que cuando los políticos están entretenidos en "sus" cosas e interfieren menos en la economía, mejor evoluciona esta.

Votar está bien, pero votar bien es aún mejor, para ello se necesita cultura económica más que buenos deseos.

Más información

8 comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.
Profile picture for user Nico

Good job!

En realidad veo mucho mas probable que la mayoría de los países de America Latina desciendan al caos socialista, a que Cuba pueda un día salir de el. La tiranía es mas estable que la democracia y la libertad en la mayoría de las culturas y las poblaciones. Hemos visto en todo el mundo un renacer democrático a partir de la caida de URSS, pero veo el fenómeno como algo temporal e insostenible porque para mantener la democracia se necesita un mínimo de inteligencia y civismo que no esta presente en todas las culturas.

Rafaela: Usted tiene mucha razón. El problema de fondo es que la mayoría, eso que llaman pueblo, tiene una conception equivocada de cual debe ser la función del gobierno. Es muy conveniente para los individuos esperar que otros: la sociedad, el gobierno, los que tienen dinero, los que saben mas, etc, les resuelvan sus problemas. Es conveniente también adoptar una actitud escéptica, descreída ante el sistema político y el orden que impera. De esa manera los individuos desechan cualquier limitación moral que se les limite o dificulte la búsqueda de sus intereses particulares. Si el gobierno es malo y corrupto entonces todo se vale para un individuo particular, especialmente si es “pobre”. Esto es un círculo vicioso que realmente nadie podrá romper. Un individuo con la inteligencia necesaria para balancear sus intereses particulares con los intereses de la sociedad y el pais, es decir un individuo con valores, civilizado, es en realidad un individuo limitado.

Las democracias de America Latina junto a mejoras sociales deberían invertir en educar al pueblo en general acerca del valor de su propio sistema y como defenderlo. No basta con que solo una parte de la sociedad este involucrada, los mas humildes cuentan porque son los que le dan el voto a los aspirantes populistas.

Profile picture for user Weston

Los grandes problemas de la "democracia latinoamericana" son la corrupción y la tendecia a la izquierda de los latinoamericanos.
"Democráticamente" eligen a un Chávez, a un Kirchner, a un Evo o a un Correa.
La voces "ilustres' de latinoamerica, se alzan durante décadas escupiendo a Fujimori (léase Vargas Llosa) y ahora está chorreado porque un comunista va a ser "democráticamente electo".
Sorry, pero ya el daño está hecho.
Si Keiko sale electa presidente, lo consideraré un milagro.

Profile picture for user Amadeus

Muy buen artículo de Rafaela Cruz. Lo único que funciona en este mundo es la economía de mercado, ya sea con mayor o menor intervención del estado, como en el caso de los gobiernos con políticas socialdemócratas de algunos países europeos y escandinavos, que gobiernan respetando un convenio social elemental que es observado bajo cualquier color ideológico. Lo que no sí no funciona es la economía centralizada y estatalizada y los ejemplos no valen la pena nombrarlos.

Profile picture for user Gualterio Díaz

Cuando llegue esa Cuba futura, si llega, ya nadie se acordará de estos peruanos.

Profile picture for user Plutarco Cuero

Por eso usted tomó las de Villadiego ...