El preso político cubano Juan Enrique Pérez Sánchez fue trasladado a una celda de castigo en la prisión Melena Dos, en Melena del Sur, Mayabeque, luego de que se plantara, se declarara en huelga de hambre y se cosiera la boca en actitud de protesta por la acción represiva de las autoridades penales de quitarle sus fármacos para el asma y la presión, informó su esposa, Dayana Aranda, en su perfil de Facebook.
"Hago responsable de lo que le suceda al oficial Yunior, jefe del órgano de prisiones", escribió Aranda y agregó: "Yunior, tú serás el primer responsable de lo que le suceda a Juan Enrique, ya que supuestamente tú eres el jefe de todas las prisiones y permites que los demás jefes, que están por debajo de ti, maltraten, abusen y torturen a los presos del 11J".
"Ya no hallan qué hacer para doblegar a Juan Enrique, cosa que nunca va suceder, porque mi esposo prefiere morirse mil veces antes de aceptar algo de ustedes", concluyó.
Sobre su estado actual, un recluso que se comunicó con Aranda vía telefónica dijo: "No sabemos si se lo llevaron para el puesto médico, porque estaba plantado, o por haberse cosido la boca, no sabemos si se lo llevaron para otra compañía u otro destacamento".
En relación a este caso, El Observatorio de Derechos Culturales apuntó en su perfil de X que Pérez Sánchez "se encuentra muy delgado y con padecimientos de asma constante y de presión. De ahí lo imprescindible del acceso a los medicamentos que su esposa ha podido conseguir".
Pérez Sánchez, de 41 años, músico empírico oriundo del poblado de Vegas en el municipio Nueva Paz, Artemisa, y padre de cuatro hijos menores de edad, fue condenado a ocho años de prisión por los supuestos delitos de desórdenes públicos, desacato y sabotaje en un juicio que se extendió del 13 al 15 de diciembre de 2021 en el Tribunal de Santiago de las Vegas, en La Habana.
Un año después de su detención narró en una carta los abusos a los que había sido sometido. Según escribió, durante su arresto en plena protesta los guardias le provocaron una fractura en las costillas y serias lesiones en una de sus rodillas tras la golpiza que le propinaron.
Ha cumplido su condena en las cárceles de Quivicán y Melena de Sur, y en ambas instituciones penitenciarias ha enfrentado todo tipo de vejaciones por parte de los oficiales, "que tratan en vano de doblegar su espíritu de rebeldía y de justicia. El ensañamiento ha sido particularmente brutal", denunció el Observatorio de Derechos Culturales.
Pérez Sánchez ha realizado varias protestas en ambas cárceles, declarándose más de una vez en huelga de hambre y cosiéndose la boca. En julio de 2023, en el aniversario del 11J, entró a desayunar al comedor de la prisión vestido de blanco y con un cartel que por un lado decía "Abajo la dictadura" y por el otro, "Era tanto el hambre que nos comimos el miedo", la misma frase que llevaba consigo cuando salió a protestar en las calles de Nueva Paz.