En marzo pasado DIARIO DE CUBA publicó una entrevista a Yamilet Ramos Limés, a propósito de su llegada a Serbia con su mamá, su hijo y sus gatos. Ramos era trabajadora del Grupo Empresarial de Transporte Marítimo Portuario (GEMAR), al que sus directivos, a instancias de la Seguridad del Estado castrista, movilizaron con fines parapoliciales contra el barrio de San Isidro tras el alzamiento nacional del 11 de julio de 2021.
La sede de GEMAR es vecina del barrio cuna del Movimiento San Isidro, cuyo líder, el artista y activista Luis Manuel Otero Alcántara, se encuentra en prisión desde aquella fecha.
Por negarse a formar parte de las brigadas que serían armadas con palos para aterrorizar a los vecinos de San Isidro, Yamilet Ramos fue expulsada de su trabajo de manera inmediata y en los meses siguientes sufrió el acoso de los organismos de la Seguridad del Estado, eventos que la determinaron a salir del país.
Ramos, quien padece una cardiopatía congénita por la cual tiene un marcapasos implantado, tenía que preparar la salida con su mamá, entonces de 79 años; su hijo, que padece una lesión del sistema nervioso central y es débil visual; y sus gatos, a los cuales estaba decidida a no dejar atrás tampoco.
Las dificultades de Ramos para salir de Cuba en el año que el país rompió todos los récords de números de migrantes hacia el exterior quedaron registradas en aquella entrevista, que además sirvió de base a la denuncia, por parte del registro Represores Cubanos, de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, contra Alejandro García Corrales, director de GEMAR, y su director adjunto, Astul Castellanos Remírez, como "represores de cuello blanco", por su participación en el acoso de Yamilet.
Después de pasar un año y tres meses en Serbia, Yamilet ha llegado a España, donde vive su hija, con la que quiso reunirse desde que decidió salir de Cuba. En el país europeo aspira a acogerse a la condición de refugiada. Aún no se ha reunido con su madre y su hijo, todos están dispersos con la esperanza de encontrarse pronto. Sus gatos sí están con ella, fortaleciendo la fidelidad de Yamilet no solo para con su familia, sino también hacia sus animales, que de ella dependen.
"Tuve la suerte de marchar a Serbia cuando no tenía posibilidad de ir a ningún otro país, yo podía salir sola, pero con mi familia y mis animales no. Pero mi intención no era quedarme en Serbia pues mi familia está en España", dijo Ramos.
"En Serbia, además, afronté problemas con el tema laboral de mi hijo, pues no hay programas o proyectos para darle empleo a los discapacitados según sus limitaciones. Mi mamá enfrentó numerosos problemas de salud y toda la familia dependía de mi salario. Pienso quedarme en España, es un país democrático que respeta los derechos humanos y ese era mi mayor deseo cuando me plantee salir de Cuba, sentirme en un sitio respetuoso de mi libertad y mi integridad personal".
