Lizandra Góngora Espinosa tiene 35 años es opositora y madre de cinco hijos. Salió a manifestarse el 11 de julio en el municipio artemiseño de Güira de Melena. Ahora está acusada de "sabotaje" y "desorden público".
En Güira de Melena los vecinos se concentraron frente a la sede del Partido Comunista y también protestaron frente a una de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) de la localidad.
En medio de un enfrentamiento que se produjo ante a la tienda con las fuerzas desplegadas por el régimen, Góngora Espinosa sufrió dos heridas en una pierna, pero asegura no haber tenido participación en los daños que habrían ocasionado otros asistentes a la protesta a ese centro comercial y que recogen vídeos divulgados a través de las redes sociales.
"Ante el temor de ser arrestada por su activismo opositor, apenas terminó la protesta ella vino para La Habana y se quedó en un alquiler; pero fue delatada y arrestada el 22 de julio. Desde ese momento estuvo detenida en varios centros hasta que la llevaron para la prisión de mujeres del Guatao. Estuvimos 15 días sin saber nada de ella, hasta que nos avisaron de que estaba presa y acusada por los supuestos delitos de sabotaje y desorden público. Hasta ahora, la Fiscalía no ha presentado prueba alguna", dijo un familiar cercano a la opositora que pidió no ser identificado.
"Nunca la hemos podido ver. En la prisión se contagió con Covid-19; además de eso está siendo sometida a constantes interrogatorios para sacarle una confesión de culpabilidad, pero ella afirma que solo se manifestó de manera pacífica, como la mayoría de las personas. Sus hijos desde su ausencia siempre están alterados. La niña de nueve años llora y pregunta por ella, y ya no sabemos qué decirle. El padre de tres de sus hijos quedó a cargo, pero está pasando mil trabajos con ellos porque todo ha sido muy inesperado", añadió el familiar.
El abogado independiente Sergio Osmín Fernández Palacios presentó el 15 de septiembre una denuncia por la detención arbitraria de esta madre ante el Grupo de Detenciones Arbitrarias de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pues considera que Góngora Espinosa ha sido privada de libertad sin fundamento legal y también de todos sus derechos como reclusa y mujer desde que fue arrestada.
El expediente judicial de esta madre opositora está siendo llevado por la Fiscalía Militar debido a que la acusan de un supuesto sabotaje a la tienda MLC, perteneciente a los militares cubanos.
"La Fiscalía Militar no posee ninguna prueba concreta de que ella tiró piedras a la tienda, incluso le han preguntado en más de una ocasión qué ropa llevaba puesta ese día. Ella está presa por su postura política más que por otra cosa", consideró este familiar.
El Código Penal cubano establece para el delito de "sabotaje" penas máximas de hasta diez años, en el caso de aquellas personas que dañen instalaciones económicas o de cualquier tipo que cumplan un objetivo social. Pero Góngora Espinosa también es acusada de desorden público, por lo que, de ser declarada culpable, su condena podría ser una de las más altas que reciba una mujer por las protestas del 11J.
La plataforma femenina YoSíTeCreo divulgó que al menos 66 mujeres permanecen en prisión desde las protestas del 11J, algunas de ellas son menores de edad y varias tienen bebés que necesitan lactancia y otras atenciones de sus madres.
Sesenta y seis mujeres, 66, están presas por las protestas del 11J. La liberación de esas mujeres --y de todos los detenidos-- debe ser una campaña constante de los cubanos. Defender su libertad debe ser campaña de las organizaciones internacionales de DDHH. Eso sí sería un buen objetivo del feminismo en Cuba, sin discursos vanos, con acciones.