Uno de los primeros pasos del régimen cubano tras el estallido de las protestas del 11 de julio en varias ciudades de la Isla fue arrestar a varias figuras conocidas dentro de la disidencia cubana. Por una parte, el régimen se resiste a aceptar que las protestas fueron espontáneas y necesita falsificar "instigadores" financiados desde el extranjero. Por otra, tenía que neutralizar a esas figuras con potencial de liderazgo.
Uno de esos detenidos fue el artista Luis Manuel Otero Alcántara. Sin embargo, la causa de su arresto no fue su participación en las protestas del 11J, a las que no llegó a unirse, sino sucesos ocurridos el 4 de abril.
Ese día, vecinos del barrio San Isidro impidieron que la Policía arrestara al rapero contestario Maykel Osorbo. Otero Alcántara y otros miembros del Movimiento San Isidro (MSI) corearon "Díaz-Canel, singao", estribillo del tema "Diazca", de Aldo El Aldeano y Silvito El Libre.
Sin saberlo, el artista estaba siendo acusado e investigado en el Expediente de Fase Preparatoria No. 24/2021 de la Unidad de Procesamiento de Delitos contra la Seguridad del Estado radicada en La Habana. Se le acusa de atentado y desacato.
Al no notificársele a Otero Alcántara, una vez radicado el expediente, que se le imputaban tales cargos, se le retrasó el derecho a la defensa mediante la anulación de la garantía contenida en el Artículo 249 de la Ley de Proceso Penal vigente en Cuba, que establece formalmente el inicio del derecho a la defensa del acusado, así como la igualdad entre la parte acusatoria y acusada.
El mencionado artículo plantea que "desde el momento en que se dicte la resolución decretando cualquiera de las medidas cautelares que autoriza esta ley, el acusado será parte en el proceso y podrá proponer pruebas a su favor. El Defensor podrá (…) examinar las actuaciones correspondientes al expediente de fase preparatoria (…) proponer pruebas y presentar documentos a favor de su representado (…) y solicitar la revocación o modificación de la medida cautelar impuesta a su representado".
El cargo de atentado que pesa sobre Otero Alcántara se basa presuntamente en que intimidó de palabra a agentes policiales el día 4 de abril, cuando intentaban reprimirle frente a la sede del MSI.
Según el Artículo 142 apartado 1 del Código Penal, "el que emplee violencia o intimidación contra una autoridad, un funcionario público, o sus agentes o auxiliares, para impedirles realizar un acto propio de sus funciones, o para exigirles que lo ejecuten, o por venganza o represalia por el ejercicio de éstas, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres años".
Pero, como puede apreciarse, el legislador exige que la intimidación sea real y que el actuar de la autoridad, del funcionario público o sus agentes sea legítimo y se produzca sin excesos y dentro del marco legal.
Otero Alcántara no intimidó a la Policía. Además, puede demostrarse que la Seguridad del Estado y sus auxiliares policiales intentaban socavar por la fuerza represiva el ejercicio pacífico de una manifestación espontánea que tuvo lugar en los alrededores de la sede del MSI, a raíz de la persecución ilegítima que practicaba la Policía contra Maikel Castillo.
El cargo de desacato se debe a que Otero Alcántara coreó "Díaz-Canel, singao", con lo que habría incurrido en la modalidad más agravada por "ofenderse de palabra" la figura e imagen pública de Miguel Díaz-Canel.
Cantar una canción que no es de su autoría no es delito que pueda calificarse, conforme se ha elevado a la ONU en defensa de Maykel Castillo, encarcelado por los mismos hechos, a través de la ONG Prisoners Defenders.
La canción, muy popular entre cubanos, se entona con ánimos de mensaje a un funcionario público que, por principio, debe garantizar márgenes de tolerancia a la crítica. Además, el Artículo 54 de la Constitución establece el derecho a la libertad de expresión y opinión.
Aunque sobre Alcántara no pesan cargos graves, ni tiene forma de abandonar el país o incluso la provincia, para evadir la justicia, se le ha negado un cambio de medida cautelar. Tampoco se ha tenido en cuenta que carece de antecedentes penales, pues, aunque ha sufrido varias detenciones a causa de arte y activismos políticos, en ninguna de esas ocasiones ha sido juzgado ni sentenciado.
El argumento para mantenerlo en prisión provisional es que se le han imputado nuevos cargos de desórdenes públicos, desacato e instigación a delinquir por su participación en los hechos del 11J.
Son los mismos cargos de los que están acusados la mayoría de los manifestantes detenidos, en contradicción con la Constitución, cuyo artículo 56 reconoce el derecho a la manifestación con fines pacíficos. Contrario a la narrativa del régimen, la inmensa mayoría de los manifestantes protestó y exigió cambios de manera pacífica. En el caso de Otero Alcántara, tuvo poco tiempo de ejercer ese derecho constitucional, pues fue detenido casi de inmediato.
Por otra parte, acusarlo de instigación a delinquir también entra en contradicción con la Carta Magna, pues al llamar a otros a manifestarse, los convocaba a ejercer un derecho constitucional. Si, como afirmó el presidente del Tribunal Supremo Popular (TSP) de Cuba, Rubén Remigio Ferro, manifestarse no es un delito, sino un derecho, convocar a manifestarse no puede ser incitación a delinquir.
Pero a fuerza de violar, una vez más, sus propias leyes y la Constitución elaborada según sus intereses, el régimen podría imponer a Otero Alcántara una sanción de entre dos y cinco años con ocho meses de privación de libertad. La norma obliga a los jueces a realizar una sanción final denominada "sanción única y conjunta", valorando las sanciones impuestas en cada acusación individual y en reglas de adecuación de las penas.
Para el régimen, neutralizar a Otero Alcántara durante cinco años o incluso dos, es suficiente. Una vez en prisión, cualquier cosa puede ocurrirle. De hecho, ya lleva dos meses preso y la Seguridad del Estado dispone de otros cuatro antes de decidir llevarlo a juicio o archivar el caso.
Ante la falta de escrúpulos del régimen cubano para violar sus propias leyes, la única arma que tienen el artista y otros prisioneros del régimen por motivos políticos es la denuncia internacional. Su defensa más efectiva es que la comunidad internacional y los organismos internacionales exijan al régimen su liberación inmediata.
Es irracional meter presos a "figuras conocidas de la disidencia" porque ninguna de ellas lideró las protestas del 11 J. Por lo demás, nadie puede retrasar el derecho a la defensa ni anular la garantía de designar defensor. Por ley, la resolución de medida cautelar tiene que dictarse a más tardar al octavo día de la detención y llegado ese día el detenido no tiene defensor no es por culpa del régimen, sino de los familiares o amigos del detenido que no van a contratar a un abogado. Si el régime viola sus propias leyes, la única arma no es la denuncia internacional, pues también se dispone de la defensa técnica por abogado. Eso de que la defensa más efectiva está afuera en vez de adentro es otro síntoma de la medio-manía. Ni la revista Time ni el Parlamento Europeo (acuérdense de José Daniel Ferrer) ni la Casa Blanca ni el Congreso han dado ni darán para otra cosa que el alboroto.
La verdad es que tener preso a Otero Alcántara, y pretender imponerle cualquier condena por su protagonismo, alimenta precisamente ese protagonismo. Además, es injusto, porque él no ha cometido ningún delito.
Weston, el régimen con tal de joder a LMOA hasta lo puede acusar de intrusismo por los roles que ha desempeñado.
Yo creo que le están haciendo otra oferta de trabajo. Alguien por ahí decía que ya Otero Alcántara era muy conocido en el mundo entero (menos en Cuba), así que está bien cotizado su “performance”. Espero que se ponga camisa.
La revista Time Magazine ha puesto a Otero Alcántara en la lista de las 100 personas más influyente de mundo en el 2021. Hoy es un hombre conocido en todo el mundo. A los comunistas les molesta sobremanera el protagonismo ajeno. Recuerdo que en los años 60 a dos artistas de la tele: Enrique Almirante y Luisa María Güell el pueblo los catapultó a la popularidad. Fidel Castro no lo soportó y les inventó delitos para encarcelarlos. Me imagino que estos mafiosos estarán rasgándose las vestiduras porque Otero Alcántara hoy es un hombre de fama internacional, ídolo del pueblo cubano, posiblemente máximo líder de los que se oponen a la criminal dictadura. Y como estos mafiosos son racistas les molesta que Otero Alcántara sea negro.
Enrique Almirante estuvo preso? Pues se “rehabilitó” completamente porque tuvo un papel muy importante en “El silencio ha tenido que ser”.
Ya a él lo conocen en el mundo entero, si le pasa algo se la van a ver bien fea.
Lo están tratando de matar con covid ...
Un artículo bien documentado sobre las arbitrariedades de la aplicación de la ley contra Alcántara. Pero sucede que argumentados o no, los delitos que se le imputan a este opositor van a ser esgrimidos de todas maneras contra él, porque con lo menos que cumple el régimen es con el respeto a sus propias leyes. El hecho es que Alcántara se le ha convertido en una piedra en el zapato de Díaz-Canel S, y quieren salir de él.