El periodista independiente cubano Héctor Luis Valdés Cocho, detenido el domingo cuando intentaba llegar a Villa Marista para cubrir una convocatoria del grupo 27N en solidaridad con el artista Hamlet Lavastida, denunció tras su liberación que fue atacado sexualmente por dos hombres en el calabozo en el que estuvo recluido en la unidad policial de Aguilera, en el municipio de Diez de Octubre.
"Hoy sentí miedo, mentiría si digo lo contrario. Hoy vi el rostro más negro de la maldad y el lado más oscuro del ser humano", dijo en una publicación en su perfil de Facebook en la que relató todo lo ocurrido.
"Sin apenas poder dar un paso fui detenido por un joven vestido de civil y dos oficiales uniformados. No me dejaron apenas transmitir, ni tan siquiera grabar; tampoco podía, ya que desde mi entrada al Mónaco perdí el acceso a los datos móviles. Podía ver en el CUPET frente a Villa Marista varias patrullas, policías y agentes de la Seguridad del Estado. Un operativo inmenso solo para un grupo de jóvenes que iban a preguntar por un amigo. Yo, por supuesto, iba a reportar minuto a minuto lo que ahí podría ocurrir", escribió.
"Sin tan siquiera identificarse me montaron en la patrulla 966 y de ahí me trasladaron para la unidad de Aguilera, en el municipio de Diez de Octubre. En cuanto llegué fui bajado hacia los calabozos, pero antes desnudado sin autorización alguna, para ellos comprobar que no trajera encima ningún dispositivo de grabación. Me pusieron en una celda solo, según ellos para prevenir que me contagie con el virus, cuando más que comprobado está el verdadero virus que padece Cuba", añadió.
"Casi al instante entraron a la celda dos hombres de unos treinta y tantos años, uno de ellos más delgado que el otro. Me pareció raro desde el comienzo ya que me habían dicho que estaría solo. Al momento comenzaron a ofenderme por mi orientación sexual. Me decían que mi cara les era conocida de algún sitio. Hasta que uno de ellos, el más fuerte, me preguntó si yo era 'el pajarito de las redes sociales, la damita que vivía en San Isidro'. Al ver que yo no les contestaba comenzó lo que hasta este entonces sería para mí, el capítulo más espantoso de mi vida", continuó.
"Uno me tomó por los brazos y me pegó a la pared, mientras el otro intentaba tocarme los glúteos mientras me decían en el oído que ellos sabían cómo tratar a las princesas. Aún siento su hedor. Juraría que olían alcohol. No puedo ni podré olvidar el aliento de uno tratando con su lengua tocar mi cuello. No atiné a nada, solo a gritar, apenas me salía la voz entre los sollozos. Al escuchar los gritos llegaron dos policías y me sacaron de ahí, uno de ellos sonriendo. Todo era muy turbio, oscuro, como preparado", relató.
Según Valdés Cocho, cuando lo subieron ante el oficial en carpeta pidió hacer una denuncia, pero le negaron la posibilidad.
"Me dicen que 'con qué moral iba a denunciar, que lo que yo hacía era denunciable y ellos no me iban a denunciar a mí'", dijo el reportero.
"Una oficial que se encontraba al lado le decía al de la Seguridad que no me hiciera caso, que a lo mejor ese era el resultado a una provocación mía", prosiguió.
"Lo único que recuerdo, después de ese momento en el salón fue que miré al oficial y le dije: 'sabes perfectamente lo que sucedió allá abajo porque ustedes mismos lo prepararon. Esto es asqueroso incluso para personas de tan baja calaña como ustedes. Saben que en esta mierda de país una denuncia hecha por una persona como yo, que disiente, no tiene validez para ustedes, por eso se aprovechan para perpetuar estos actos mezquinos. ¡Son peores que Batista! ¡Asesinos hijos de puta! ¡De aquí no me mueven más sino es para llevarme a mi casa!'", añadió.
Según el reportero, lo dejaron en el lobby de la estación hasta que lo llamaron para imponerle "una multa y un acta de advertencia por violar dispositivos de seguridad", documentos que no firmó.
"¿Qué institución en este país vela por que este tipo de actos realizados a personas que disienten sean penalizados? Esa pregunta me la hacía una y otra vez en aquel espantoso lugar. Lloré, lloré y mucho, creo que aún lloro por dentro. Siento asco, no de mí, sino de ellos. No tengo deseos de escribir más, espero que me entiendan. Solo quiero dormir y despertar en un país mejor", concluyó.
El domingo, además de Valdés Cocho, fueron detenidas la artistas Tania Bruguera y Camila Lobón, así como la poeta Katherine Bisquet. Cuatro miembros del grupo 27N lograron llegar a Villa Marista. Pretendían obtener información sobre la situación del artista Hamlet Lavastida, detenido en el cuartel de la Seguridad del Estado bajo un "proceso de investigación" por cargos que no han sido explicados. Las autoridades dijeron que solo hablarán con familiares del joven.
Es lamentable, pero la solución que se me ocurre es el terrorismo a todas las instituciones gubernamentales. No a los bustos de yeso, que no nos han hecho daño alguno, sino a los uniformes azules rellenos de mierda que contaminan cada espacio de este país.
Cuando comiencen a aparecer bultos azules colgados en cada cuadra de este país y el culpable sea Fuenteovejuna, veremos quién tendrá miedo y quiénes serán los que lloren en la oscuridad.
Abajo el Comunismo y quienes lo protegen
Y van mas de 48 horas de la "desaparicion" de Otero Alcantara de las paginas de DDC.
Ahí se ve claramente que lo de Mariela Castro no es más que un intento de lavado de cara, ese régimen sigue despreciando a los homosexuales. Cuánta infamia entre esa gente que se supone son los guardianes de la ley.
No avisen más sobre las acciones a tomar y obtendrán mejores resultados
Ese régimen y sus represores repugnan.
Siempre lo he dicho, el regimen caracoquista es de naturaleza bugarronica.
Jajajaja. Cierto Padre Ignacio usted siempre lo ha dicho..., y lo sigue diciendo.
Usted no se preocupe Hector, sus represores son menos hombres que usted, usted para mi tiene tremendos timbales, todos esos "hombres" son unos cobardes, y descuide, quizas desesperemos, pero usted despertara un dia en un pais libre, un abrazo.