La vida de Yasser Rivero Boni cambió para siempre cuando decidió lanzar unos pasquines contra el régimen cerca del Capitolio de La Habana, durante una transmisión en vivo de la cadena ESPN en los días finales de la visita del expresidente estadounidense Barack Obama a Cuba, en marzo de 2016.
Debido a la repercusión internacional que tuvo ese evento, Rivero Boni esa vez solo estuvo detenido unas horas. Pero el hostigamiento en su contra se redobló a partir de ese momento. Hoy está en la cárcel.
Este activista fue condenado en agosto de 2019 a un año y medio de cárcel por el supuesto delito de "atentado", que él niega haber cometido.
Rivero Boni afirma ser víctima de coacción y abuso de autoridad de varios agentes policiales en febrero del pasado año.
A mediados de este mes, el abogado independiente Edilio Hernández Herrera, quien está asesorando al activista, presentó ante el Ministerio de Justicia un procedimiento especial de revisión que pide a las autoridades judiciales la revocación total de la condena, pues considera que Rivero Boni es inocente y se han violado de manera flagrante en su caso el debido proceso y la presunción de inocencia del acusado.
"La mayor prueba de su inocencia es el video que circuló por internet donde se aprecia cómo los agentes policiales lo tiraron contra el piso y le taparon la boca mientras el activista gritaba consignas contra el régimen, en uso de su derecho a la libertad de expresión. Minutos antes, estos mismos policías habían ido a su centro laboral para acosarlo por un supuesto 'asedio al turismo' cuando Rivero Boni conversaba con unos extranjeros para que entraran al restaurante que promocionaba", explica a DIARIO DE CUBA el abogado.
Hernández Herrera apunta además que el Tribunal Municipal de La Habana Vieja, que condenó al activista, añadió a la petición fiscal por "atentado" el delito de "desacato", para aumentarle la cantidad de años de encarcelamiento. En la apelación el Tribunal Provincial de La Habana retiró esta acusación al percatarse de la inexistencia del delito en los hechos.
El activista ha denunciado a varios medios de prensa independientes haber sido en 2014 víctima de una golpiza por parte de agentes de la Seguridad del Estado. Ese incidente le causó la pérdida casi total de la visión de un ojo.
Su madre, Yaquelín Boni, protestó ante la embajada cubana en Washington, donde reclamó la libertad de su hijo.
Por lo pronto, Rivero Boni se encuentra en la prisión 1580, en las afueras de La Habana, y allí debe permanecer hasta mediados del próximo año, cuando culmine su condena.
"Coacción y abuso de autoridad" ejerce el régimen sobre toda la nación cubana. Es un abuso constante, permanente.