Los reporteros independientes Boris González Arenas e Iliana Hernández fueron liberados la tarde de este jueves, tras más de 24 horas de detención, sin que la policía política los haya instruido de cargos ni interrogado.
González Arenas, reportero de DIARIO DE CUBA, contó a este medio que el jueves encontró un operativo en la entrada de su casa en el Vedado, tras lo cual fue detenido y trasladado a una unidad policial de San Miguel del Padrón.
"Me metieron a un calabozo de seis camas, con ocho personas", precisó.
"Allí hay varios presos por juicios arbitrarios y por malos procesos investigativos, sobre todo personas pobres, la mayoría negros", precisó.
Durante su privación de libertad, la Policía no le levantó acta ni le hizo interrogatorio. "No tengo la menor idea de por qué me detuvieron; después fue que me di cuenta que hoy es 10 de octubre. Me quisieron poner un (delito de) 'escándalo público' y les dije que no lo firmaba, porque no lo hubo".
"Ninguna de las personas que estaban en ese calabozo sabían que hoy había elecciones en Cuba", advirtió. Se presume que la policía política los arrestó para evitar que reportaran acerca de la "elección" del presidente de la República y del Consejo de Estado que tuvo lugar esta misma jornada en La Habana.
La tarde de este jueves, González Arenas fue sacado esposado de la unidad y trasladado a una estación policial de Regla, donde finalmente lo dejaron en libertad. Con esto, las autoridades intentaron evitar que fuera recibido en las afueras de la unidad de San Miguel del Padrón por los activistas Oscar Casanella, Omara Ruiz Urquiola y Adonis Milán, allí reunidos.
"A Iliana Hernández (quien estuvo presa en Guanabacoa) la quisieron multar, pero al final tampoco lo hicieron", contó González Arenas.
El aparato represivo del régimen ha arreciado el hostigamiento y represión de los informadores independientes en los últimos meses. El reportero Roberto Jesús Quiñones Haces cumple desde hace menos de un mes una sentencia de un año de prisión por intentar reportar un juicio público celebrado en Guantánamo.
La recién clausurada Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), reconoció que la violación de la libertad de prensa y expresión en Cuba en 2019 pasó a los peores niveles de su historia.
El lunes, 19 medios independientes cubanos dieron a conocer una declaración en la que reconocen que desde enero de 2018 "se han documentado 183 agresiones a periodistas que trabajan en el país, según organizaciones nacionales e internacionales; y en los últimos meses ha ocurrido un aumento ostensible en los ataques".
El documento subraya que tales ataques "hacen parte de una ola de represión a la prensa independiente, no oficial y no estatal, e incluyen detenciones arbitrarias, interrogatorios, intimidaciones sicológicas, agresiones verbales, allanamientos de domicilios, prohibiciones de salida del país, acoso sexual, ciberacoso, difamación, provocaciones en la vía pública y decomiso de medios de trabajo, entre otros".