El activista LGBTI Yasmany Sánchez, uno de los detenidos durante la represión a la Marcha Alternativa LGBTI del pasado 11 de mayo, ha vuelto a ser arrestado por la Seguridad del Estado.
Según reportó desde La Habana la periodista independiente Iliana Hernández, Sánchez fue detenido porque la Seguridad del Estado está "buscando un culpable, quién organizó la marcha".
Hernández dijo que recibió una llamada del activista, quien le comentó que "querían llevarlo para la unidad de Policía cuando caminaba por las calles del pueblo La Salud, de Quivicán, junto a su madre y su prima."
También el científico y activista LGBTI Ariel Ruiz Urquiola compartió la denuncia: "Yasmany Sánchez acaba de ser conducido en contra de su voluntad por 'oficiales' de la 'Seguridad' paramilitares a la estación de la PNR para 'conversar'", escribió en su muro de Facebook.
"Ya están al pendiente varias sedes diplomáticas radicadas en Cuba. No a la violencia criminalizada por el Gobierno cubano. No a la intimidación contra la libre expresión. No a la violación de los derechos humanos. ¡Cuba diversa!", concluyó Ruiz Urquiola su denuncia.
Sánchez compartió la misma suerte que otros manifestantes y reporteros que el pasado sábado 11 de mayo participaban en la Marcha Alternativa, cuando fue arrestado violentamente por efectivos de civil de la policía política, y liberado horas más tarde.
Esa acción pública, que fuera convocada y organizada de manera espontánea por activistas de la comunidad gay cubana, terminó con un cerco policial que obligó al grupo a dispersarse y dejó imágenes vergonzosas de represión y violencia.
Desde entonces, el aparato represivo cubano busca a los organizadores y supuestos "cerebros" detrás de su organización.
Este jueves, el diseñador y activista LGBTI habanero Roberto Ramos Mori, coordinador de la popular galería taller La Marca, fue detenido y liberado horas después, mientras que en Pinar del Río la activista Leodán Suárez Quiñones, delegada nacional de la comunidad LGBTI del partido Cuba Independiente y Democrática, fue detenida durante casi 15 horas por la policía política y liberada este viernes en la tarde.
En esas horas, Suárez Quiñones sufrió toda clase de humillaciones: "Me tuvieron bajo hostigamiento, maltrato, ofensas, riéndose de mí como si fuera un chiste, hablaron barbaridades de los homosexuales, me dijeron que por ser homosexual, contrarrevolucionario y enfermo de VIH-SIDA lo mejor era ahorcarme, que aquí en Cuba nunca voy a tener vida..."
Además, los represores atentaron contra su vida, al prohibirle tomar los medicamentos antirretrovirales que ingiere debido al padecimiento crónico que la afecta.