El opositor Jorge Luis García Pérez "Antúnez" y su esposa Magalis Rivaflecha tienen una prohibición de salida del país decretada por el régimen. Ambos tienen una pequeña hija de 15 meses que nació en EEUU, a la que no le permiten obtener la ciudadanía cubana. Por las leyes vigentes tampoco podría permanecer más de 90 días en la Isla.
En una declaración, el exprisionero político denuncia la situación actual por la que pasa su familia y explica los antecedentes.
"Mi hija Alejandra García Rivaflecha, fruto del matrimonio con Magalis Rivaflecha Revilla, tiene un poco más de un año de edad y nació el 17 de mayo del año 2017 en la ciudad de Hialeah, adquiriendo por nacimiento la ciudadanía de EEUU", indica.
"Las razones que nos llevaron a que mi esposa tuviera allá el parto fue el alto riesgo y peligro que corría tanto mi esposa Magalis como la niña cuando naciera, a partir de que los propios médicos y enfermeros que comenzaron a atenderla durante el embarazo, eran precisamente los mismos que tiempo atrás participaron en violentos actos de repudio y agresiones contra mi hogar y familia, los que gritaban por los altavoces, venían a ajustarnos cuentas y llegaron a gritarnos 'paredón'", declara Antúnez.
"El Policlínico Sur de la ciudad de Placetas, lugar donde mi esposa debía atenderse el embarazo, es el mismo centro desde donde parten las guaguas, autos y orientaciones para agredir mi vivienda. Y ante una realidad como ésa, no me quedó otra opción que llevar a mi esposa embarazada para los EEUU donde felizmente tuvo un buen parto y la niña nació en buen estado. Algo que sinceramente agradezco a cuantos me ayudaron y a esa maravillosa y grandiosa nación", añade.
El exprisionero explica que al regresar a la Isla en junio de 2017, las autoridades de salud del municipio "cumpliendo órdenes de la policía política" les comunicaron que la pequeña no tendría acceso al sistema cubano, una "penosa situación (que) afortunadamente cambió" y que atribuye a la denuncia internacional y a su propia posición.
Insiste que esto es "hasta el momento", pues sobre su familia "pende la espada de Damocles" y teme que "puedan revertir la orden" y quedar la pequeña "sin asistencia médica".
"Comenzamos a realizar un proceso llamado 'avecindamiento' con el propósito de que nuestra hija pudiera obtener permiso de residencia permanente en Cuba, algo que sorpresivamente cambió cuando de la noche a la mañana el régimen lanzó un nuevo paquete de medidas migratorias dentro de las cuales se elimina el requisito de avecindamiento y los hijos de padres cubanos nacidos en el extranjero tendrían derecho a la ciudadanía cubana, es decir, creímos que nuestra situación se había solucionado", relata.
Sin embargo, la sorpresa les llega días después, cuando "el mismo régimen anunció de que tendrían derecho a la ciudadanía cubana salvo en los casos de que los padres fueran opositores (…), es decir, que al igual que los judíos los niños fecundados por personas que no tengan la ideología comunista se les priva el derecho a ser ciudadano del país de los padres".
"El pasado jueves 2 de agosto, mi esposa Magalis Rivaflecha Revilla acudió al Departamento de Inmigración y Extranjería en el municipio de Placetas con el propósito de hacerle prórroga a su pasaporte cuando sorpresivamente una alta funcionaria de ese órgano le comunico 'Usted no puede realizar ningún trámite migratorio ni viajar al exterior, pues al igual que su esposo Jorge Luis están en el listado de los ciudadanos cubanos regulados'", escribe Antúnez.
Al opositor "llama poderosamente la atención que tal prohibición se la comunican a Magalis el día antes que debía viajar a Miami y a pocos día de expirar el plazo de 90 días que según las leyes castristas tienen o pueden estar los ciudadanos americanos (cualquier no residente) dentro del territorio nacional de Cuba".
Antúnez denuncia que la pequeña García Rivaflecha "se encuentra pasada de los 90 días y lo más curioso del caso, es que a partir de esta fecha le cobran tres dólares por cada día que permanezca en Cuba".
Lo "tendríamos que pagar en el momento de volver a salir de Cuba, si es que algún día la tiranía nos vuelve a permitir ese derecho", añade.
"Estamos en presencia de una abierta y declarada saña contra una familia por el solo hecho de su color político. Tanto Magalis como yo, hemos decidido permanecer ecuánimes ante lo que consideramos una provocación y conociendo la sucia mentalidad castrista, hemos decidido viajar cuando seamos autorizados los tres, sin el más mínimo condicionamiento. 'Ni vamos a rendirnos ni mucho menos a renunciar a nuestra hija'", concluye.