Para el abogado independiente Julio Ferrer Tamayo es Mayi, su esposa, la mujer que conoció a finales de la década de los 90 y por cuya libertad ha librado desde 2012 tantas batallas contra el sistema judicial castrista.
Ambos disfrutan junto a la familia del primer pase que le conceden a ella las autoridades carcelarias. En medio de la algarabía del reencuentro, puedo conocer personalmente a Marienys Pavó Oñate, la abogada sobre la que llevo tres años escribiendo.
Se sorprende de mi juventud y a mí me impacta su sonrisa pese al tiempo que ha estado en prisión. Le pido sustraer unos minutos a sus allegados, pues resulta casi un imperativo escuchar su versión de los hechos que la llevaron a prisión. Ella accede a contar su calvario a DIARIO DE CUBA.
¿Cómo surge la acusación de estafa?
Julio, mi esposo, llevaba mucho tiempo insistiendo en crear una asociación de abogados independientes y había tenido varios tropiezos con el Ministerio de Justicia y los tribunales. A pesar de que se hacían todos los requerimientos tal y como establece la Ley de Asociaciones, ningún paso prosperaba.
Al final dijeron que no y el hostigamiento hacia Julio fue creciendo; es ahí donde se inventan hacia mi persona esta acusación de estafa, mediante el chantaje a una mujer a quien las autoridades le hacen falsas promesas para que me acuse de haberla timado.
A todas luces, era una represalia contra Julio por luchar por el derecho de poder asociarnos libremente.
¿Cómo ocurrió el proceso judicial que termina con una condena de siete años?
El proceso de instrucción estuvo plagado de irregularidades. Las autoridades falsificaron documentos y, a partir de toda esa documentación ilegítima, comienzan a enjuiciarme.
Incluso la Fiscalía Militar admitió que era cierto que se habían falsificado documentos, pero no hubo consecuencias ni sanción para nadie. Llegaron a pedirme inicialmente 15 años de cárcel, después lo rebajaron a nueve y al final se han quedado en siete años.
También al principio me acusaban de apropiación indebida de productos alimenticios a la población y decían que por esa actividad me enriquecía; algo ilógico cuando yo trabajaba en la Dirección Municipal de la Vivienda en el municipio Cerro.
Te puedes percatar de que, como no había elementos sólidos para enjuiciarme, inventaron varios delitos, aunque ninguno se sostenía.
Me condenan en un primer juicio en 2014 por estafa y luego, en 2015, en otro juicio totalmente amañado donde ni siquiera me toman declaración, me sumaron los delitos de tráfico de influencias, cohecho y falsificación de documentos, junto a otras personas en una supuesta red donde los cabecillas éramos Julio y yo.
En la falsificación de documentos implicaron a Julio, porque supuestamente la propiedad de nuestra vivienda es falsa. ¿Pero como tú explicas que si esto fuera cierto nunca han mostrado la propiedad legítima del inmueble? Todo es sencillamente un gran invento.
La acusación de cohecho es absurda porque supuestamente los hechos en los cuales me implican ocurren tiempo después de estar en prisión. De ese delito se ven obligados a absolverme.
¿Cómo ha sido el tratamiento hacia tu persona en la cárcel?
He tenido momentos muy duros, me impidieron ver a mi madre en sus últimos momentos de vida y asistir a su entierro en abril de 2014. Mi hermana me dijo que al morir el último nombre que pronunció fue el mío. Fue muy doloroso.
Desde que mi caso comienza a divulgarse en internet la Seguridad del Estado me visita regularmente, primero para preguntarme por mis vínculos con periodistas independientes y, después, para hacer falsas promesas de que mi caso se va a resolver.
Siempre les respondo que no estoy sola pues tengo una familia que me apoya y les entrego copia de los documentos que mi esposo ha presentado ante los tribunales exigiendo mi liberación.
Desde 2016 aparezco como CR, o sea, "contrarrevolucionaria", la clasificación a aquellas personas que ellos consideran están en desacuerdo con el sistema.
Cuando estés en libertad, ¿piensas tomar alguna acción legal contra los funcionarios que te han llevado a prisión?
Pienso que eso va a venir solo. Primero quiero obtener mi libertad definitiva, pero no quiero dejar las cosas así. Sabemos que existe mucha indolencia y que tal vez cualquier acción legal sea en vano, pero algo haré para que esta injusticia simplemente no quede así.
Noto en tus palabras y en tu mirada ausencia de rencor. ¿Cómo podrías definirte en relación con el Gobierno?
Me considero una víctima más del sistema como tantas otras personas. Nunca hubiera deseado ser foco de atención o tener protagonismo alguno, pero las circunstancias nos han llevado hasta aquí. Para las autoridades es muy difícil reconocer cuando se equivocan y he conocido tantas injusticias en la cárcel que te hacen repensar la sociedad donde vivimos. Pero no he perdido la fe en que pronto obtendré mi libertad y esta pesadilla terminará.