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Represión

El régimen despliega brigadas especiales para 'cercar' a mujeres del Movimiento Dignidad en Santiago de Cuba

Las activistas de Palmarito de Cauto decidieron enfrentarse 'al estado de sitio al que toda la población local está sometida desde hace casi un año', explica una portavoz.

Santiago de Cuba

La Seguridad del Estado incrementó este domingo la presión que mantiene desde hace diez meses sobre las activistas del Movimiento Dignidad en Santiago de Cuba, informó una de las integrantes del grupo.

Según Graciela Domínguez Girón, siete mujeres de Palmarito de Cauto y más de diez de Palma Soriano amanecieron sitiadas en sus casas después de que el fin de semana se revelaran contra los controles represivos que les impiden salir de las localidades y afectan a sus vecinos.

"Están las brigadas especiales y, al mando, los agentes de la Seguridad del Estado", declaró a DIARIO DE CUBA Domínguez Girón. "Están frente a las casas, en distintas calles, tienen tomado el pueblo completo", añadió desde Palmarito de Cauto.

El sábado una decena de mujeres y un activista de la Unión Patriótica de Cuba fueron arrestados. Este domingo aún continuaba presa Yunaisis Carracedo Milanés, alertó Domínguez Girón.

Indicó que presenció amenazas de muerte a Carracedo Milanés, coordinadora de la organización en Palma Soriano, quien estaría en huelga de hambre.

La situación de las integrantes del Movimiento Dignidad es particularmente dramática en Palmarito de Cauto. "Allí hay puntos de control militar que durante estos últimos diez meses han decidido quién puede entrar o salir del pueblo. Esto, además de ser una arbitrariedad, afecta sensiblemente las necesidades básicas de movimiento de la población", explicó a DIARIO DE CUBA Odalys Sanabria, vocera internacional de la organización.

Las activistas de ese pueblo "querían enfrentarse a las medidas de 'estado de sitio' al que toda la población de ese lugar está sometida desde hace casi un año", añadió Sanabria. "En cierto modo, sentían que tenían una responsabilidad especial por desafiar la represión colectiva contra la libertad de movimiento que (…) ejercen las fuerzas represivas de ese poblado contra todos los que lo habitan".

Sanabria indicó que, por ello, las activistas de Palmarito de Cauto habrían decidido ir más allá de las demandas habituales del movimiento: que el Gobierno abra las prisiones a inspecciones independientes por parte de organizaciones internacionales, que sea abolida la llamada "peligrosidad predelictiva" y que se otorgue "una amnistía inmediata e incondicional" a todas las personas encarceladas bajo ese cargo.

Ellas "fueron a defender derechos de toda la población de Palmarito de Cauto. No se trataba en esta ocasión de reclamar los tres temas centrales de la organización. Esto otorgaba a esa acción de protesta una relevancia que iba más allá del movimiento mismo", consideró Sanabria.

"El Movimiento Dignidad podría haber realizado una legítima protesta en cualquier lugar de la Isla por los múltiples y execrables abusos a los que han estado sometidas sus activistas en diferentes provincias, pero sus miembros han decidido actuar por ahora con otras prioridades. En este caso, en Palmarito de Cauto, las activistas del Movimiento Dignidad decidieron ponerse al frente de una demanda colectiva de la población. Fue su decisión. No hay una estructura nacional por encima de ellas de la que requieran autorización para emprender algo así", señaló.

Sanabria consideró que la estructura y manera de funcionar del Movimiento Dignidad dificultan al régimen desmantelarlo.

"No hay una dirección nacional del Movimiento Dignidad ni existe una estructura de subordinación vertical a una persona o grupo. Por eso a los cuerpos represivos les resulta difícil penetrarlo para generar conflictos artificiales entre sus activistas y así controlarlo. Tampoco el Movimiento Dignidad depende ni es dirigido por una institución externa", explicó.

"Cuando un grupo de mujeres se sienten motivadas por promover las tres demandas del Movimiento Dignidad pueden sumarse sin para ello tener que esperar por la aprobación de una instancia nacional", dijo. "A menudo ellas mismas han sido víctimas de esas leyes y han visto sus vidas destrozadas por encarcelamientos injustos y campañas arbitrarias contra su reputación personal".

Sanabria afirmó que lo ocurrido el fin de semana en Palmarito de Cauto "es una acción excepcional".

"Las acciones de protesta en las calles son solo una entre cientos de opciones de lucha no violenta y no constituyen en este momento la prioridad del Movimiento Dignidad. Su trabajo es discreto y constante: contactar a los presos y sus familiares y hacerles saber que ya no están solos frente a su encarcelamiento y maltratos arbitrarios. Estamos creciendo en toda la Isla y en las cárceles. Eso es lo que le preocupa a la contrainteligencia del Ministerio del Interior", aseguró.

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