Iris María Marino García, profesora de la Academia de Artes Vicentina de la Torre y miembro del equipo de la revista La Hora de Cuba, fue amenazada el pasado martes por el régimen con ser acusada de "usurpación de la capacidad legal", según denunció este viernes en un vídeo en su cuenta de Facebook.
En la secretaría de la institución estatal para la que trabaja la esperaban dos hombres "que se identificaron como agentes de la Seguridad del Estado cubano" y que la sometieron a "dos horas y media de amenazas".
"Estos agentes hablaron sobre mi vida familiar y profesional. Hicieron hincapié en mi colaboración en la revista La Hora de Cuba y en el proyecto audiovisual Detalles del Bosque, específicamente sobre el último vídeo que realicé de este proyecto que abordó el tema del paso del huracán Irma por Camagüey", detalló Marino García.
El vídeo al que hizo referencia la Seguridad del Estado fue publicado por DIARIO DE CUBA en pasados días y recoge el testimonio de damnificados del huracán.
"El más joven de estos agentes me dijo que ha estado vigilando la vida de mi hijo de 11 años, que él conoce personalmente a mi hijo. (...) Siento que están acosando a mi familia y específicamente a mi hijo. Voy a recurrir a las leyes", concluyó Marino García en el vídeo.
Otros dos integrantes del equipo de La Hora de Cuba se encuentran también acusados de "usurpación de la capacidad legal": Henry Constantín Ferreiro y Sol García Basulto.
Sol García Basulto: 'Me estoy preparando para lo peor: la cárcel'
La periodista independiente Sol García Basulto fue citada este viernes en la unidad de la PNR # 1 en Camagüey, según denunció ella misma a DIARIO DE CUBA.
"Me amenazaron como es habitual con separarme de Árbol (mi hijo de tres años), con que van a atropellarme. Me dijeron que tuviera cuidado en las esquinas porque un accidente de tránsito lo podía tener cualquiera. Pero lo más grave fue que me dijeron que mi destino estaba decidido, como que ya yo estaba sentenciada cuando mi expediente (por la acusación de 'usurpación de la capacidad legal') no ha llegado a la Fiscalía ni al Tribunal", condenó la periodista.
Asimismo, dijo que "se estaba preparando para lo peor: una cárcel".
"Ahora mismo estoy aprovechando el tiempo junto a Árbol, lo tengo aquí a mi lado", agregó García Basulto, quien es madre soltera y que tampoco cuenta con la ayuda del padre de su hijo, un exfotógrafo del artista oficialista Kcho, que se encuentra cumpliendo una condena de diez años por un proceso controvertido e "injusto", según su familia y un abogado.
Sobre esta citación y las "amenazas" que recibió por parte del régimen, la periodista explicó que estaban relacionadas con "las donaciones directas a los damnificados que he estado gestionando y poniendo en contacto con mucha gente de fuera de Cuba y que han podido llegar directamente a muchas personas aquí en Camagüey".
Además de las donaciones, señaló que a las autoridades "les molestó mucho el vídeo que publicamos (en DIARIO DE CUBA) sobre el paso del huracán Irma por Camagüey. Y también están molestos y preocupados porque estamos fundando un proyecto de colaboración audiovisual y que llegaron a decir que no se me ocurriera hacer un grupo".
Desde el pasado mes de marzo, el régimen acusa a García Basulto del presunto "delito de usurpación de la capacidad legal" por "hacer entrevistas en la vía pública y publicarlas en la revista La Hora de Cuba". Desde julio, la periodista tiene una medida cautelar de prisión domiciliaria.
En los últimos meses el régimen le ha impedido a García Basulto llegar a La Habana y viajar a Panamá, la detuvo en noviembre y le ha prohibido ejercer el periodismo.
Según explicó García Basulto a DDC, la sanción por el delito de usurpación de la capacidad legal es de "entre tres meses y un año de privación de libertad o una multa de 100 a 300 cuotas".
De acuerdo con el Artículo 149 del Código Penal incurre en este delito quien "con ánimo de lucro u otro fin malicioso, o causando daño o perjuicio a otro, realice actos propios de una profesión para cuyo ejercicio no está debidamente habilitado".
En mayo, en entrevista con este diario, la joven afirmó que los agentes de la Seguridad del Estado no la dejaban "llevar una vida normal" y que "interrumpían en cualquier momento".