Mucho se habla del impacto que han tenido los peloteros cubanos en el béisbol de Estados Unidos, donde los triunfos y las marcas históricas de los jugadores de la Isla han dejado huella. Pero podríamos decir que esto es normal, a fin de cuentas, la tradición cubana en el deporte de las bolas y los strikes es centenaria. Sin embargo, resulta mucho más extraño hablar de un futbolista de Cuba que haya logrado la categoría de leyenda en el circuito profesional norteño, algo que consiguió el estelar pinareño Osvaldo Alonso.
Durante tres lustros, el vueltabajero campeó por las canchas estadounidenses con un objetivo muy personal: poner el nombre de los cubanos bien en alto. Ahora, poco después de que anunciara su retiro con 38 años de edad, podría decirse que cumplió la misión con mucho éxito, a juzgar por sus más de 300 partidos como titular en la MLS (Major League Soccer), sus cuatro llamados al Juego de Estrellas, su inclusión en el Once Ideal de la temporada de 2012 y en el Once Ideal de la liga en la década 2011-2020.
En total, Alonso jugó más de 28.300 minutos (primero en la historia del Seattle Sounders en pasar de 20.000 minutos) en 15 campañas y se consolidó como uno de los mediocentros de referencia en el circuito, en gran medida por su carácter y liderazgo medular. Como el clásico pulmón en el centro del campo, logró casi 200 intercepciones y dejó un imponente 91.1 % de efectividad en sus pases, lo cual habla a las claras de su precisión milimétrica.
A nivel colectivo, ganó el título de la MLS en 2016 y se llevó la victoria en las finales de la US Open Cup en 2009, 2010, 2011 y 2014, siempre vistiendo la camiseta del Seattle Sounders, el club de su vida, aunque terminó su carrera en el Minnesota United y en el Atlanta United. Jamás un futbolista cubano había llegado tan lejos en Estados Unidos, donde Alonso será recordado como un jugador de época, no solo por su impacto en el campo, sino por lo que tuvo que sacrificar para convertirse en una estrella lejos de su tierra.
Justo esta última idea nos lleva a cuestionarnos cómo fueron los orígenes y el camino transitado por el gran Ozzie Alonso hasta la cima.
Los primeros pasos
Podría decirse que Osvaldito Alonso creció en una cancha de fútbol. El pinareño vivía en unos edificios de microbrigada muy cerca de "La Bombonera", en San Cristóbal, donde practicaba casi todos los días.
"La Bombonera me vio crecer futbolísticamente", aseguró Ozzie en una entrevista con el youtuber Daguito Valdés en su canal Yo Hablo Fútbol. Allí, en efecto, vio jugar y brillar a su padre en la primera categoría del balompié cubano, en la que llegó a convertirse en uno de los máximos referentes ofensivos por su capacidad goleadora.
"Siempre tuve la oportunidad de verlo jugar, siempre me inspiró", comentó Osvaldito sobre el ejemplo de su padre en una entrevista en los perfiles oficiales del Seattle Sounders.
Por su parte, el mayor de los Alonso aseguró en el propio intercambio que soñó ver a su hijo jugando fútbol y se le cumplió: "Más que eso, es un futbolista profesional y se ha ganado la vida en las canchas. Ha superado mis expectativas".
Obligatoriamente, cualquier referencia a los inicios de la carrera de Ozzie Alonso está vinculada a "La Bombonera", un estadio donde tuvo la oportunidad de jugar en las categorías menores y juveniles, y donde logró coronarse como campeón nacional de mayores con Pinar del Río en el año 2006.
"Recuerdo el partido decisivo de aquel torneo. Le ganamos a Villa Clara en La Bombonera. Tenía alrededor de 20 años y a raíz de eso pude debutar en la selección", recuenta Ozzie, para quien ese ascenso al combinado nacional le abrió las puertas a nuevas experiencias.
La fuga
Osvaldito Alonso visualizó pronto que, si quería verdaderamente triunfar en el deporte, tendría que dejar su tierra y su familia para buscar nuevas oportunidades. La cuestión era encontrar el momento y dar el paso sin mirar atrás, pensando únicamente en su futuro profesional y en su bienestar.
"Desde que clasificamos a la Copa Oro en 2007, como seis meses antes del torneo, ya había decidido quedarme. Sabía que no iba a volver a mi padre, pero tenía que seguir adelante con mi futuro. No le dije nada a nadie. Todo fue en secreto. Cuando me quedé fue que avisé a mis familiares", relató Ozzie en los canales oficiales del Seattle Sounders.
Y en efecto, tan discreto fue el joven jugador de 22 años que ni siquiera su padre conocía de sus intenciones. "Yo estaba de misión en Venezuela y no sabía nada. Recuerdo que, al principio, me puse mal, pero después lo apoyé", relató a Play Off Magazine Osvaldo Alonso padre sobre el momento exacto en que su hijo se quedó en Estados Unidos.
Todo sucedió muy rápido. En la Copa Oro 2007, Cuba jugó en New Jersey sus dos primeros partidos como parte del grupo C junto a México, Panamá y Honduras. En el choque de estreno, celebrado en el Giants Stadium de East Rutherford, los Leones del Caribe sacaron los colores a los favoritos aztecas, ante quienes tomaron ventaja con un gol de Reinier Alcántara, aunque después Jared Borgetti y Nery Castillo dieron la vuelta al marcador.
En el segundo duelo, el once de Cuba igualó 2-2 frente a Panamá con goles de Jaime Colomé y de nuevo Alcántara. Alonso fue titular en ambos choques y aportó equilibrio y visión desde el mediocentro. Sin embargo, todo estaba a punto de cambiar para Ozzie y la selección cubana.
Tras dos partidos con México y Panamá, el grupo emprendió viaje a Houston para cerrar la fase de grupos frente a Honduras. Allí, Alonso encontró la brecha y aprovechó la oportunidad, como relató en una entrevista publicada por el diario AS: "Todos fuimos de compras a un supermercado. Cuando los directivos estaban entretenidos en la tienda aproveché y salí. Caminé varias cuadras, rápido, para alejarme del lugar lo antes posible. En la calle encontré una persona que hablaba español, un joven mexicano, con quien me identifiqué, y le pedí me ayudara. Me prestó su celular y llamé a una exnovia de Cuba que vivía en Miami. Luego me llevó en su carro hasta la terminal de autobuses".
Ahí comenzó una nueva vida para Ozzie y la selección cubana se desmoronó, pues perdieron 0-5 con los hondureños en el Reliant Stadium de Houston. "Es una decisión personal muy difícil, sabía que todo el mundo no lo iba a tomar de la misma manera, pero pensaran lo que pensaran los demás tenía que seguir adelante", confesó Alonso años después.
Charleston, Seattle… la nueva vida
Cuando Osvaldo Alonso decidió no regresar a Cuba, fue directamente a Miami. Allí pasó algún tiempo, pero después se mudó a Los Ángeles para entrenar con Chivas USA gracias a la gestión de Maykel Galindo, otro futbolista cubano que se había quedado en el país norteño durante la Copa Oro de 2005.
"Estaba esperando por mis papeles para poder firmar con Chivas, pero se demoraron y no pude jugar con ellos. Entonces apareció la oportunidad de Charleston en la USL Championship, la segunda división de Estados Unidos. Empecé con ellos y me adapté rápido. Para mí fue temporada especial, mi inicio como profesional. Terminé como Novato del Año de la liga, Jugador Más Valioso de mi equipo y estuve en el Once Ideal".
"Además, llegamos a la final de la US Open Cup, algo poco común para un equipo de la USL. Ese torneo dio un plus a mi carrera, porque tuve la oportunidad de medirme contra jugadores de la MLS. Todo eso me sirvió de puente para poder dar el salto después a la MLS", relató Osvaldito en una entrevista para el canal de Youtube Yo Hablo Fútbol.
Entonces llegó la oportunidad de firmar con el Seattle Sounders, que en 2009 viviría su primera temporada en la Major League Soccer. Para esa campaña de debut, Alonso era una de las incorporaciones y encajó desde el primer momento: tuvo la tercera marca más alta de titularidades (26) y fue el séptimo jugador del equipo con más minutos (2207).
Los Sounders acogieron al cubano como un hermano, como parte de una familia que iba a crecer en los próximos años sobre la base del trabajo y los éxitos. "Desde que entré en 2009 fui de la partida. En el primer partido le ganamos 3-0 al New York Red Bulls. A partir de ahí pasé diez años en el club siempre como titular y hasta llegué a la capitanía en 2016. Pude ser capitán antes, pero no hablaba mucho inglés y no quería pasar por encima de otros compañeros con más experiencia", rememoró Ozzie.
Justo en 2016, cuando ya era considerado uno de los pilares históricos de Seattle en la MLS, lograron el título tras superar en la postemporada a Kansas, Dallas, Colorado y Toronto, por ese orden. La final fue contra la franquicia canadiense, a quienes derrotaron en penales (5-4). Alonso fue titular en ese duelo y disputó los 120 minutos.
Sobre aquella campaña gloriosa, Alonso relató: "Tuvimos grandes equipos, pero nunca se nos dio la oportunidad de ganar. Cometimos muchos errores en los partidos, a veces boberías, y se nos escapaba la victoria. En 2016, no pensábamos salir campeones, porque tuvimos una temporada muy mala, estábamos muy alejados de los puestos de playoff, pero logramos una remontada histórica. Fui el capitán que levantó esa Copa".
El Mundial que se escapó
Quizás una de las pruebas más contundentes de que Ozzie Alonso no pasó desapercibido en el fútbol de Estados Unidos es que tuvo la oportunidad de ir al Mundial de Brasil 2014 con la selección de las barras y las estrellas. Ningún cubano ha estado tan cerca del sueño mundialista en la época moderna como el pinareño.
"Era un sueño que estaba ahí, era visible, pero desafortunadamente no se dio por cuestiones ajenas a mi persona", apuntó Alonso en una entrevista con Daguito Valdés. "Por la reglamentación de la FIFA, si había jugado con la selección de mi país no podía participar en torneos internacionales con otros equipos, pero como yo me había quedado y ya Cuba no me quería en la selección, intenté buscar la manera de jugar con Estados Unidos para poder ir a un Mundial".
Esa no era una idea festinada o sin base. El propio técnico de la selección norteña antes del Mundial de 2014, el alemán Jürgen Klinsmann, viajó a Seattle para encontrarse con Alonso y comunicarle los pasos que estaban dando para poder convocarlo a la escuadra de las barras y las estrellas de cara a la cita del orbe de Brasil. El interés del técnico europeo era real, pero todo se torció…
"Necesitaba un permiso especial de Cuba en el que dijera que ellos ya no contaban conmigo para la selección, que no pertenecía más a Cuba, pero ese papel nunca llegó", contó Ozzie con resignación.
Al respecto, su padre comentó en una entrevista con Play Off Magazine: "En el caso de mi hijo Osvaldo Alonso, llamó la atención del seleccionador nacional de Estados Unidos, Jürgen Klinsmann, quien abogó por él para que jugará por dicho país. Pidió en aquel entonces una cita con el presidente Barack Obama para que ayudara en esto. Recuerdo que el caso llegó a FIFA y el presidente estuvo en Cuba para que lo autorizaran a jugar por Estados Unidos, pero tampoco lo permitieron. Ellos ni lo llaman, ni permitieron que jugara por Estados Unidos".
El reencuentro familiar
La primera vez que Osvaldo Alonso vio a su hijo jugar un partido de MLS en vivo fue el 4 de octubre de 2015, ocho años después que Ozzie decidiera abrirse camino lejos de su tierra natal. En el Centurylink Field de Seattle, los Sounders se midieron a Los Angeles Galaxy y terminaron con empate a un gol. Ese día, Alonso jugó los 90 minutos en la medular y se enfrentó a estrellas como Steven Gerrard, Robbie Keane o Gio Dos Santos.
"Al principio nunca me imaginé que podría verlo, siempre soñé con eso", confesó Osvaldo Alonso padre en una entrevista difundida por los canales oficiales de los Sounders, en la que también aseguró que esa jornada él estaba más nervioso que su hijo.
Ese hecho marcó profundamente al mayor de los Alonso, quien se había reencontrado con Ozzie solo una semana antes de aquel partido. El 29 de septiembre de 2015, en el Aeropuerto internacional de Tacoma, en Seattle, se vieron por primera vez en ocho años.
"Cuando nos vimos, nos abrazamos. Estuvimos mucho rato abrazados y llorando. Fue emocionante, llevábamos mucho tiempo sin vernos. Fue algo muy lindo", relató Osvaldito sobre aquel momento que su padre pensó que nunca se iba a producir.
"Yo, como padre, sufría mucho pensando que no lo iba a volver a ver. Por eso, ese es uno de los instantes más felices de mi vida. Cuando se quedó era joven, sin familia, sin mujer, sin hijos. Verlo ya realizado, un adulto, con carácter, con mis nietos. Todavía para mi sigue siendo el chiquito que iba conmigo al fútbol", dijo emocionado Osvaldo padre en un intercambio publicado en las redes de los Sounders.
El final del camino
El pasado 8 de enero, Ozzie Alonso anunció su retiro del fútbol activo a los 39 años de edad. Detrás queda una carrera espectacular de más de 20 años, 15 de años en el máximo nivel profesional de Estados Unidos. Su nombre siempre será asociado a Seattle, por razones obvias, pero también dejó su huella en Minnesota y Atlanta, sitios a los que se movió para afrontar nuevos retos.
De hecho, si algo no se le puede reprochar a Alonso es su valentía para dar pasos arriesgados en pos de cumplir sueños. Como mismo decidió no regresar a Cuba en 2007, mucho después entendió que su etapa en los Sounders había terminado y probó entonces en un equipo de nueva promoción en la MLS.
"Toda mi vida en Estados Unidos la había hecho en Seattle, mis hijas nacieron ahí, pero sentí que era el momento de cambiar de aires y tomé la decisión de irme a un nuevo club, uno de los peores de MLS. Fue un reto, como mismo me quedé en Estados Unidos sin nada, quería estar en nuevo proyecto aunque estuvieran debajo. Llegando me acogieron bien, me sentí como en casa. En esa primera temporada me dieron la capitanía y la oportunidad de tomar las riendas del equipo", contó Ozzie sobre su fichaje por el Minnesota United.
"Le dije a mi esposa que quería ir a Minnesota a meter el equipo en lo playoffs. Antes de la temporada era una locura solo pensarlo, pero lo logramos. La gente no confiaba y clasificamos", apuntó el pinareño, quien después de esa aventura se fue a Atlanta y también tuvo que superar un escollo importante.
En marzo de 2022, justo al inicio de la temporada de la MLS, Alonso afrontó problemas cardíacos y tuvo que parar de entrenar y jugar. Su carrera estaba en riesgo. Pasó un corto tiempo a la espera del criterio de los médicos, quienes finalmente le dieron la autorización para regresar a las canchas. Quizás esa fue una señal para detenerse, pero el cubano siguió regalando su fútbol, hasta que llegó el retiro definitivo.
El final de su carrera, por desgracia, llegó sin la oportunidad de volver a vestir la camiseta de la selección nacional, un trago amargo con el que tendrá que vivir por siempre. Al respecto, Osvaldito Alonso dejó clara su postura en un intercambio con el canal de Youtube Yo Hablo Fútbol: "Siempre estuve dispuesto a jugar con la selección. Muchas veces, cuando llegaban las fechas internacionales y mis compañeros se iban con sus países y yo tenía que quedarme en Estados Unidos porque no podía ir con ninguna selección, me ponía un poco triste. Veía que muchos iban con sus países, jugaban, regresaban y yo no podía hacerlo. Es algo complicado que la gente no entiende y he tenido que explicar un montón de veces la situación que se vive en Cuba con estas cuestiones".
Alonso quedó esperando un llamado que nunca llegó, pero no pierde las esperanzas, quizás algún día, si las cosas cambian, podría ser el seleccionador nacional de Cuba y reunir a un equipo con los mejores futbolistas de la Isla, vivan donde vivan y piensen como piensen. Por el momento, a Ozzie le queda el consuelo de que, si bien no pudo volver a vestir la camiseta de las cuatro letras, al menos en su tierra la gente lo recuerda y lo venera como una verdadera leyenda.
Excelente artículo. El Mesi y Cristiano Ronaldo Cubano. Para dejarlo claro no estoy comparando a esas dos Estrellas con el Cubano. Sino cuánto tuvo que hacer el Cubano para llegar a ser quien es Hoy. Ese es el Cubano verdadero, lejos del Oprobio de la Tiranía Totalitaria Fascistas de los Castros