La Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés) decidió extender la Restricción de Pruebas Analíticas (ATR en inglés) impuesta en 2022 al Laboratorio Antidoping de La Habana, durante otros seis meses, según informó en un comunicado compartido en su cuenta de Twitter.
La limitación impuesta afecta al método analítico de cromatografía de gases/ combustión y espectrometría de masas de relación isotópica (GC/C/IRMS), explicó la WADA.
La extensión de la sanción hasta el próximo 16 de noviembre, o hasta que se cumplan los requerimientos, responde a la recomendación del Grupo Asesor de Expertos de Laboratorio (LABEAG).
Durante ese tiempo, el laboratorio de La Habana podrá continuar realizando sus actividades antidopaje habituales, de acuerdo con el Estándar Internacional para Laboratorios (ISL en inglés), pero todas las muestras de rutina que requieran el tipo de análisis afectados por la restricción deberán ser transportadas de forma segura con una cadena de custodia demostrable a otro laboratorio acreditado por WADA.
Esta restricción ya había sido impuesta al laboratorio de La Habana en noviembre de 2022. Según explicó entonces WADA en un comunicado, el 27 de octubre de 2022, recibió una recomendación de LABEAG para imponer la restricción por incumplimiento del ISL.
Once días después, la WADA envió un aviso al laboratorio cubano para darle la oportunidad de responder a la recomendación o aceptar el ATR y las condiciones relacionadas.
El 14 de noviembre, el centro antidopaje de La Habana notificó a la WADA que aceptaba el ATR. Posteriormente el presidente del Comité Ejecutivo de la WADA confirmó la sanción, según la agencia.
Según el ISL, la WADA es responsable de acreditar los laboratorios antidopaje, asegurando así que mantengan los más altos estándares de calidad.
Ni el comunicado de la WADA de 2022 ni el que ahora prorroga la sanción aplicada entonces ofrecieron más detalles de los estándares que incumplía el Laboratorio Antidoping de La Habana, una institución creada por Fidel Castro.
Cuatro años antes, Cuba había sido designada para ocupar la vicepresidencia de un grupo de lucha contra el dopaje de la UNESCO, lo que el Gobierno presentó como "un reconocimiento a los resultados del país en este ámbito".
Sin embargo, según datos oficiales divulgados en 2017, en Cuba había entre tres y cuatro casos de deportistas dopados anualmente. En 2016 las disciplinas afectadas fueron principalmente el balonmano, el levantamiento de pesas y el ciclismo y los deportistas implicados resultaron sancionados.
En 2016 uno de los casos más sonados fue el de la discóbola Yarelis Barrios, quien perdió su medalla de plata obtenida en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. También el cubano Wilfredo Martínez, quien terminó quinto en el salto largo de la misma cita olímpica, fue descalificado retroactivamente después de que un nuevo análisis de sus muestras arrojara positivo a dopaje.
Quizá el caso de más repercusión haya sido el del recordista mundial de salto alto Javier Sotomayor, suspendido en dos ocasiones, al vinculársele con el uso de sustancias prohibidas. Sotomayor siempre sostuvo su inocencia, alegando que las acusaciones eran parte de una campaña en su contra. El difunto Fidel Castro se involucró en la defensa del estelar exatleta.
La actitud de las autoridades deportivas hacia Barrios fue muy distinta de la forma en que se defendió al exsaltador, según reveló la exatleta en entrevista con la periodista Julita Osendi, tras emigrar de Cuba.
"No quiero recordar los aterradores momentos vividos en el Consejo de Estado cuando José Ramón Fernández, entonces presidente del Comité Olímpico Cubano, quería obligarme a declararme culpable y yo, sabedora de mi inocencia, le repetía una y mil veces que no lo haría porque no era justo", señaló Barrios, quien consideró que no fue defendida como merecía.
La prensa oficial cubana no suele publicar sobre los casos comprobados de doping dentro de la Isla. Las autoridades médicas han justificado que no están concebidos los mecanismos para brindar esa información.
