Back to top
Ajedrez

Tres cubanos ingresan al Salón de la Fama del Ajedrez de América en 2022

La institución reconoce a ajedrecistas, árbitros, organizadores y patrocinadores con aportes significativos al ajedrez americano.

Ciudad de México
El periodista y escritor cubano Miguel A. Sánchez, con su medalla de miembro del Salón de la Fama del Ajedrez ce América.
El periodista y escritor cubano Miguel A. Sánchez, con su medalla de miembro del Salón de la Fama del Ajedrez ce América.

Tres cubanos aparecen entre las figuras que fueron exaltadas al Salón de la Fama del Ajedrez de América en 2022, en una ceremonia en la Casa Maass de Ciudad Juárez en Chihuahua, México, según una reseña del escritor, investigador, árbitro internacional y profesor de ajedrez venezolano Uvencio Blanco Hernández.

Los nacidos en la Isla que ingresaron a la institución son el Gran Maestro Internacional Jesús Nogueiras, el Maestro Internacional Ramón Huertas Soris y el periodista, historiador, escritor y conferencista Miguel Ángel Sánchez Martínez.

Sobre el primero, nacido en 1959, Blanco Hernández destacó que es entrenador senior FIDE y ganó cinco veces el Campeonato de Ajedrez de Cuba, en el que además ocupó el segundo puesto en otras cinco ocasiones.

Nogueiras participó en 14 Olimpiadas de Ajedrez con un 58,2% de efectividad reflejado en sus resultados: 46 victorias, 78 empates y 22 derrotas. Jugó un Torneo de Candidatos y un Grand Prix. En 1991 ganó junto a Mijail Tal y Julio Granda el Memorial Najdorf en Buenos Aires.

Huertas Soris, nacido en 1951, es también entrenador del equipo nacional juvenil de Cuba y del equipo sub 26 de México en el mundial de Argentina, además de escritor y conferencista. Entre sus alumnos destacan 14 Grandes Maestros, dos de ellos ex campeones mundiales juveniles, nueve panamericanos y dos centroamericanos, señaló Blanco Hernández.

Sánchez Martínez es el máximo biógrafo del tercer campeón mundial, el ajedrecista cubano José Raúl Capablanca. Ha publicado los libros Capablanca, leyenda y realidad y Bobby Fischer en Cuba. Sus viajes partidas y aventuras en la tierra de Capablanca. Sus primeras colaboraciones fueron en revistas como Ajedrez, Jaque Mate y el periódico estatal cubano Juventud Rebelde.

Los tres cubanos fueron incluidos en el salón junto a otros ocho ajedrecistas, árbitros, periodistas y divulgadores de ajedrez, así como la VI Olimpiada de Ajedrez Femenino (Colombia, 1974) y el Club de Ajedrez de Manhattan, fundado en 1877.

En su artículo, el escritor e investigador venezolano compartió las palabras del presidente del Salón de la Fama del Ajedrez de América, Gustavo Maass Garza, quien recordó que desde 1986 existe el Salón de la Fama del Ajedrez Mundial, dirigido por el United States Chess Trust. 

"Igualmente, la Federación de Ajedrez de los Estados Unidos tiene su propio Salón o Museo de la Fama en Saint Louis, Missouri; en general, exclusivo para los afiliados a la United States Chess Federation (USCF)", añadió.

"Sin embargo, hemos considerado necesario crear un ambiente similar para reconocer y exaltar la obra de aquellos ajedrecistas americanos no nacidos en territorio de los EEUU. Hablamos de más que una necesidad, de una acción de justicia social para con todos aquellos trebejistas, árbitros, organizadores y patrocinantes que han dado aportes significativos al ajedrez americano; hombres y mujeres nacidos en otros países de Norteamérica, centro y sur América y región del vasto Caribe atlántico", explicó sobre el Salón de la Fama del Ajedrez de América.

El Salón es una institución civil, creada sin ánimos de lucro, permanente y abierta al público. Fue concebida con el objetivo de reconocer a glorias y personalidades del ajedrez, sin distinción.

En la primera edición, en 2021, fueron exaltados los cubanos José Raúl Capablanca, Guillermo García, María Teresa Mora Iturralde y Carlos Antonio Palacios Toscano, así como la XVII Olimpiada de Ajedrez de La Habana, de 1966.

Archivado en
Más información

1 comentario

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

Merecido reconocimiento a Miguel Ángel Sánchez, cuya biografía de Capablanca exalta al gran ajedrecista, orgullo de Cuba, y ha implicado una enorme tarea durante años y años. La biografía como género literario, por cierto, muestra un escaso número de obras cubanas.