El esgrimista cubano Luis Patterson sostiene que su decisión de abandonar la selección que acudió a la Copa del Mundo de Esgrima en Berna, Suiza, fue "la correcta", a pesar de que implicó que sus compañeros no pudieron buscar la clasificación por equipos para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y que él no pueda entrar a su país en ocho años.
Así lo expresa tres años después de fugarse del hotel donde se hospedaba con sus compañeros, en una entrevista concedida al medio deportivo Play Off Magazine, en la que cuenta cómo logró escapar y por qué decidió hacerlo.
"Tenía poco tiempo para tomar la decisión correcta y no cometer ningún error antes de que me recogieran el pasaporte; no podía contarle a mi familia. Recuerdo que estábamos en una habitación todos juntos y no pude dormir en toda la noche. Pensaba cómo escapar sin ser visto en un país que nunca había visitado, ¿qué hacer? ¿a dónde ir? Pero debía hacerlo y rápido", explica el atleta de 26 años, que en su palmarés exhibe la medalla de oro en la Copa del Mundo Juvenil y la medalla de oro por equipos en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
"En la mañana, antes de chequear el armamento para competir, bajamos a desayunar. Mi entrenador me preguntó por qué esta vez llevaba los zapatos para desayunar, cosa que nunca hacía. Me senté en el lobby y esperé que todos subieran a la habitación. Entonces supe que era mi momento", cuenta Patterson, quien se inició en la esgrima a los seis años y llegó al equipo nacional a los 15.
"Salí. Corrí hasta la parada del subemontañas. Después corrí aún más. No me detuve hasta la estación del tren. Pregunté por el camino mediante señas cómo llegar a la estación", añade sobre su huida.
"Una vez ahí, las lágrimas corrieron solas. Sabía que sería juzgado y penalizado por mi actuar. Mi familia y todas mis amistades sentirían la noticia. Pero fue una buena decisión. Mientras más me alejaba, más libre me sentía", asegura.
"De Suiza fui para Francia y ahí estuve varios días hasta encontrar dónde estabilizarme".
Luego viajó a Canadá, donde reside ahora, con una visa de turismo que tenía, porque había visitado ese país en varias ocasiones.
Patterson señala que, al no ser la esgrima un deporte mediático como el béisbol y el boxeo, por ejemplo, cuenta con poco apoyo de las autoridades. Por eso, acudió a eventos como la Copa del Mundo Juvenil San Salvador, sin respaldo del presidente de la Federación de Esgrima de Cuba, y ganó contra todos los pronósticos.
"Sin proveerme transporte, vestimenta, ni viatico, me sobrepuse. Logré salir victorioso y titularme campeón mundial juvenil. Este evento me abrió las puertas a otros internacionales en esa temporada", dice.
"San Salvador fue una competencia en la cual, por estadística, no tenía chance de alcanzar una medalla. Pero sabía que al estar en la selección nacional y entre los primeros a nivel de mayores, podía hacer un buen papel".
"Los problemas empezaron cuando le pregunté al presidente de la Federación si recibiría algún módulo o ropa, como lo llamamos, en caso de alcanzar una medalla".
"Sus palabras fueron 'usted está más cerca de la Luna que de alcanzar una medalla en esta competencia' y le dije 'está bien'. Él me respondió 'te voy a dar el chance de ir, pero si no coges una medalla, vas de cabeza para Holguín'. Y por ahí empezó todo".
Patterson y sus compañeros tuvieron que viajar a Panamá con su propio dinero y tuvieron que "hacer magia para poder competir" en el Campeonato Panamericano y Centroamericano. Allí obtuvieron la medalla de plata por equipos y él se llevó la presea del mismo color en la competencia individual.
Pero, pese a haber obtenido resultados a nivel internacionales representando a Cuba, sus condiciones de vida "no eran las mejores".
"Mis condiciones de vida no eran las mejores, ni las merecidas para un atleta de alto rendimiento. Aún después de representar a Cuba en varios eventos internacionales y obtener resultados, debía compartir cama con mi mamá y hermano al regresar a mi casa, o dormir en el piso".
Sin embargo, esas condiciones de vida no fueron el detonante que lo llevó a escapar durante el torneo en Suiza.
"La decisión la tomé después de ganar los Juegos Panamericanos. Me di cuenta que por muchos resultados, seguiría viviendo del momento", explica el esgrimista.
"Tuve varias discusiones con mi entrenador y algunos directivos por injusticias. Supe que, si no lo aprovechaba, nunca más me darían otra oportunidad. Aun siendo campeón Panamericano, me amenazaron con removerme del equipo A, en caso de no obtener un buen resultado en Berna, Suiza. Me pareció bastante absurdo".
Luis Patterson vive en Canadá y compite con el Dynamo Fencing, con el que ha obtenido varios resultados. El más reciente de ellos fue una medalla de plata en el Campeonato Nacional.
Sobre la posibilidad de representar a Cuba otra vez algún día, dice que le gustaría, pero "solo si puedo representarla libremente".
