El boxeador cubano Billy Rodríguez, quien semanas atrás fue noticia por su debut con nocaut en el circuito profesional y por no retornar a la Isla, explicó los motivos que lo llevaron a tomar esa decisión, en una entrevista con el sitio Boxeo Cubano, conducido por el promotor Willie Suárez.
El púgil, que ya se encuentra en Palm Beach, Miami, habría sufrido, en 2021, una decepción que lo llevó a no confiar en las autoridades deportivas de la Isla: un diagnóstico de Covid-19, que él describió como falso, le privó de asistir al Campeonato Mundial de Boxeo, pese a que estaba en "una forma muy buena".
"Solo Dios y mi novia saben lo que pasé yo cuando a mí me dieron positivo a la Covid allá en Cuba, antes de ir al Mundial. Yo me pasé semanas llorando y sintiéndome mal porque yo sabía que no tenía nada. Aparte, al otro día me hice el PCR y estaba negativo", contó Rodríguez, quien, a partir de ese momento decidió "no confiar aquí en más nadie".
"Yo no tenía ni síntomas, estaba en mis mejores condiciones", añadió. "Aparte, si hubiera sido positivo, OK. Pero ese mismo día me hice un PCR y quedaban veintipico de días para el Mundial y yo lo reporto rápido: 'mira, soy negativo'. Y dijeron que no".
Según Rodríguez, le dijeron que los entrenadores querían llevarlo al Mundial, pero quien estaba negado era Alberto Puig de la Barca, presidente de la Federación Cubana de Boxeo (FCB). El motivo no habría sido el interés en llevar a otro boxeador en su lugar, sino falta de confianza en él.
"A mí no me llevaron porque yo nunca había salido del país y no confiaron en mí. Pero yo estaba en una forma muy buena", afirmó Rodríguez, quien no fue sustituido por ningún otro púgil cubano para el certamen del orbe.
Pero la razón principal de Rodríguez para no regresar al país fue la imposibilidad de ayudar económicamente a su familia estando allí.
"Si yo tuviera la oportunidad de ayudar más a mi familia allá yo no hubiese tomado esa decisión. Pero ya veo que siempre hay una traba para el dinero, que si esto que si lo otro y qué voy a hacer. Tengo que ayudar a mi familia", explicó Rodríguez, quien sostuvo que "no vivía en buenas condiciones" en la Isla.
"Yo quisiera que tú vieras cómo yo vivía en Cuba. Un campeón de América, que no es gran cosa, pero más o menos debería tener un poco más y no tenía nada. Se me quedaron debiendo 10.000 dólares, que dicen que Estados Unidos no quiere, por el bloqueo, que llegue el dinero a Cuba. Yo necesito ayudar a mi familia, ¿entiendes?", preguntó.
Billy Rodríguez ya tiene un manager en Estados Unidos, cuyo nombre no mencionó, pero sería la persona que lo ayudó a abandonar el equipo de los Domadores de Cuba y llegar a Estados Unidos.
Sobre su estreno en el circuito profesional, el viernes 19 de agosto, dijo que comenzó "un poquito así como que tenso", pero luego se dijo "si al final, tú eres boxeador y tú sabes cómo hacer esto, suéltate".
El nocaut que consiguió a la altura del segundo asalto sobre el mexicano Miguel Ángel Luna demuestra que Billy Rodríguez no necesitó mucho tiempo para "soltarse".
Aunque pudo haber abandonado el equipo antes de subir al cuadrilátero, decidió "quedar bien con ellos (la FCB)" y "regalarles el show, más al compañero que nos estaba buscando las peleas con mexicanos (Gerardo Saldívar, presidente de Golden Ring, empresa que gestiona la presencia de los Domadores en peleas profesionales)".
La victoria de Rodríguez constituyó el décimo triunfo consecutivo para la escuadra que representa a la FCB, desde su retorno a las peleas profesionales, 60 años después de que Fidel Castro eliminara esta práctica de todo el deporte en la Isla.
Durante décadas, los púgiles de la Isla pelearon en la categoría amateur aunque en la práctica ya eran profesionales pues se dedicaban solo a su deporte y firmaban un contrato, mediante el cual recibían ingresos, como reconoció Ariel Saínz, subdirector del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER), a principios de abril pasado en el programa televisivo Mesa Redonda, en el que se anunció la inserción de boxeadores cubanos en el circuito profesional.
El presidente de la FCB explicó en el mismo programa que los atletas "no firman un contrato con una bonificación correspondiente, pero sí cobran por sus peleas".
De esa bonificación, el púgil recibe el 80%, mientras el 20% va a la Federación para utilizarlo en función del boxeo. La FCB decide dónde y cuándo pelea, y aprueba a su rival. El contrato estipula, además, que el púgil debe retornar a Cuba, tras el combate.
La decisión de Rodríguez de no regresar puso en evidencia que ni la inserción de los boxeadores en circuitos profesionales basta para detener el éxodo en el deporte estatal cubano.
