Tres años después de visitar la Escuela Nacional de Voleibol y detectar goteras en el techo, falta de iluminación, ventanales defectuosos, y que apenas se podía entrenar en dos de los seis rectángulos, el diario Granma informa que se comenzará a reparar el centro deportivo.
Según el periódico del Partido Comunista, el entonces director del Cerro Pelado dijo que, después de terminar en la Fonts, inmediatamente se trabajaría en la Escuela de Voleibol.
En ese tiempo fue mejorado el gimnasio principal y el comedor del centro, pero se fue quedando rezagada la restauración de los seis escenarios. La instalación, en general, hoy está necesitada de un rejuvenecimiento sustancial, señala el órgano del Partido Comunista de Cuba.
Arreglar el área de juego lleva muchos metros de madera de calidad, resistente y flexible a la vez, para evitar lesiones, explica Granma. Sin embargo, las preselecciones de las distintas categorías hacían sus entrenamientos, aun en las condiciones descritas, hasta que se interrumpieron por la pandemia y la suspensión del curso escolar.
Según el reporte, Sergio Iglesias, metodólogo nacional, explicó que ya tuvieron una reunión con el Ministerio de la Construcción y aseguraron que se comenzará el desmontaje de los tabloncillos, lo que resulta una tarea ardua, de acuerdo a la nota porque lleva en su base un complejo bastidor que, seguramente, presenta un alto grado de deterioro.
La nota subraya que la reparación también debe inspirar a trabajar por la superación de los entrenadores, pues los propios voleibolistas contratados fuera critican que la concepción del entrenamiento en Cuba está atrasada.
La semana pasada, el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) se jactó de haber alcanzado una cifra récord, 43 jugadores, contratados en ligas foráneas de voleibol.
Desde que el Gobierno dio luz verde en 2013 a la exportación de atletas, el INDER busca contratar la mayor cantidad de deportistas posibles en ligas foráneas con el argumento de que con ello busca elevar la calidad del deporte local, si bien se beneficia de ingresos por el llamado "derecho de formación".
Sin embargo, la realidad demuestra que el voleibol cubano ha ido en picada en los últimos años. En el sexo femenino, después de los tres títulos consecutivos ganados por las llamadas Morenas del Caribe, en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sidney 2000, más el bronce de Atenas 2004, las selecciones cubanas cayeron al cuarto puesto en Beijing 2008 y no obtuvieron la clasificación para participar en las Olimpiadas de Londres 2012, Rio de Janeiro 2016 ni Tokio 2020.
Por su parte, los equipos masculinos de la disciplina nunca alcanzaron los resultados de las mujeres en Juegos Olímpicos. En Barcelona 1992 quedaron en un cuarto lugar, que constituye su mejor ubicación en citas estivales. En Atlanta quedaron sextos y en Sidney cayeron al séptimo lugar, en la que fue su última incursión en estos eventos hasta que consiguieron volver a clasificarse en 2016 y terminar en el onceno puesto. Al igual que la selección femenina, no consiguieron la clasificación para las Olimpiadas de Tokio 2020.