El lanzador cubano Marcos Ortega emigró de Cuba a principios de 2020, luego de debutar en las Series Nacionales con Industriales. Después de varios meses de interrupción de la actividades beisboleras a causa del coronavirus, el derecho continúa la preparación en la República Dominicana con vistas a firmar un contrato profesional.
"Salir de Cuba y dejar a mi familia atrás me resultó muy difícil pues estoy acostumbrado a estar muy cerca de ellos", dijo Ortega a DIARIO DE CUBA.
Hijo del extorpedero Hermes Ortega, quien jugó de 15 campeonatos con los Alazanes de Granma y promedio de .264, Marcos, de 22 años, es parte de una generación de descendientes de peloteros que no tienen planeado su futuro en el béisbol de Cuba.
Como él, los hermanos Mesa, Gurriel, Osniel Madera, Lionar Kindelán, Miguel Vargas, Héctor Olivera, entre otros, no creyeron en repetir una lealtad vitalicia como hicieron deportistas cubanos en décadas anteriores.
"Con tal de mejorar nuestro sistema de vida, ellos (la familia) me apoyaron a la hora de dar el paso adelante. Con Dios mediante, pienso lograr mi sueño", afirmó Ortega.
El joven pitcher tuvo excelentes resultados en la pasada Serie Nacional 59 con los Azules de la capital dirigidos por Rey Vicente Anglada. Contribuyó con cuatro victorias y efectividad de 3.99 en 70 entradas. Los rivales le batearon para solo .251 en 15 aperturas.
En las presentaciones que ha realizado en República Dominicana va dejando una agradable impresión. Sin una recta supersónica (estable entre 90 y 92 millas), Ortega saca ventaja de la diversidad de su repertorio (curva, cambio, slider) y con esa variedad cree poder lograr la tan ansiada firma con una organización de Grandes Ligas.
"Yo salí a buscar un contrato con algún equipo de MLB", dijo.
Los números de emigrantes dentro del béisbol cubano no han hecho más que aumentar en los últimos dos años. Ortega es uno más entre tantos que buscan el sueño.
"Quiero probarme en el mayor nivel del béisbol que hay en el mundo. Quiero cumplir el sueño de llegar a Grandes Ligas".
El derecho, que integró selecciones juveniles de Cuba, toma confianza en partidos entre escuadras en Dominicana. Realiza su mecánica en el montículo y lanza una recta de 92 millas traspasando al bateador que está enfrentando. Luego prueba con un slider y el mismo bateador ni siquiera hace swing. El umpire canta strike. Ortega se muestra con confianza.
Muy pronto, cuando se reinicien las actividades de búsqueda de talentos, tendrá su prueba de fuego. Ortega buscará entrar en un selecto grupo de elegidos que pueden insertarse en el béisbol profesional de Estados Unidos.
Cuba produce profesionales ,deportistas y artistas para que se desarrollen en otros paises porque el sistema es incapaz de mantenerlos y dejar que se desarrollen libremente ,de la isla huyen hasta los hijos de los ministros ,,,que decir entonces de los peloteros,,,medicos ,ingenieros ,abogados,profesores,cantantes y actores entre otros,,,,Cuba se esta convirtiendo en un pais de viejos jubilados vendiendo mani y periodicos en las esquinas para mantenerse hasta que dios lo quiera,