Miguel Díaz-Canel abanderó la delegación deportiva cubana que acudirá a los XVIII Juegos Panamericanos de Lima en una ceremonia cargada de la "solemnidad" de los actos políticos ideológicos del Gobierno.
El acto tuvo lugar este sábado en la Plaza de la Revolución al pie del Memorial de José Martí. El gobernante depositó el estandarte en manos de Mijaín López, publicó el sitio oficial Cubadebate.
Según el medio, Díaz-Canel "rompió los protocolos" al dirigirse a los 420 atletas y equipo técnica que participará en la cita deportiva a modo de conversación y después de ofrendas florales, canto del himno, un "compromiso de victoria" y un discurso del presidente del INDER, Osvaldo Vento Montiller.
"El pueblo está muy identificado con ustedes, y aunque es solo una lid deportiva, nosotros tenemos ahí todos los sentimientos unidos, y por tanto cada victoria será una victoria de la patria y de la Revolución. Sé que están preparados. En estos días hemos tenido muy buenas noticias de muchos de ustedes en diferentes competencias internacionales y eso nos da la certeza que esta será una delegación triunfante. ¡Éxitos, a ganar, y vamos por más!", les dijo el gobernante.
El sustituto de Raúl Castro no desperdició la ocasión para culpar a la Administración de Donald Trump de los "momentos que estamos viviendo".
Vento Montiller presentó el inicio de los Panamericanos, que coincide con el 26 de julio, fecha del fallido Asalto al Cuartel Moncada decretada por el régimen como "Día de la Rebeldía Nacional", como "otra motivación especial" para "inscribir a Lima con honor en la rica historia" del deporte cubano. Ya el INDER declaró que quería 166 medallas.
"Iremos por más porque esta bandera inspira y ahora nos corresponde a los deportistas decir: yo soy Cuba", dijo Mijaín López en el guion que le tocó pronunciar.
Además de dirigentes del Partido y del deporte, asistieron al abanderamiento como invitada especial, la mexicana Ana Gabriela Guevara, directora de CONADE, y Guido Octavio Toro, embajador de la República de Perú en Cuba.
Los resultados del deporte cubano en citas internacionales se han alejado en las últimas décadas de los primeros escalafones. Las crisis económicas, políticas desacertadas y la sangría en las nóminas de atletas han pasado factura a la otra potencia deportiva latinoamericana.