Carlos Vázquez, futbolista cubano de 19 años que milita en la organización del Atlético de Madrid, ha confesado que sueña con jugar para la selección nacional de su país natal. "Representar a Cuba a nivel internacional sería una hazaña (…) Espero con ansias una llamada que confirme mi convocatoria, porque además quiero compartir conocimientos y aprender de mis compañeros y cuerpo técnico tanto a nivel humano como futbolístico," confesó en una entrevista.
En julio de 2018, la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) dio a conocer que los futbolistas de origen cubano residentes fuera de la Isla podrían jugar con su equipo. Pero para ello deben cumplir dos requisitos de índole política: no haber abandonado alguna delegación deportiva oficial ni haber representado a otra nación en partidos internacionales.
Esa medida pretende mejorar los resultados en ese deporte, cuya popularidad se ha disparado sobre todo entre los jóvenes cubanos, al punto de llegar a rivalizar en masividad con el llamado "deporte nacional": el béisbol.
En 2017, Cuba descendió al puesto 180 en el ranking mundial de la FIFA, posición más baja desde 1993, donde el equipo cubano ocupó ese mismo escaño entre 211 naciones.
Vázquez abandonó Cuba con sus padres a la edad de tres años para asentarse en España. De esa época guarda recuerdos vagos, pero ya entonces el fútbol era parte importante de su vida: jugaba en su barriada de La Habana con un balón obsequiado por Diego Armando Maradona.
Desde entonces y hasta su arribo a las filas del club Atlético de Madrid ha pasado mucho. Vázquez juega hoy en el conjunto juvenil de club colchonero.
Pero antes de recalar allí, comenzó con cinco años en un club del pueblo donde residía en Madrid, el Valdemorillo. "Después pasé por otros equipos, y el último año estuve en el San Fernando, donde tuve una gran progresión, y esto me permitió ganar la atención de clubes importantes como Rayo Vallecano y Getafe, además de otros de fuera de la comunidad madrileña, pero yo quería jugar en el Atlético y me decidí por su oferta", refirió.
"Cuando jugué la Oviedo Cup me ofrecieron ir a probar al Manchester United, pero no me convencí porque estaba muy pequeño. También tuve opciones de ir al Valladolid, pero al final decidí jugar en el Atleti, y no me arrepiento", explica.
"Nunca se había visto que un cubano jugara en el Atlético, y eso es una muestra de que los nacidos en la Isla somos grandes deportistas, que podemos dar la cara y que nos dejamos la piel en todo", agrega.
Por el momento, las aspiraciones de Vázquez pasan por dar el salto al fútbol profesional: "el objetivo es llegar lo más alto posible y seguir progresando. He tenido unos años muy buenos en el Atlético, incluso hemos sido campeones de la categoría, y ahora toca jugar mucho para progresar. Este último año estuve en el Atlético Madrileño, juvenil del club que participa en la División de Honor, y disputamos incluso la Copa de Campeones".
Vázquez, que marcó tres dianas esta temporada ante Levante, Villarreal y Murcia, conoció hace un tiempo al seleccionador de categorías inferiores cubano, Raúl González Triana.
"Estuvimos hablando sobre la posibilidad de mi convocatoria y me dejó claras sus intenciones de la realización de la misma", cuenta el juvenil del Atlético.
Pero para concretarse esta posibilidad aún está pendiente definir el entramado legal que conlleva. Cae en el terreno de las autoridades cubanas resolver ese asunto.