Aprovechando que Rusia acoge el Mundial de Fútbol 2018 y para celebrar de conjunto con el del mundo el mes del Orgullo Gay, un grupo de seis activistas se las han ingeniado para burlar la normativa homófoba que promulgó Vladimir Putin en 2013, que prohíbe los símbolos de la comunidad LGBTI+.
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— Joana Uriarte Acha (@joanauriarte) 7 de julio de 2018
Según recoge la edición Verne, del diario El País, vistiendo los pulóveres de sus respectivas selecciones, los jóvenes pasearon a finales de junio por las calles de Moscú colocados de manera estratégica para formar los colores de la bandera creada por Gilbert Baker en los 70, de seis colores y no siete.
Las redes sociales se hicieron eco de esta iniciativa, detrás del cual está el proyecto The Hidden Flag. A través de su web muestran el resultado de su original protesta. Las imágenes también se exponen en la galería de la capital española 6más1 hasta mañana domingo 8 de julio, coincidiendo con el fin de semana del Orgullo en Madrid.
"Llevar la bandera en la mano en Moscú supone un problema legal. De esta forma, creamos una manifestación alegre en un país donde se ha prohibido la alegría, que es la diversidad", cuenta a Verne el mexicano Guillermo León, encargado de lucir la parte verde de esta bandera colectiva a través del pulóver de la selección de su país.
The Hidden Flag, organizado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), logró en menos de tres semanas coordinar a seis activistas gays de varios países del mundo cuyos colores pudieran configurar la bandera LGTBI+ (España, Holanda, Brasil, México, Argentina y Colombia).
De acuerdo con el suplemento del periódico español, todos ellos se conocieron en Moscú y juntos recorrieron los bares, el metro y las calles de la capital rusa.
No es la primera vez que el resto del mundo se enfrenta con humor e imaginación a la homofobia del Gobierno ruso.
En 2017, el Ministerio de Justicia del país incluyó una imagen muy popular en las manifestaciones de protesta en Rusia en un listado de materiales extremistas y, por tanto, ilegales.
Era un retrato de Putin maquillado con la bandera LGTBI+ de fondo. Lo que la ley rusa no pudo impedir es que usuarios de redes sociales del resto del mundo compartieran la ilustración a modo de protesta. La imagen se hizo viral en aquel entonces.