Una violenta riña que dejó varios heridos y terminó con la intervención de la Policía obligó a suspender un partido de la edición 103 de Liga Nacional de Fútbol, reporta la prensa oficial de la Isla.
El periódico Adelante, de Camagüey, informó que los jugadores del equipo local, Los Miuras, abandonaron el terreno el viernes "por temor a su integridad", después de la pelea que interrumpió el partido.
Según el reporte, que citó a una testigo presencial, la periodista Darilys Reyes Sánchez, el incidente ocurrió a mediados del segundo tiempo, cuando los cienfuegueros ganaban el choque dos goles a cero.
Todo comenzó en una banda, cuando el director técnico de los Marineros de Cienfuegos, Frank Pérez Espinosa, y un jugador camagüeyano empezaron una discusión a la que se sumaron ambos colectivos técnicos.
La violencia terminó adueñándose de jugadores y entrenadores, y luego de parte del público. La situación se descontroló tanto que hubo heridos y la Policía tuvo que intervenir, indicó el periódico sin precisar la gravedad y el número de los lesionados.
Adelante señaló que los miembros de la Comisión Nacional de Fútbol examinarán el vídeo que tomó el grupo técnico de la sede para emitir una decisión.
Teniendo en cuenta dictámenes de casos anteriores y por la gravedad del incidente, es de esperar que integrantes de ambos equipos sean sancionados con expulsiones del sistema competitivo cubano durante uno o más años, advirtió la publicación.
Este tipo de sucesos es común en el fútbol cubano. El más cercano precedente ocurrió a finales de la campaña pasada, cuando en el estadio del barrio de Sebastopol, en el municipio camagüeyano de Minas, varios atletas del equipo Las Tunas armaron una pelea contra el cuarteto arbitral.
El fútbol es un deporte que gana aficionados en la Isla, de la mano de la liga española y otras de alta calidad en el mundo. Sin embargo, no consigue despegar en los terrenos locales por falta de recursos, respaldo y experiencia.