Hoy empieza el show. Hoy acaba el tiempo muerto y rompe la zafra en los diamantes.
Hay en la Ilíada un capítulo en el que, en vísperas de la guerra de Troya, Agamenón, rey de hombres, pasa revista a sus tropas. Inspecciona allí el valor de Idomeneo y los cretenses; revisa la disposición de los ayantes, erizados de lanzas y escudos; da ánimos a Néstor y los pilios; recrimina y luego se disculpa ante Ulises, Menesteo y los atenienses; y humilla a Diomedes, hijo de Tideo, tembloroso entre caballos y carros ["¿Por qué tiemblas? ¿Por qué miras azorado el espacio que nos separa del enemigo?"].
Así, como Agamenón examinaba a sus huestes a punto de enredarse con los teucros ante la bien murada Ilión, pasemos revista nosotros a los cubiches que se fajarán este año lo mismo en el Safeco Field de Seattle que en el Yankee Stadium de Nueva York o el Comerica Park de Detroit.
Nueve de ellos se batirán en la división Central de la Liga Americana, la más poblada de gente de la Isla. "Pito" Abreu y Yoan Moncada, iyamba e indícime, mediasblancas, defenderán la primera y la segunda almohadilla de Chicago mientras se encomiendan al gran Minnie Miñoso, idolatrado allí. No lejos, dos cubanoamericanos, Yonder Alonso y Dan Otero, integrarán la temible tribu de los Indios, con Yandy Díaz a un paso de sumarse a los de Cleveland. En Detroit, "Candelita" Iglesias y Leonys Martin, campocorto y centerfield con guantes y reflejos de lujo, rugirán entre unos Tigres comandados por Nick Castellanos. La realeza de Kansas estará integrada por Jon Jay y Jorge Soler, miamense y habanero, y nadie del caimán jugará con los Mellizos.
Otros seis se verán las caras en el Oeste de la Liga Nacional. Puig y Grandal defenderán el azulito claro de los Dodgers. En Arizona, donde de momento no jugará Yasmany Tomás, Deven Marrero y Álex Ávila serán Serpientes que tratarán de morderlos, a la vez que, en las alturas de Colorado, Nolan Arenado va a atormentar a quien ose hacerse el guapo desde el montículo. No habrá ningún gigante cubano en San Francisco, pero sí un padre allá en San Diego, donde Eric Hosmer defenderá la inicial.
¿Qué más?
Cinco pelearán en la costa Este de la Liga Americana. En un duelo que dilatará pupilas y recordará el versículo bíblico ["Allí será el llanto y el crujir de dientes"], el yankee Aroldis Chapman y sus rectas de humo intentará poner a dormir al mediarroja J. D. Martínez y su palón divino. El hombre de Padre Pico, Adeiny Hechavarría, lucirá guante con los Rayos en Tampa, la vieja ciudad de tabaqueros. Kendrys Morales y Aledmys Díaz sacarán pecho al norte de la frontera, con los Azulejos de Toronto, y nadie del caimán calzará spikes en Camden Yards, la casa de los Orioles.
En el Este de la Nacional, Yoenis Céspedes y sus Mets tratarán de interponerse en el camino de don Gio González y los Nacionales, a la vez que, en Miami, el habanero Odrisamer Despaigne defenderá la honra de los Marlins, huérfanos de Felo Ramírez y José Fernández.
Más allá, a la espera de que el Yuli Gurriel se incorpore a los Astros, campeones mundiales y dueños del Oeste americano, el grumete Guillermo Heredia tratará de enrumbar la nave marinera en Seattle y alzar tan a menudo como pueda el pabellón de la victoria, con Ariel Miranda loquito por subirse al barco.
Mientras, el Centro de la Liga Nacional ha quedado tan despoblado de cubiches como el puerto del Mariel tras la estampida de 1980. Albert Almora Jr. cuidará la hiedra en los muros de Wrigley Field para los Cachorros de Chicago, y Raisel "el Ciclón" Iglesias será el arma más letal de unos Rojos de Cincinnati en horas bajas, cada vez más lejos de aquella maquinaria que aplastó al más pinto en los años de gloria del gran Tony Pérez.
Al menos por ahora no habrá nadie del caimán entre Piratas, Cardenales ni Cerveceros. Una lástima, pero no importa. Esta noche empieza el show, esta noche van alante los faroles y se acaba la oscuridá.
Nos vimos hoy, nos veremos mañana.