El devastado Centro de Alto Rendimiento de Deportes Acuáticos Marcelo Salado cesará sus funciones como núcleo de la natación cubana en los últimos 37 años, según informaron trabajadores de la instalación.
A partir del venidero curso escolar, las funciones del centro las asumirá el Complejo de Piscinas Baraguá, en la Villa Panamericana, que está siendo reparado desde abril. Pero en ese lugar los obreros dudan que las obras estén terminadas a tiempo, debido a los retrasos en las labores.
El Marcelo Salado, fundado en 1980 y ubicado en el municipio Playa, se encuentra en pésimo estado debido a la falta de mantenimiento. Desde hace más de una década solo funciona la piscina olímpica, una de las cuatro de la instalación. No tiene climatización, las áreas deportivas están destruidas, el gimnasio no cuenta con los aditamentos para realizar ejercicios y los dormitorios están en malas condiciones.
El centro ha contado con una matrícula de 80 estudiantes de todo el país, a partir de los 12 años de edad, y unos 30 trabajadores, entre profesores, personal de mantenimiento y otros.
Actualmente, en la única piscina utilizable del Marcelo Salado entrenan nadadores de varias categorías, a los que se suman los de la Cuidad Deportiva, ya que en ese otro centro la piscina no funciona desde hace más de seis meses, explicó una profesora.
En el Marcelo Salado se formaron los medallistas olímpicos cubanos Rodolfo Falcón y Neisser Bent, plata y bronce respectivamente en Atlanta 1996.
"Algunos padres han comentado su insatisfacción porque el Complejo Baragua está en una zona muy apartada de la ciudad y no hay seguridad para sus hijos", dijo bajo condición de anonimato un trabajador del Marcelo Salado.
En la zona de la Villa Panamericana se han dado casos de violaciones, abusos y asaltos. El Complejo de Piscinas Baraguá está ubicado en un paraje apartado, que carece de cámaras de seguridad y vigilancia policial. Para acceder a él, los nadadores de alto rendimiento deberán caminar por una zona despoblada e insegura, pues no hay paradas de ómnibus cercanas.
El complejo está siendo reparado desde abril por más de 50 trabajadores de la construcción.
Pero "esto todavía no acaba", dijo a DIARIO DE CUBA un jefe de brigada que pidió que su identidad no fuera revelada.
"El techo no va ni por la mitad, las oficinas no están terminadas, los dormitorios y las aulas tampoco, la piscina de clavados tiene problemas. Dicen que tenemos que terminar para el 26 de julio, pero no creo que se pueda cumplir", añadió.
"Hemos pintado el exterior y el interior, incluyendo las gradas y las dos piscinas que recuperamos, que estaban inhabilitadas desde hace años, pero hay que trabajar duro, ya que hay zonas muy dañadas. Aquí se ve que hace tiempo no pasaban la mano", comentó un obrero que lleva tres meses en la obra.
La nueva instalación de alto rendimiento contará con podios y pizarra electrónica, algo novedoso para la natación cubana. Los deportistas dispondrán de un tanque de clavados, una piscina olímpica para competencias de natación y otra para la práctica del polo acuático.
Los trabajadores dijeron que las piscinas estarán climatizadas entre los 26 y 27 grados Celsius, otra novedad para un centro de natación en Cuba.
Los cambios están enfocados en obtener mejores resultados en la natación, una asignatura pendiente en el deporte cubano. Según datos del INDER, en Cuba hay una matrícula de unos 700 nadadores en todas las edades y categorías.