Probablemente, La sabiduría de los oráculos. Ifá, los caracoles y el coco (Editorial José Martí, La Habana, 2018), de la investigadora Natalia Bolívar Aróstegui, se convierta, al ritmo que van disparándose sus ventas, en el próximo Premio del Lector 2019 en Cuba.
Cuando se trata de publicaciones de temas afrocubanos, el público cubano, ávido de estos temas, y permeado también de una práctica religiosa que mucho tiene de sincretismo popular, no pierde tiempo para correr tras ellas. Las editoriales nacionales no escatiman esfuerzo en gastos de impresión, papel y hasta encuadernaciones de lujo porque saben que es "pan comido". Sin embargo, la comercialización en divisas coincide a veces con textos verdaderamente lamentables, que muy poco tienen de seriedad y rigor analítico, de inmersión profunda en los estudios antropológicos, religiosos, socioculturales.
El caso que nos ocupa es otro ejemplo notorio de ello. Y es de lamentar, tratándose de Natalia Bolívar, una investigadora de las expresiones religiosas afrocubanas, y discípula, como ella se declara, de Lydia Cabrera y don Fernando Ortiz.
Este nuevo libro suyo pretende un bosquejo, para nada erudito, de las particularidades de los sistemas adivinatorios que componen, por excelencia, las tradicionales prácticas religiosas del imaginario cultural yoruba: el ifismo, sistema adivinatorio de los denominados babalawos; el diloggun (caracoles) y el obi (coco), estos últimos, más afines a los denominados babalochas, iyalochas (santeros/as) y el espiritismo.
En tres capítulos pretende dilucidar las características estructurales en las que se sientan estos sistemas mágico-religiosos y, sobre todo, desentrañar sus exégesis durante los procesos de adivinación. ¿No hay en esto un suficiente material atractivo para el lector, a sabiendas de que, todo ese caudal informativo se tiene, todavía —o al menos por parte de los oficiantes-practicantes— como un conocimiento vedado al público aleyo (no practicante)?
De cualquier manera, que el libro contenga informaciones que, de hecho, han sobrecogido a la comunidad religiosa practicante en Cuba, no es, a mi juicio, lo más importante. No encuentro motivos para el vituperio de sacerdotes de Ifá y babaloshas contra Bolívar, pues todo ese caudal de información supuestamente hermética es posible encontrarlo en libros fakes que hoy comercializan libreros particulares o en cualquier tiendecita de artículos religiosos de La Habana.
Basta, además, con googlear en internet para que el lector encuentre millares de sitios donde encontrar textos de patakíes, el Dice Ifá, los tratados de santería, y el Afolabi o Libro de la Adivinación, ya al alcance de cualquier no iniciado.
Lo que sí encuentro lamentable es que, tal como declara su autora, este libro no vaya más allá de una pretendida compilación. ¿No se ha enterado Bolívar de la innecesaria labor que, según dice, intenta "complementar", a propósito de su anterior, ya bastante lejano y obsoleto, Los orishas en Cuba? El más reciente libro suyo es un resumen inocuo y reproductivo de las letras, caminos, odduns y patakíes del ifismo, del diloggun y el obi, y ella ni siquiera se molesta en explicar, de manera científica, o al menos con el necesario andamiaje teórico, el contenido que divulga.
Mucho se ha avanzado hoy día en el terreno de los Cultural Studies, sobre todo en el campo académico, y me temo que probablemente Bolívar tampoco esté enterada de que no son estos los tiempos de las compilaciones de una tradición oral conocida hasta el cansancio.
En una de las páginas de este libro tenemos, por ejemplo, que el origen del sistema oracular del Obi se resume a su historia como "un santo presumido y vanidoso" que un día "decide dar una fiesta a la cual asistieron todos los orishas" y un largo etcétera reproductivo que no hace más que traslucir un acercamiento epidérmico y deplorable, no solo de este, sino también de los restantes sistemas adivinatorios.
El libro se vende a 30 pesos en moneda nacional, cifra elevada para un libro en Cuba, pero vamos, que se compra. Y de mil maneras. Se agota en librerías y los revendedores de ocasión, en parques y en tiendecitas particulares, los tienen a montones por 10 CUC. En una librería estatal, en la calle Galiano, la encargada lo vendía, tras bambalinas, en 160 pesos. Y el inocente comprador, sin saber de su precio original, transaba.
Imagino que la Editorial José Martí haya apostado a por todas con este título pues, tratándose de un texto de Natalia Bolívar, con seguridad el coste de los miles de ejemplares impresos se traduce en ganancias seguras en muy poco tiempo. Lástima que, en el camino de esas ganancias, a la editorial no le hayan importado las torpezas del contenido de este libro.
Natalia Bolívar Aróstegui, La sabiduría de los oráculos. Ifá, los caracoles y el coco (Editorial José Martí, La Habana, 2018).
La ilustre academica es parte del aparato del partido. Ya una vez mi amigo Miloban Dijias me hablaba de esta clase de persona. Parece que esta distinguida aparachick no sabe lo que publican en el exterior sus mismos compatriotas. Sobre Fernando Ortiz y su cuñada Lydia Cabrera Marcaida son harina de otro costal. Para esta parejitas los negros cubanos solo fueron algo exotico de estudio. Pero en toda cultura y y mas en sociedades feudales de castas, acabar, liquidar o enterrar vacas sagradas es IMPOSIBLE. Disfrute su Perla de Las Antillas o Primer Territorio Libre de America, circo en funciones.
Atentamente Angel Rodriguez
"ella ni siquiera se molesta en explicar, de manera científica..." Por supuesto que no, señor autor, Bolívar es más una practicante informada que una académica.
Yo te diria que una que es una jaiba
Un Padrino de Mario Puzo, pero de bajo costo.