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Poesía

La guerra

'fingir que las luces prendidas en el cielo/ eran guirnaldas o luciérnagas/ fue mi empeño/ y convertir la maldita guerra de afuera/ en un concierto interior'

La Habana

"Allí también estaba el piano de cola
sobre el que se colocaban los regalos de Navidad"
                                                          V.W.

Sobre el piano Boston de madera lisa
no había regalos de Navidad.
Simplemente, unas medias tejidas y vacías
colgando
con impaciencia:
un rostro de ratón atrapado en sus puntas
bigotes muertos, sin gracia, sin sabiduría,
envueltos por el humo que bajaba por el patinejo
que traía paz o carbón cada vez.

Tocábamos "Blue moon"
—mi hermano y yo—, afuera
ponían bombas.
Un crucifijo esmaltado
tenían los mayores contra ellas.
Y luego, con frenesí una y otra vez,
la misma melodía, ellos rezando,
mientras nosotros
tocábamos "Perfidia"
y nos arrinconábamos en el mueble tapizado de azul
que cubría la esquina del cuarto de la costura.

Mi madre apagaba las luces
y nos bajaba cubiertos por un cubrecamas a cuadros
de cuyo tejido aspiré polvo pardo en la nariz
tarareando notas
sentidos
que por sí solos podían contra el miedo
y nos acompañaban
cada noche
al bajar.

Desde entonces,
fingir que las luces prendidas en el cielo
eran guirnaldas o luciérnagas
fue mi empeño
y convertir la maldita guerra de afuera
en un concierto interior
(mi desconcierto).

 


Reina María Rodríguez nació en La Habana, en 1952. Autora de numerosos libros de poesía, algunos de los más recientes son: El libro de las clientas (Letras Cubanas, La Habana, 2005) y Variedades de Galiano (Letras Cubanas, La Habana, 2007) y O piano /El piano (Lumme Editor, São Paulo, 2014).

Otros poemas suyos: Música fantasma, Resaca, La muerte de la cebra y La feria de los cerdos.

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