En el tren de los sueños he viajado despierto.
Las oscuras ventanas borraban el paisaje.
Hoy por eso me niego a pagar el pasaje
por un viaje de ida a un destino incierto.
El cansado inspector dejarme amenaza
en la atroz estación de los sueños perdidos.
(La sonrisa asoma en los rostros dormidos
de viajeros que sueñan su regreso a casa).
No veré aquel bosque, la dorada pradera,
la ermita del monje, el ocaso sin dueños.
Pero algo he visto en la rauda ceguera.
Dormirás en el rumbo de banales empeños.
Tu equipaje perderán al tocar la frontera.
Nunca cierres los ojos en el tren de los sueños.
Andrés Reynaldo nació en Calabazar de Sagua, en 1953.
Otro poema suyo: Letanía.