Noche de sábado.
La película era griega.
Pero todo ocurría en Estambul.
La familia
debía partir.
O tal vez debía regresar
a Atenas.
Ir o venir,
lo mismo daba.
La fotografía
(como de día con lluvias)
y la música
eran hermosas.
Ella también.
Por momentos
daban ganas de besarla.
Dos horas
duraba la película.
Todo para que el tío
del protagonista
advirtiera que solo
existen dos maneras de viajar:
Los que viajan con mapas.
Y los que lo hacen con espejos.
Los segundos,
esos son los que vuelven.
María Elena Hernández Caballero nació en La Habana, en 1967. Sus últimos libros de poesía publicados son Electroshock-Palabras (Argentina, 2001) y La rama se par-te (Ediciones Torremozas, S.L., Madrid, 2013), del cual procede este poema.
Otros poemas de ese libro: Nikita, Era vieja, Yo también tengo un caballo de Troya y Cioran decae.