¿Quién iba a imaginar 12 años atrás que Oniel, un flaco desbaratado que jugaba pelota y se subía a cantar en las fiestas de la Escuela Secundaria Básica Manuel Permuy, se iba a convertir en la megaestrella que es hoy Bebeshito? Había más esperanzas de que se pegaran El Fino, El Volao, Mr. Flow y otros reguetoneros del reparto Bahía. Cualquiera hubiese apostado más a que Oniel llegaría al equipo nacional de béisbol, que a que despuntara como un fenómeno urbano en Cuba.
Mientras la mayoría de los reguetoneros del barrio se fue decepcionando de la música, él siguió metiendo el cuerpo por sus sueños, a pesar de las necesidades y la pobreza que afrontaban todos. Oniel siempre estaba en el estudio de grabación de Many "El Sencillo", junto con Dorian y Ariel, con quienes conformaba Los Animales. Cuando a sus compañeros de grupo se les fue la pasión por la música, él siguió metiendo el pecho, hasta llegar a llenar el Pitbull Stadium de Miami este 28 de diciembre, logrando un público de aproximadamente 20.000 personas.
Desde hace más de un año, este artista urbano encabeza el top en las listas de la música más escuchada en Cuba, y en estos momentos sin dudas está en el pico más alto de su carrera. Su reciente concierto en Miami es la prueba de que el género Reparto ha salido del underground habanero para establecerse en los grandes escenarios.
Las letras de Oniel Ernesto Columbie Campos, Bebeshito, como las de sus compañeros de género, han sido criticadas por lo explícitas que son respecto al sexo, las drogas o la violencia. A veces se les acusa de promover antivalores en la juventud. Lo que pocos toman en cuenta es que esta música nace en barrios bajos, donde el sexo y las drogas son la vía de escape ante las necesidades, el hambre y la violencia que genera vivir en zonas marginales de Cuba.
Oniel se ha salido de ese esquema por el cual muchos de su generación están presos, enganchados a "El Químico" o desesperados en la Isla sin saber qué hacer con su futuro. Bebeshito y quienes escuchan su música no son el problema, son el resultado de 66 años de un Gobierno que, en nombre de la cultura y la educación estatales, decide lo que puede y no puede consumir la sociedad. A raíz de eso ha nacido el Reparto, una música que habla de lo mismo que se habla en una esquina, en un solar en Los Sitios o una barbería en Marianao.
Hay un par de temas de Bebeshito que me gustan, aunque su mensaje sea violento. Me recuerdan el barrio donde nacimos y esa jerga que, en la distancia, me lleva a Cuba. Quizás, como yo, hay otros miles de personas que también sienten en sus letras y ritmo ese pedacito de Cuba al que ya no volverán, y por eso pagaron una entrada para su concierto en el Pitbull Stadium.
A veces me viene a la mente la imagen que tengo de la madre de Oniel cuando estábamos en la secundaria. Una mujer delgada, un poco descuidada, que iba a la escuela a recibir quejas de su hijo o a reclamar por los maltratos de los profesores hacia el. En las últimas fotos que he visto de ella en redes, se nota rejuvenecida y alegre por los éxitos de Oniel, que le han mejorado la calidad de vida. En varias entrevistas, el artista ha dicho que ha podido cumplir el sueño de comprarle una casa a su madre.
La necesidad que vive Cuba es resultado de la mala gestión del Gobierno, y totalmente lejana de la responsabilidad de cualquier artista urbano que, a golpe de esfuerzos y tragos amargos, haya logrado salir poco a poco del esquema de pobreza normalizado. Cuando veo los logros de Oniel, me digo: "otro que se pudo salvar del futuro de miseria que tiene predestinado el socialismo cubano para todos sus ciudadanos", y eso, la verdad, me llena de alegría, porque como nací en su barrio, sé lo que cuesta progresar, sobre todo cuando tu familia no está posicionada ya sea intelectual o económicamente.
Los reguetoneros se han metido poco en política, quizás por eso el Gobierno les ha dado más riendas sueltas. Sin embargo, esto no los hace cómplices de la dictadura, son personas que tienen otras perspectivas de vida y proyecciones ante la sociedad. Ante el concierto de Bebeshito en el Pitbull Stadium, muchos cubanos se han alegrado del logro histórico que ha obtenido este cantante. En dicho evento se pudo ver a Alexander Delgado —integrante de Gente de Zona—, quien con su asistencia mostró apoyo a este artista de la nueva generación. En redes, otros como El Chulo o Yomil también han felicitado a Bebeshito y le han deseado que siga obteniendo logros.
Del lado contrario, hay una ola de personas indignadas porque El Bebeshito no dijo "Abajo la dictadura" o "Viva Cuba libre". En lo personal, a mí también me hubiese gustado que lo dijera, pero respeto su decisión de no hacerlo, de no meterse en política ni de un lado ni del otro. La libertad consiste en entender y respetar a las personas con posturas diversas o con posturas apolíticas.
Con toda mi alma deseo que Cuba sea libre, pero de igual modo siento gran orgullo por esos jóvenes que logran salir de la periferia y sacar a los suyos adelante. Ojalá cada día puedan ser más, y no solamente los cantantes de reguetón. Mientras tanto, me siento orgulloso de Oniel, aunque no sea un fan de Bebeshito.
Asqueroso este comentario de un colaborador de la dictadura.El autor no es más que uno de los tantos hp que en vez de dar prioridad a la verdadera cultura cubana se va por la chusmeria y el reparto.Que me perdone si un idiota desafinado cuyos discos son " Totaila","Toto","Hacha" llena un estadio con energúmenos malos cubanos descerebrados para repetir sus obsenas letanías sobre sexo no es éxito de la música ,sino la vulgaridad.Que su público sea esa gran masa de inmigrantes estomacales que solo les importa Cuba para especular cuando regresan con sus cadenas de oros y autos rentados .Para ellos patria es darle a la cintura y brocha a la vagina de turno como dicen las letras del tarúpido devenido en cantante...