¿Cómo es la vida de una mujer que vive en las calles de La Habana? ¿Cuánto puede aguantar una niña abusada sexualmente por su padrastro antes de explotar? ¿El amor tiene precio? Son algunas de las preguntas que lanza la actriz cubana Lía Camilo en su libro La novia de Superman, del que nos habla en entrevista con DIARIO DE CUBA.
Lía Camilo nació en Baire, un pueblo en Santiago de Cuba, pero a los ocho años emigró a La Habana con su madre y el nuevo esposo de esta. "Una nueva aventura, una vida mejor", pensaba la niña sin imaginar lo que venía.
"Cuento mi propia historia, la de una niña del campo que comienza a ser abusada sexualmente por su padrastro. Su madre no le cree y se establece un sentimiento de culpa. Esa niña piensa que ha contribuido de alguna manera a que esto le suceda y se va a la calle muy joven. Hubiera necesitado que alguien me creyera", resume la actriz.
Ese sentimiento de culpa que la acompañó tanto tiempo se ha transformado en una gran responsabilidad con otras mujeres que pasaron por lo mismo, y que se ven reflejadas en La Novia de Superman, la ópera prima de Camilo, disponible desde marzo en Amazon.
"No me esperaba que mi historia fuera tan común. Cuando la gente empezó a leerla me empezaron a escribir para contarme que les había pasado cosas similares. Te das cuenta de que, una vez que has destapado la olla, tienes una responsabilidad".
A los 15 años Lía Camilo huyó de su casa. Una profesora de literatura la acogió, pero esto no fue suficiente para curar su dolor. Encontró en la prostitución un camino de independencia e intentó suicidarse a los 18, pero en ese momento el teatro entró en su vida. "La actuación me salvó", asegura. A los 22 años emigró a Perú, donde ha desarrollado su carrera como actriz y su vida. Nunca más regresó a Cuba.
La Novia de Superman golpea en la cara desde la primera página por la contundencia de las palabras, sin eufemismos. También hay espacio para el amor, la risa y la esperanza. Lía no se presenta como la víctima que fue, sino como una superviviente de su historia personal, pero también de los padecimientos generales en Cuba.
El problema de la vivienda en la Isla, "el machismo revolucionario que etiqueta a las mujeres" y que es tan aceptado, y la falta de opciones en un sistema totalitario, son problemas sociales que se entremezclan e influyen en la historia de Camilo, que finalmente se enamora de "Superman", un amante que la sacó de la calle y le dio la dignidad de una vivienda.
Aunque la terapia es altamente recomendada en casos de abuso, la actriz optó por ir reconstruyéndose a golpe de vida, de experiencias y de informarse sobre el tema. Camilo aconseja rodearse de las personas adecuadas, que no siempre son familiares.
"La Revolución nos hizo ser lapidarios, no está en nuestra idiosincrasia ir al psicólogo. Nuestra generación ha sido abusada sistemáticamente por la gente que se suponía que tenía que cuidarnos. Somos mujeres enseñadas a callar, pero si no hablas te sientes más culpable pensando que el problema es tuyo y que te ha pasado a ti por ser de determinada manera. Esto no debió de haberme pasado a mí, hubiera sido de la manera en la que hubiera sido", afirma la actriz.
Camilo, madre de dos adolescentes de 14 y 15 años, dice aliviada que existen patrones diferentes en las generaciones actuales, con una educación más avanzada.
"Hubiera necesitado que alguien viera lo que estaba pasando, que alguien estuviera atento. Los niños saben ocultar muy bien los secretos que les avergüenzan, y es increíble lo fuertes que son. Siempre hay que creer primero en la víctima y luego investigar. Generalmente es verdad y, si es mentira, no es una mentira gratuita".
La actriz, quien ha protagonizado éxitos de taquilla en Perú como Tu madre, La Concho o Vanya, Masha, Sonia y Spike, siempre trabaja en varios frentes.
Camilo interpreta un personaje protagónico junto al actor Damián Alcázar en la película El caso Monroy, que tuvo muy buena acogida en el Festival de Cine de Málaga, en España, celebrado en marzo.
La historia, basada en hechos reales, denuncia la corrupción y abusos de los sistemas penitenciarios de América Latina.
La actriz trabaja actualmente en su libro Ojos de caballos, que trata sobre la depresión, la muerte y el suicidio. Con la pandemia ha perdido a muchos amigos y escribir le ayuda a procesar el dolor.
