La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood rememoró la vida y la obra de la directora de cine cubana Sara Gómez, en el mes de la Historia Afroamericana y de la Historia de la Mujer en Estados Unidos.
Sara Gómez, nacida en Guanabacoa en 1942, fue guionista, realizadora, músico y periodista, recordó la periodista española Paz Mata en un artículo publicado en el sitio Golden Globes, en el que describió a la cineasta cubana como "socióloga de la imaginación".
Gómez fue muchas cosas "y también su cine, con el que quiso dar visibilidad a quienes nunca antes la tuvieron", escribió Mata.
Las películas de Sara Gómez lidiaron con temas como la cultura negra, el folklore, la música, las mujeres, la educación, los marginados y la esclavitud.
En blanco y negro, la cineasta reflejó la discriminación racial, la exclusión y sus consecuencias para las familias, el sexismo y los programas sociales encaminados a mejorar la vida y la dignidad del pueblo cubano, explicó la periodista, que catalogó el cine Sara Gómez como "deliberadamente inquisitivo".
Paz Mata mencionó algunos títulos de Sara Gómez como La Otra Isla (1968), que aborda del racismo; Una Isla Para Miguel (1968), que se enfoca en la población de los barrios marginales y "su inserción en el proceso social", y Sobre Horas Extras y Trabajo Voluntario (1973), que lidia con los cambios de la sociedad cubana después del triunfo de la Revolución y los problemas de la construcción del socialismo.
Sara Gómez "participó activamente en la transición de Cuba hacia una sociedad socialista y a la vez cuestionó el legado de los valores patriarcales que socavaban la participación de las mujeres revolucionarias en condiciones de igualdad".
Ser mujer y ser negra no impidió que Sara Gómez fuera la primera mujer directora en el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC), ni que fuera la primera en dirigir un largometraje en Cuba, De cierta manera, un documental de ficción, recordó Mata.
Sara Gómez murió en 1974, a la edad de 31 años, por un fallo respiratorio causado por uno de sus frecuentes ataques de asma. Le faltaba poco para terminar de rodar su primer y último largometraje, que fue completado por Tomás Gutiérrez Alea and Julio García Espinosa.
"Su muerte prematura privó al cine cubano de una gran realizadora que, pese a su corta vida, dejó una marca indeleble con su trabajo. Con su cine apasionado y comprometido, logró transcender como artista, y con su carisma lo hizo como persona", concluyó la periodista española.