Si un joven cubano escucha el nombre Osniel Andrés Covarrubia Alfonso, probablemente no sepa de quién se trate. Sin embargo, si escucha LKimii enseguida ubica a unos de los exponentes del género urbano más populares en los últimos años en la Isla.
Ex integrante del dúo El Kimiko y Yordy, se hizo un espacio entre los seguidores del reguetón en Cuba. Su canción "Soy un Campeón" se ha convertido en la banda sonora de la actual crisis migratoria que vive la Isla. Sobre su carrera como músico, sus sueños de artista, su adolescencia en el barrio de Los sitios de La Habana LKimii conversó con DIARIO DE CUBA.
Osniel Andrés Covarrubia Alfonso terminó la secundaria y eligió estudiar Pedagogía. Apenas terminó el primer año. Según cuenta, tenía situaciones personales que le impedían concentrarse en los estudios.
"Me expulsaron de la escuela por llegadas tardes y ausencias. No era por indisciplinado ni porque no estudiaba, sino porque tenía muchas situaciones en aquel entonces que no me dejaban ir a la escuela, llegar temprano, demasiadas adversidades".
Comenzó a trabajar en negocios cuentapropistas. Contó que trabajaba lo mismo en una cafetería que vendiendo vegetales, panes, "cualquier trabajo humilde que tiene un cubano". Y en ese contexto, llegó la música.
"Quería seguir estudiando y no pude. Pero eso no me detuvo en alcanzar mis sueños y lograr algo en la vida".
Comenzó a trabajar en negocios cuentapropistas. Cuenta que, trabajaba lo mismo en una cafetería que vendiendo vegetales, panes, "cualquier trabajo humilde que tiene un cubano". Y en ese contexto, llegó la música.
"A la música llego por un sentimiento, era como la vía escapatoria de todos mis problemas o de todas mis situaciones. La música era, la que en un momento determinado, me salvaba de una mala vibra, me alejaba de un mal entendido que tenía por ahí, la música me aliviaba totalmente, quitándome el estrés y llevándome a la calma".
La música lo llevó a fundar el popular dúo El Kimiko y Yordy. En opinión de Covarrubia, eran dos jóvenes de Los Sitios "con deseos de salir adelante, con ganas de triunfar, y juntamos nuestras ideas. Luego pasó de nivel barrio a nivel nacional y se nos fue dando de poquito a poquito".
Varios temas del binomio se tararean en cualquier esquina en Cuba. La narrativa propia de la música urbana con el pegadizo ritmo del reguetón, colocó a los jóvenes en la lista de favoritos de los amantes del género y también en la de no pocos lugares de ocio.
De El Kimiko y Yordy hay una canción que ha trascendido la diversión. "Soy un campeón" se convirtió en el himno de los migrantes cubanos.
Típica escena: un cubano llega a cualquier parte del mundo, de forma ilegal o no, lo recibe la familia con globos y carteles que aluden a que ha alcanzado la libertad, de fondo suena en cada video que cuelga en las redes sociales la canción "Soy un campeón". Es un país entero protagonizando un video clip.
"Es una canción que nos conmueve a todos, una canción que nos hace sentir identificados ante cualquier situación de la vida, porque somos campeones y podemos sobrepasarla. Por lo menos yo escucho esa canción y de verdad me levanta bastante el ánimo. No solo identifica a los cubanos sino también a venezolanos, colombianos, que estuvieron brincando fronteras. Eso me motiva cada día, saber que hay personas que se pueden identificar con unas letras. Eso para mí es un logro".
Irónicamente, el joven se convirtió en autor y protagonista de ese video clip nacional. Pasó a formar parte de la larga lista de cubanos que atravesaron Centroamérica para entrar de manera ilegal en Estados Unidos.
¿Por qué un joven de 23 años que tiene un proyecto en Cuba con el que ha alcanzado popularidad decide dejarlo atrás y empezar de cero?
-Llega el momento que uno necesita ser independiente en su negocio. Y en Cuba no se dio el caso.
Ahora LKimii emprende su proyecto en solitario. Ya no es El Kimiko sino LKimii. En corto tiempo tiene dos álbumes: Sin miedo al éxito y Tres a cero. Ambos trabajos están siendo promocionados en sus redes sociales y en presentaciones en EEUU.
LKimii está consciente que debe trabajar para desligarse de su imagen con el dúo.
"Es un tiempo, es un proceso en el cual las personas se tiene que ir adaptando a la música que está haciendo LKimii. Yo sé que hay muchos fanáticos de El Kimiko y Yordy y eso está bien; pero ya es una etapa que quedó ahí, que marcó un antes y un después. Estamos haciendo un trabajo muy diferente en casi todos los aspectos".
Osniel Andrés Covarrubia Alfonso tiene solo 23 años y una historia de superación personal. Pasó de vender vegetales en las calles del barrio Los Sitios a convertirse en un popular reguetonero. Sin embargo, decidió no ser profeta en su propia tierra. Como tantos jóvenes eligió otra geografía para asentar sus proyectos profesional y de vida.
"El primer mensaje que le doy a la juventud cubana es que no se desesperen, que luchen por sus sueños, que tengan calma ante cualquier situación porque todo en la vida tiene sus pro y sus contra y más en un país donde se dificultan las cosas".