El humor, creía el psicoanalista Sigmund Freud, es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo. El individuo cubano, tan elevado que está, debería ir a consulta por la estratosfera. Allá le acompañaría, dicen sus creadores, la revista satírica Ay, qué muela!.
La publicación nació en el año 2020, en medio de la pandemia del Covid-19 y desde Cuba, sometida al último régimen totalitario del hemisferio occidental. La cosa no pintaba para risas. ¿O sí? Winston Churchill decía que una broma es una cosa muy seria. El humor ha sido una vía de escape para la frustración colectiva, en un país timoneado por el progresismo rumbo hacia el pasado. Dipirona verbal.
El sinsentido de la Isla parece cantera inagotable para los jóvenes detrás de Ay, qué muela!, quienes optan por el anonimato y están "al tanto" de los últimos acontecimientos nacionales, como la postulación de Flork a la presidencia de Cuba o el fomento de la cría de patos en grandes baches de La Habana.
En su propia web dejan claro que son una revista de sátira, y que no pretenden hacer pasar sus noticias como reales, por lo cual no se hacen responsables "de ningún acto de manipulación del que puedan ser objeto" su contenido.
¿Han tenido experiencias en las que esto que advierten se haya vuelto realidad; es decir, que el público toma por ciertas sus publicaciones?
La verdad que no pretendemos pasar noticias nuestras como reales, a pesar de que muchas veces partimos de la realidad candente de la Cuba convulsa en la que vivimos, pero a los cubanos solo hay que darle una idea y ellos se encargan de distribuirla como un fuego en el bosque. Eso en realidad nos da mucho orgullo, porque entonces nuestras noticias llegan a más familias cubanas y se ríen con nosotros. Ese es nuestro gran triunfo.
Sobre noticias que el público ha pasado como reales tenemos unas cuantas. La más sonada fue un texto que escribimos sobre ETECSA: "ETECSA alerta que el 20 de noviembre se afectará el acceso a internet debido a trabajos de mantenimiento". Imagina que lo escribimos durante el pedido de marcha pacífica y la gran represión por parte del régimen en 2021. Los cubanos estaban tan conectados con la marcha que la noticia se disparó. Salió por todas partes y los grandes medios la replicaron como si fuera real, cuando salió de nosotros.
Hasta en Google News apareció esa noticia, a pesar de ser la nuestra una página chiquita. Otra de nuestras noticias que ha pasado como real fue: "Cubanos proponen a Chocolate MC como nuevo ministro de Cultura". Con esta fue muy gracioso todo, porque luego de que los medios la replicaran como real, el mismo Chocolate compartió captura de nuestro texto y hasta dictó cuales serían sus primeras medidas cuando fuera ministro. Y, bueno, las croquetas explosivas que son marca de la casa.
Un precursor cercano a lo que hacen ustedes, en el entramado mediático independiente, es Siro Cuartel. En verdad se ve poco en Cuba este tipo de sitios. ¿Tuvieron algún referente antes de iniciar la web o han cambiado los referentes a medida que han salido más trabajos?
El mayor referente que tenemos es la revista cubana de sátira política Zig Zag, que fue la primera revista que cerró el dictador Fidel Castro apenas llegó a La Habana en el año 1959. El dictador no cerró Diario de la Marina o Lunes de Revolución, no. Fue directico a cerrar la revista de sátira porque los comunistas son unos complejistas.
Eso siempre lo tuvimos en la mente, hasta que entendimos que las dictaduras no toleran ni un poco el humor. Ahí tenemos el caso del Gato de Cuba, que actualmente es un prisionero político por su forma de hacer humor en las redes sociales. Y, por supuesto, la página El Lumpen, de Siro Cuartel, siempre la tenemos presente. El propio Siro ha colaborado con nosotros, nos ha ayudado y enviado algunos textos para publicar.
También están las páginas de sátira de otros países, como Chigüire Bipolar, Actualidad Panamericana, The Onion, El Mundo Today, Babylon Bee, entre muchas otras.
El humor, ¿por qué fastidia tanto a los tiranos?
Creemos que porque de niños no les leían cuentos para dormir. Nunca los arroparon bien. Es por falta de cariño más que nada. Los dictadores como Fidel Castro, (Miguel) Díaz-Canel, Maduro, (Alexander) Lukashenko o Daniel Ortega, son hombres que crecen creyendo que son el ombligo del mundo cuando en realidad son apenas el clavito que le ponemos a las chancletas Zico cuando se nos rompen. Los dictadores viven bajo la falsa ilusión de que todo el mundo los ama, ni que fueran chocolate, Barcelona FC o Alexis Valdés. Por eso los dictadores no soportan el humor. Porque la gente siempre va a elegir a los humoristas por encima de ellos.
La comedia es una herramienta política para combatir a las tiranías. Justo por esto en Cuba durante tantos años buena parte de la filmografía que se ha producido ha sido en clave de comedia. Uno, por el nivel de censura que impera, claro está. Y, dos, porque a través de la risa siempre se puede colar un chiste en contra del poder.
Los comunistas tienen cero tolerancia con las cosas que hacen felices a las personas. Y eso hace el humor. Por eso persiguen y censuran y encarcelan y clausuran al humor. Frente a él, los dictadores viven un gran nivel de inferioridad, y no les gusta que se burlen de ellos.
Esto se sale un poco del centro de la entrevista, pero no quería dejar de preguntarte sobre ese otro ecosistema, tan popular y creciente, que es el de los memeros. Perfiles como los de Gladiador de Memes o Michel Morán ponen sobre la mesa temas que, desde la doctrina oficialista o desde la corrección política, a veces son invisibilizados.
La verdad es que nosotros estamos orgullosos de las memeras y memeros cubanos. Creemos que son una pieza importante en el ambiente comunicacional político de la Cuba actual.
Es como comentas: ponen temas sobre la mesa que el oficialismo cubano ignora a propósito y los memeros se aprovechan de ese bache para rellenarlo con su humor, gráfico mayormente, y llegar a un público temeroso de las represarías de la dictadura, pero que reacciona e interactúa a través de los memes. De hecho, creo que se puede medir qué ocurre en Cuba a través de los memes que circulan todos los días.
Cabe destacar que las memeras y memeros —sin mencionar nombres porque sería injusto, la verdad— fueron una pieza importante para lograr posicionar la etiqueta #SOSCuba, que fue la antesala del estallido social del 11 de julio del 2021. Si bien ellos no fueron los responsables, ya que los factores que propiciaron el estallido social se gestaron desde años anteriores, los memeros fueron clave, y es algo por lo que hay que estarles agradecidos.
¿Por qué han elegido el anonimato?
Porque nos gusta la intriga, el morbo y las películas de superhéroes, y porque la represión política en Cuba se ha vuelto más férrea contra la libre expresión; imagínate con los que se burlan de cada uno de los dirigentes de este país.
El anonimato es una manera efectiva de proteger a nuestros escritores hombres y mujeres por igual. También es una oportunidad para que otros escritores se desdoblen y escriban para nuestra revista con la tranquilidad de no saberse señalados.
En algún momento los CEO de la revista revelaremos nuestra identidad, pero se seguirá publicando bajo seudónimo. Y cuando caiga la dictadura lo seguiremos haciendo de la misma manera. Aquí no se salva nadie.