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Libros

Lo que llegó de Francia a la Feria del Libro de La Habana

Una revista francesa supera al oficialismo cubano suprimiendo todo lo que pueda sonar a divergencia ideológica.

La Habana
Feria del Libro de La Habana.
Feria del Libro de La Habana.

Tan poco de otros acentos se escuchan en la Feria Internacional del Libro de La Habana que cualquier vecino de allende los mares es un acontecimiento. Así, en esta edición nos toca celebrar autores mexicanos desconocidos y algún que otro francés despistado o malintencionado, deseoso de dormir el sueño comunista bajo las palmas.

Tal ha sido el caso de la revista Lettres Françaises, que se ha inventado un homenaje a Cuba el año anterior y vino a presentarlo aquí a la Feria, como si en este país nada hubiera pasado ese mismo año. En 1949, el sobreviviente de los campos de concentración ruso Victor Kravchenko acusó a esta publicación del Partido Comunista francés de libelo, por difundir falsa información sobre su caso. El juicio, en el que intervinieron sobrevivientes del Gulag, rehenes soviéticos y hasta agentes de la inteligencia rusa, se conoció como "El juicio del siglo" y terminó desfavorable a la revista. Hoy, en 2022, ya convertida en un recuerdo de la pasada fama, relegada al espacio digital e incluso distanciada del periódico del Partido Comunista L'Humanité, que hasta hace poco la acogía, su obrar no merece aspaviento, aunque rescate su tradición deplorable.

En la presentación en la Feria del Libro, el director Jean Pierre Han —que parece un paciente de la afabilidad que confiere el despiste—, dijo que habían tenido que extender las páginas de la revista de 24 a 78 para hacer justicia a la cultura cubana en su relación con Francia.

El resultado superó al oficialismo. Ni siquiera hoy las revistas de la UNEAC olvidarían en un dossier dedicado a la relación artístico-literaria entre Cuba y Francia a Severo Sarduy. Lettres Françaises lo suprime todo, minuciosamente todo lo que le haya sonado a divergencia ideológica en francés. Nada del exilio, nada del cineasta Ricardo Vega, ni mucho menos de Zoe Valdés, ni de una tenue discrepancia. El artículo que irremediablemente debieron dedicar a Jean Paul Sartre, donde irremediablemente debieron hablar de su desencanto con la Revolución cubana, termina con una especie de coda donde evocan a un filósofo cubano, Raúl Fornet-Betancourt, para que nos informe incomprensiblemente que la "libertad está en marcha" y de que harían bien Francia en acoger el punto de vista de otros para enriquecer el diálogo intercultural. Después de lo cual sacamos en claro que tal galimatías está puesto ahí simplemente para aliviar la herejía satreriana que los redactores del artículo temen haber escrito antes.

Cuando ya las revistas cubanas han superado trechos de censuras, Lettres Françaises corre a recuperarlos todos para nosotros. Tiemblo al pensar que desde el oficialismo decidan afrancesarse ahora.

El número de homenaje a Cuba fue posible gracias al financiamiento de la embajada francesa en la Isla y a la Alianza Francesa de La Habana, cuyo nuevo director fungió de redactor invitado.

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