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Artes plásticas

Una gran retrospectiva de Mariano Rodríguez por varios museos de EEUU

La curadora estadounidense Elizabeth Thompson Goizueta se rindió a la voluptuosidad de la pintura de Mariano Rodríguez, según afirma a DIARIO DE CUBA.

Miami
Mariano Rodríguez.
Mariano Rodríguez. Dennys Matos

Hace unos años Elizabeth Thompson Goizueta, curadora de la muestra Mariano. Variaciones sobre un tema, estaba preparando una gran exposición sobre Wifredo Lam (Sagua La Grande Cuba,1902-París, Francia, 1982) que se inauguraría en el MacMullen Museum of Art de Boston College en 2014. En unas de sus visitas al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de La Habana con motivo de aquel proyecto, se encontró con una exposición permanente de Mariano Rodríguez (La Habana, 1912-1990) y quedó sorprendida.

Fue entonces, comenta Elizabeth Thomson, chief curator de McMullen Museum, que inició una conversación con Roberto Cobas, curador del (MNBA), sobre la exposición de Mariano. "Me encontré", afirma Elizabeth en entrevista vía mail, "con una extensiva exhibición permanente del pintor cubano Mariano Rodríguez que abarcaba todos los estilos y períodos de su vida. Había visto algunas obras de Mariano, pero nunca había visto la voluptuosidad de su obra de cabo a rabo".

Elizabeth supo entonces que debía realizar una exposición sobre Mariano con un perfil retrospectivo, que avanzara una comprensión amplia, variada y profunda de su trayectoria. De estas conjunciones emerge Mariano. Variaciones sobre un tema, la muestra más ambiciosa realizada sobre un artista de la segunda vanguardia de las artes visuales cubanas de mediados del siglo XX en EEUU. Una muestra con más de un centenar de obras entre dibujos, pinturas y esculturas que, después de exhibirse en el MacMullen Museum of Art de Boston hasta este 5 de diciembre, se exhibirá próximamente en formato más compacto en el Pérez Art Museum de Miami.

Mariano. Variaciones sobre un tema contempla las siguientes partes o etapas: "México: La primera etapa, 1930"; "La Escuela de París en la ciudad de Nueva York, década del 40"; "Arte no objetivo de Nueva York, década del 50"; "Las pinturas negras y lo grotesco, años 60"; y "Cuba: lo sensual y lo idealista, 1960-1980".

Es muy riguroso el diseño de montaje de la muestra que maneja, paralelamente, el perfil investigativo como también el del ensayo visual. El perfil investigativo, por una parte, porque la muestra está pautada en distintas etapas, cubriendo la amplia trayectoria de Mariano en más de 50 años. Y aquí destacan obras representativas de los diferentes periodos como, por ejemplo, "Autorretrato" (1938), "La paloma de la paz" (1940), "Pescador" (1955), "Hombre tras la puerta" (1965) y "Masas" (1981). Es un periplo poético por la trayectoria de Mariano acompañado, en el diseño de montaje de la muestra, por curiosa documentación referida al contexto histórico sociocultural de estos periodos.

Se trata de una investigación a fondo que está complementada por el catálogo de la exposición, más bien un libro, con sustanciosos ensayos de Elizabeth Thompson Goizueta y Alejandro de La Fuente. Una cuidada publicación que amplía y profundiza todo el perfil investigativo, con abundante y apenas conocido material sobre la vida y obra de Mariano Rodríguez. Estos materiales incluyen escritos, carteles, fotografías, bocetos, relacionados tanto con la trayectoria artística como también con su biografía personal.

Si notable es el ejercicio del perfil investigativo de la muestra, del mismo modo notable es, también, su dimensión ensayística porque crea, entre las distintas etapas del artista, una maravillosa constelación poética y discursiva que abre un amplio e inédito diapasón de lecturas en torno a la obra de Mariano Rodríguez. En lo poético destaca un artista que, expresivamente, va "quemando", a velocidad vertiginosa, procesos de lenguajes pictóricos. Pasa de la figuración "primitivista" de finales de los años 30 y principio de la década del 40 (etapa parisina) a un arte de visualidad abstracta expresionista, en pinturas como "Girasoles" (1958) y "Galleros" (1958), entre otras.

Sin embargo, no conforme con pisar, viniendo de la figuración, el terreno de la abstracción, Mariano explora la abstracción de tinte más líricos, como sucede en "Carnavales" (1956), o en el mural del edificio del Retiro Médico (1956), en El Vedado, La Habana. En este mural, la poética se desplaza hacia una abstracción de ecos más geométricos, correspondiente este periodo a un momento en que el artista está bajo el influjo de las corrientes no objetivas del arte contemporáneo, con epicentro en Nueva York.

Mariano. Variaciones sobre un tema, en su vocación investigativa y ensayística visual nos introduce, también, en la obra posrevolucionaria de Mariano. Aquí el artista, luego de haberse sumergido en las diversas variantes del lenguaje de la abstracción lírica y geométrica, vuelve a recalar en las aguas de la (neo)figuración como sucede, por ejemplo, en "Masas" (1981), entre otras.

Para Elizabeth Thompson, esta muestra nos enseña a un Mariano Rodríguez poco conocido "a través de estilos distintos (el muralismo mexicano, la Escuela de París, la abstracción geométrica, el expresionismo abstracto, lo barroco) para identificarlo como un modernista universal". Es  en ese espíritu de permanente búsqueda, en esa marea convulsa de expresión donde, afirma la curadora, que  "su capacidad de no solo dominar estos estilos sino de crear su propio estilo, combinando lo barroco con lo grotesco, lo demuestra capaz de entrar en  el nivel de los grandes artistas del siglo XX".

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