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Obituario

Ivette Hernández, la pianista censurada por el castrismo

El pasado 26 de mayo, la artista cubana falleció en Nueva York tras una destacada carrera.

Miami
Ivette Hernández en Cuba, en 1964.
Ivette Hernández en Cuba, en 1964. Mario García Joya

El pasado 26 de mayo falleció la pianista cubana Ivette Hernández en su exilio en Nueva York. A pesar de una larga y fructífera carrera musical, su nombre ha sido ocultado de la constelación de estrellas musicales cubanas. Pocas personas conocen sobre la brillante trayectoria musical de esta cubana y de la censura que sufrió por parte de las autoridades culturales del castrismo.

Ivette Susana Hernández Álvarez nació en Guantánamo, el 24 de mayo de 1933. A una temprana edad demostró su predilección por el piano, lo que la convirtió en un prodigio musical. A los diez años comenzó a tocar con la Sociedad Pro Arte Musical, donde el vienés Erich Kleiber, director de visita de la Orquesta Filarmónica de La Habana, reconoció su talento y fue su mentor. A su corta edad, Hernández cosechó numerosos éxitos, sorprendiendo tanto al público como a los críticos por su excelencia. Para 1947 continuó sus estudios musicales en Nueva York, y al año siguiente participó en el segundo Concierto de Verano de la Orquesta Filarmónica de La Habana.

En los años siguientes, Hernández participó en recitales y conciertos en Europa. En Francia recibió el Gran Premio de Música y Piano del Conservatorio de París, y en el Reino Unido fue seleccionada para recibir una medalla especial de la Reina Isabel II con motivo de su coronación.

Tras vivir en París desde 1957 hasta 1959, Hernández regresó a Cuba con su familia. Su carrera musical continuó en auge, y realizó giras por Alemania, Rusia, Hungría, Rumanía, Austria e Italia. El 10 de mayo de 1966, Hernández y la pianista polaca Halina Czerny Stefanska ofrecieron un recital a dos pianos en el Teatro Amadeo Roldán (antiguo Auditorium), interpretando obras de Brahms, Cervantes, Chopin, Liszt, Mozart, Scarlatti y Schumann.

En 1968, Hernández y su familia viajaron a París, donde decidieron no regresar a Cuba. Para la fecha, había grabado el LP Obras de Ignacio Cervantes para el sello Areíto (EGREM), disco que ya había sido impreso cuando Hernández decidió no regresar. Y la respuesta del régimen castrista no se hizo esperar.

Al conocerse su decisión, las autoridades pusieron un cuño en la portada: "Traidora a la Revolución Cubana". Al mismo tiempo, el disco fue suprimido del catálogo de Areíto, inutilizando su referencia LP-3256.

La venganza de la dictadura no paró allí, ya que, durante una sesión de su Consejo Director celebrada el 15 de agosto de 1968, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) expulsó a Hernández y al escritor Guillermo Cabrera Infante de sus filas.

En el exilio, Hernández se radicó en Nueva York, desde donde continuó su carrera musical. Hizo su debut neoyorquino en el Carnegie Hall, y se presentó en el Town Hall y en el Alice Tully Hall del Lincoln Center. Intercaló estas presentaciones con giras por Alemania y América Latina. Puede oírse su interpretación al piano de la danza "Adiós, Cuba", de Ignacio Cervantes, al final del documental Nadie escuchaba, de Néstor Almendros y Jorge Ulloa.

Hernández también fue miembro fundador del Centro Cultural Cubano de Nueva York en 1972, y posteriormente permaneció en su Buró Asesor.

En 2004, esa institución le entregó la Medalla "Ignacio Cervantes". La pianista falleció en Nueva York, olvidada por muchos cubanos dentro y fuera de la Isla, a pesar de su fructífera carrera musical.


Daniel I. Pedreira es candidato a doctor en Ciencias Políticas en la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y secretario del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio.

5 comentarios

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Yo la conoci por mis anos y por el tio de mi mama Graciano Gomez tambien por aquello de quien eramejor si Zenaida o ella a Zenaida la conoci por su media hermana que estudiabamos en Havana Bussines Academy en Linea y G frente a Maternidad,en realidad con sus personalidsades distintas las dos eran maravillosas y por supuesto como las actuales generaciones van a conocerlas si son lo peor que ha existido en la musica cubana,decir que Jorge Junior Alexander Delagado y que Descemer Bueno es un maestro es suficiente no hace falta mas explicaciones.

Profile picture for user Weston

Yo era un niño entonces, cuando Zenaida Manfugás e Ivette Hernández dieron sendos recitales en mi ciudad. Mi padre trabajaba en el Consejo Nacional de Cultura y tuvimos el privilegio de conocer a ambas. Zenaida repitió su visita poco después. Ivette era más apasionada, más dramática durante su concierto, pero ambas fueron pianistas excepcionales.

Profile picture for user pim-pam-pum

D.E.P.

Es que que los cubanos han perdido el oído culto con la " timba" primero,y el regueton despues...

Que Dios la reciba en su reino EPD