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música

'Bomba, corazón, sentimiento y rock and roll', el conjuro muy cubano de Sweet Lizzy Project

La banda que nació sin pretensiones musicales se abre paso en Nashville. Rock cubano en la 'Music City'.

Madrid
Sweet Lizzy Project.
Sweet Lizzy Project.

El Rock and roll con sabor cubano vibra en el corazón de la música country de Estados Unidos. De ello se encarga Sweet Lizzy Project. La banda nació en La Habana hace más de cinco años, sin grandes pretensiones, pero con un talento que le ha abierto caminos hasta Nashville, la conocida como Music City.

Lisset Díaz, voz líder y el alma de la banda, habla con DIARIO DE CUBA sobre los orígenes de un proyecto muy joven, pero con gran energía, y que trabaja ya en su tercer disco.

"Aún estudiando en la Universidad de La Habana tuve la idea de escribir dos canciones. Siempre me gustaron las ciencias. Elegí Bioquímica y Biología Molecular como carrera. Y aunque la afición de cantar me acompañó desde pequeña, siempre lo vi como un pasatiempo", dice Díaz, compositora de la mayoría de las canciones de Sweet Lizzy Project.

"En mi familia nadie es músico o amante de la música. Mi mamá me regaló una guitarra a los 14 años y ese fue mi primer instrumento. Cuando escribí mis primeras dos canciones no fue nunca mi intención hacer un disco, o tener una banda. Me pareció que sería un recuerdo bonito para mis nietos tener una grabación de mis dos 'cancioncitas'", explica.

En busca de alguien que pudiese grabar sus temas encontró a Miguel Comas, músico a tiempo completo, productor y compositor.

"Cuando le enseñé mis canciones me motivó a hacer un disco. De nuevo, de manera muy espontánea y sin expectativa alguna, este disco se caracterizó por estar escrito fundamentalmente en inglés y tener elementos del indie pop-rock, la línea que seguimos al principio, a pesar de críticas alrededor de la elección de un idioma o géneros foráneos para hacer nuestra música original", cuenta.

Ese primer álbum llamado The Beginning recibió dos nominaciones en la Feria CubaDisco 2013.

"No solo fue una sorpresa, sino que además generó prensa y ofertas de trabajo en diferentes lugares de la ciudad. Así fue como decidimos crear una banda para poder tocar la música en vivo", recuerda.

En 2017, la cadena Public Broadcasting Service (PBS) filmó en Cuba el documental Havana Time Machine, un especial sobre la escena musical cubana conducido por Raul Malo, cantante estadounidense de origen cubano, director de la banda The Mavericks. Reunió a artistas como Eliades Ochoa, Roberto Fonseca e Ivette Cepeda.

Según cuenta Lisset Díaz, "los productores de Havana Time Machine dieron con Sweet Lizzy Project en su búsqueda previa a la filmación".

"Les pareció interesante/raro ver una banda cubana de rock con música original en inglés. Así fue como conocimos a Raul Malo, quien además estaba iniciando un sello discográfico en Nashville", añade.

"Después de varias conversaciones y de escuchar la música que en ese momento estábamos grabando en nuestro pequeño estudio independiente en Nuevo Vedado, nos ofreció un contrato discográfico para grabar y realizar una gira en Estados Unidos".

Así fue como en noviembre de 2017 la banda fue directamente para Nashville.

"Salir de Cuba fue un paso muy importante. Pienso que para cualquier músico de cualquier lugar del mundo es imprescindible conocer, nutrirse a sí mismo y a su música con otras influencias y abrir su espectro. Es parte de la experiencia de crecer como músico y como persona en general", dice Díaz.

Para la joven, "la posibilidad de cantarle en su idioma a un público diferente fue a la vez que un reto, una oportunidad de superación". 

"El acceso a información, instrumentos, equipos, estudios de grabación, hizo una gran diferencia en cuanto a nuestra capacidad de ser cada día más independientes. Y este país en ese sentido nos abrió un abanico de posibilidades", señala. 

"Nashville no solo es famoso por el country. Es la Ciudad de la Música. El negocio de la música, las disqueras, las tiendas. Además, se respira talento por todas partes. Cualquier banda de cualquier bar pequeño puede tener cantantes e instrumentistas impresionantes. Rodeados de todo esto, aprendimos muchísimo y tuvimos la oportunidad de trabajar con productores, músicos y compositores de primera línea. Y por supuesto hemos escuchado mucha más música country que hemos incorporado a nuestro repertorio", afirma Díaz.

Antes de la pandemia, Sweet Lizzy Project logró realizar conciertos en más de 20 estados diferentes y todavía el nuevo álbum no había salido.

"La experiencia de salir a la carretera y tocar cada noche en una ciudad diferente para todos ha sido increíble. Algunos de los conciertos más especiales fueron los que abrimos para Heart y Joan Jett (ídolos de Lisset Díaz) en Little Rock y Tulsa. Igualmente, la primera vez que entramos a grabar el disco Technicolor a Black Bird Studios fue muy especial, pues es uno de los estudios más prestigiosos y mejor equipados de Estados Unidos", considera.

La gira para promover Technicolor de 2020 fue cancelada por la pandemia.

"El disco salió el 21 de febrero de 2020 y ya para el 15 de marzo todos estábamos en cuarentena. Todos los conciertos desde los clubes pequeños hasta los festivales más grandes se fueron, primero posponiendo y finalmente cancelando uno a uno", recuerda. 

"Empezamos a hacer conciertos virtuales vía Facebook Live y YouTube y así mantuvimos la conexión con nuestros seguidores. Igualmente, durante este tiempo publicamos el single "Sticky Situations" y hacia el final de año ya teníamos nuestro primer EP de Navidad And So This Is Christmas", añade.

Durante este tiempo de confinamiento, la banda empezó a preparar un disco que estará disponible en 2022. Aunque no quiere adelantar mucho del disco, Díaz lo describe como "el proyecto más ambicioso hasta el momento" y el "más comprometido" con su condición de artistas cubanos.

"Tendremos varias colaboraciones especiales con artistas con los que hemos querido trabajar desde hace mucho tiempo y, además, va a incluir un número importante de canciones en español que es algo que no habíamos explorado antes en nuestra carrera", asegura.

Además de Díaz, quien también toca la guitarra acústica, la banda de cinco integrantes incluye a Miguel Comas, guitarra principal, productor y coros; Wilfredo Gatell, teclados y coros; el baterista Angel Luis Millet y el bajista Alejandro González.

"Siempre hemos estado abiertos a probar cualquier estilo musical, en tanto se sienta orgánico para nosotros. Hemos tenido la suerte de poder trabajar con artistas, productores y compositores provenientes de diferentes géneros y nacionalidades lo cual ha influido positivamente en nuestro repertorio", sostiene.

Cada integrante de la banda tiene sus rutinas.

"A mi particularmente me gusta mucho salir a caminar. Nashville es muy bonito. Antes de empezar el concierto siempre tomamos un shot de tequila (todos menos Angel Luis que no toma nada de alcohol) y después manos al centro para decir nuestras palabras mágicas: 'Bomba, Corazón, Sentimiento y Rock N Roll'", dice Lisset Díaz.

"Siempre decimos esta frase, desde el primer día. Una vez estábamos en un concierto con Kid Rock en Montgomery y antes de subir al escenario lo invitamos a compartir nuestro pequeño ritual. Fue divertido verlo decir estas palabras en español", ríe.

Pese a que Nashville es la cuna del Jack Daniel's y se elabora cerveza artesanal, los músicos toman tequila.

"A Angel, el baterista, le gusta más el té. Él no toma nada de alcohol. Wilfredo toma alcohol, pero él es más de comer. Alejandro, Miguel y yo somos los que más disfrutamos la bebida. A Alejandro le gusta mucho el whiskey o las bebidas fuertes en general. A Miguel le gusta mucho la cerveza clara, como la corona. A mí me encanta el Habana Club Añejo Especial, pero como aquí no lo encuentro, tomo tequila", concluye.

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