El magazine del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) publicó un extenso artículo en español e inglés sobre el papel que ha asumido un grupo de artistas cubanos ante la situación política y social del país.
La artista, escritora y curadora cubanoamericana Coco Fusco, autora del texto, comenzó reconociendo la importancia de la labor realizada por figuras como Amaury Pacheco, Tania Brugera, Michel Matos y Luis Manuel Otero Alcántara el pasado 30 de junio, en el marco de las manifestaciones pacíficas convocadas en rechazo a la violencia policial.
En opinión de Fusco, el "creciente movimiento 'artivista' en Cuba está cambiando las reglas del juego", pues durante décadas "los artistas cubanos que se alejaban de la política fueron recompensados con promoción gratuita, permiso para viajar y el derecho a ganar en divisas, por lo que la mayoría de ellos se han mantenido callados para disfrutar de las ventajas".
Pero en los últimos años, con la llegada del internet y la articulación de otro tipo de redes, la situación ha ido cambiando. Diversos creadores "han encabezado campañas contra nuevas leyes que los someten a inspecciones arbitrarias, multas y detenciones", y también "han desafiado el duro trato del Estado a los presos políticos".
"Una generación de artistas jóvenes está articulando una visión moral distinta de lo que significa ser revolucionario, y los métodos de la práctica social son esenciales para sus proyectos, que toman la forma de talleres, conferencias, debates, publicaciones, exposiciones pop-up y campañas políticas", añadió la autora.
La liberación de Luis Manuel Otero Alcántara tras numerosas presiones ciudadanas y la intervención del científico Ariel Ruiz Urquiola ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, luego de realizar una huelga de hambre, fueron algunos logros recientes de la sociedad civil mencionados por Fusco.
También el caso del poeta y periodista de DIARIO DE CUBA Jorge Enrique Rodríguez, encarcelado por filmar un acto de violencia policial desde la entrada de su vivienda y liberado tras una campaña en la prensa independiente y las redes sociales, fue señalado en el texto.
La integración entre activistas y artistas de diferentes campos y disciplinas posibilitó estas victorias, en opinión de Fusco, que puso como ejemplo los eventos organizados por Tania Brugera en el Instituto de Artivismo Hannah Arednt, las exposiciones del Movimiento de San Isidro, así como la vinculación entre periodistas, escritores y artistas en publicaciones independientes como El Estornudo o Hypermedia Magazine.
El proceso no está exento de contradicciones, advirtió la curadora, quien recordó los debates en torno a las protestas encabezadas por el movimiento Black Lives Matter en Estados Unidos, cuyo liderazgo ha expresado públicamente su admiración por Fidel Castro.
También están "los cubanos que se consideran críticos de su Gobierno, pero no toman en serio los esfuerzos de los artistas", pues "los ven como desorganizados, fracasados y representativos de una franja social", añadió.
En su criterio, "no es difícil entender por qué el escepticismo podría prevalecer en un país con posibilidades limitadas de actividad política, donde se imponen duras sanciones a aquellos que piensan diferente".
La autora, que dio un alto valor a la integración de diferentes disciplinas dentro del activismo en la Isla, terminó recordando que "ninguna obra de arte erradicará un problema político", pero "la transformación social no ocurrirá si no podemos unirnos para imaginar un mundo diferente".
Durante los últimos años en Cuba se han articulado numerosos colectivos relacionados con las libertades artísticas, los derechos de la comunidad LGBTI, el feminismo, el bienestar animal y el antirracismo, que gracias a internet han ganado visibilidad y organización, cambiando el panorama de un país muy empobrecido políticamente.