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Artes plásticas

Si un plátano es arte, ¿por qué las autoridades cubanas afirman que Luis Manuel Otero Alcántara no es artista?

De la polémica obra de Maurizio Cattelan en Art Basel a la controversia sobre el arte político cubano.

Madrid
La crítica de arte Elvia Rosa Castro se come un plátano frente a la obra de Cattelan.
La crítica de arte Elvia Rosa Castro se come un plátano frente a la obra de Cattelan. E. R. Castro/Twitter

La Feria de Art Basel Miami, que cerró sus puertas este fin de semana, tuvo de protagonista polémico a un plátano. Comedian, del artista italiano Maurizio Cattelan, ocupó la atención de medios y espectadores por su propuesta tan "minimal" (un plátano pegado con cinta adhesiva a la pared), con el elevado precio de 120.000 dólares.

No es la primera vez que el creador italiano genera controversia con su trabajo. Dan fe de ello otras obras como America 2016 Gold, un retrete de oro que se exhibió en uno de los cuartos de baño públicos del Guggenheim de Nueva York, y fue ofrecido al presidente Trump para decorar la Casa Blanca; la instalación La Nona Ora, en la que aparece la figura del papa Juan Pablo II abatido por un meteorito, o Him, una de las piezas más conocidas de Cattelan, que se vendió por 15 millones de euros una subasta, donde una figura de Hitler con cuerpo de niño tiene las manos cruzadas, en actitud de rezo.

Comedian "ofrece una visión de cómo asignamos valor y qué tipo de objetos valoramos", dijo la galería Perrotin en su presentación. Era la primera contribución de Cattelan a una feria de arte en 15 años. La obra dio pie a múltiples reacciones. Un artista de la performance, el estadounidense David Datuna, decidió comerse la banana de Cattelan.

Datuna despegó la fruta de la pared, peló la cáscara y se la llevó a la boca. "Me encantan las obras de arte de Maurizio Cattelan y realmente me encanta esta instalación. Es muy deliciosa", agregó el artista, quien fue expulsado de la galería. "¡Nos vemos después de la cárcel, chicos!", dijo Datuna, pero no fue arrestado, solo convidado a abandonar la muestra.

De acuerdo con los responsables de la galería, el valor de la obra yacía en el certificado de autenticidad, no en la banana. De hecho, estaba previsto que la fruta sea reemplazada regularmente. "(Datuna) no destruyó la obra. La banana es la idea", dijo Lucien Terras, director de las relaciones con los museos de la Galerie Perrotin.

Tras el incidente se reforzó la seguridad de la obra, pero esto no impidió que este domingo se vandalizara la pared que exponía la pieza. Un sospechoso fue arrestado, acusado de escribir "Epstein no se suicidó", haciendo referencia a la muerte del empresario Jeffrey Epstein en una prisión de Nueva York. Las palabras fueron pintadas en la pared donde estaba exhibida la polémica banana que se comió un asistente al evento, detalla Univisión.

¿Por qué tanto revuelo con esta obra? En las redes sociales los cubanos también han reaccionado. Algunos se hicieron fotos frente a ella, otros comieron un plátano junto a la obra. Algunos hicieron parodias pegando cualquier objeto a la pared...

El crítico y ensayista cubano Iván de la Nuez propuso en Twitter como "antídoto" del plátano su libro Teoría de la Retaguardia. Como sobrevivir al arte contemporáneo (y casi todo lo demás). El curador lo colocó también en una pared con cinta adhesiva.

New York Post presentó en una portada una parodia a la obra: un pene pegado con cinta al fondo blanco.

La curadora y crítica de arte Elvia Rosa Castro, aparte de retratarse comiendo una banana junto a la pieza, reflexionó en Facebook: "Calibrando los cilindros: me pregunto, como quien no quiere las cosas, si Comedian (el plátano de fruta pegado con tape a la pared) de Cattelan es arte (y lo es según el mundo en que se produjo) ¿por qué razón la institución se empeña en afirmar que Luis Manuel Otero Alcántara no es artista?"

Otero Alcántara, a quien el régimen cubano mantiene en un asedio constante —sus 17 detenciones en lo que va de año así lo atestiguan—, es uno de los artistas cubanos más incómodos para las autoridades de la Isla, quienes intentan desacreditarlo a pesar de que su obra ha sido elogiada por artistas y especialistas, y presentada en instituciones prestigiosas como el Centro Pompidou de París. Su arte político pone el dedo en la llaga de la dictadura, algo que pretenden combatir con instrumentos como el Decreto 349.

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